Capitulo 8

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Esa tarde Demi salió del hospital para dirigirse a su casa, en cuanto llego se dio cuenta de que James no estaba así que empezó a preparar la cena. Eran las 9:30 pm cuando el llego, Demi lo recibió amablemente, lo llevo hasta la cocina y le sirvió la exquisita cena que le había preparado, James había dejado de tener ese tipo de atención por parte de ella desde hace mucho y comenzó a sentirse incomodo.

– ¿A qué se debe esto? – pregunto confundido

– ¿A caso no puedo prepararte la cena querido? – ella le contesto mientras le sonreía

– Me tienes muy sorprendido, hace mucho que dejaste de atenderme

– Bueno amor, quiero retomar mis deberes como esposa

– Eso me agrada, así deberías de comportarte todos los días.

Demi estaba ansiosa de que el probara la comida, en cuanto el se llevo un bocado a la boca, lo escupió de inmediato ya que pudo sentir el sabor de la pimienta y el era alérgico. James se molesto tanto que tomo el plato y lo lanzo con mucha fuerza al piso, acto seguido le grito: – Eres una estúpida, sabes que soy alérgico a esta porquería y tu tratas de mandarme al hospital. – Demi estaba furiosa y le contesto gritando: – Tu eres aun más estúpido porque no pudiste notar mi hipocresía, ¿creíste que iba a tratarte con amor de nuevo? eres un pobre imbécil. – James se acerco a ella y le dio una cachetada, acto seguido, Demi le estrello un plato en una parte de su rostro,  haciendo un movimiento semejante al de una cachetada. El un poco atontado pudo tomarla del brazo y comenzar a estrujarla.

– Estúpida, ¿Cómo te atreves a golpearme?

– De la misma manera en la que tú te atreves a hacerlo, ya no dejare que me pongas una mano encima.

– ¿Te crees muy lista verdad?, ¿crees que todo esto se terminara?, tú me perteneces y aquí se hace lo que yo quiera – grito mientras la empujaba hacia el suelo

– No soy de tu propiedad – dijo mientras se levantaba. – Tú no eres mi dueño.

James la sujeto del cabello y la tiro al piso, se puso sobre ella y le puso ambas manos en su cuello, mientras comenzaba a asfixiarla le grito: – Me perteneces por el hecho de que eres mi esposa, me tienes que respetar o ahora mismo te mato a golpes. – Demi comenzó a llorar y solo pudo responderle: – De-jame ir por-favor. – James se burlaba de ella, la tenia tal y como la quería, suplicándole por su libertad.

– No dejare que te vayas con ese imbécil – le dijo mientras quitaba sus manos de su cuello

– James por favor, asi ambos seremos felices – le imploraba al momento en que recuperaba el aliento. – Solo te pido mi libertad, no quiero nada de dinero.

– No soy estúpido Demi, no quiero que seas feliz.

La tomo del cabello, la levanto y le dio una cachetada, después la cargo y mientras la llevaba a la habitación, Demi pataleaba, entraron y el la dejo caer con fuerza al piso, se quito el cinto y comenzó a golpearla, Demi gritaba, lloraba y le suplicaba que parara, James había enloquecido, la golpeaba cada vez con más fuerza.  Dejo el cinto a un lado y comenzó a darle puñetazos en todo el cuerpo, la rasguñaba y también le daba unas cuantas patadas, la levanto nuevamente del cabello y jalo su cabeza hacia atrás, Demi sentía que iba a morir, el no dejaba de golpearla ni un segundo, estaban solos en la casa y James aprovechaba eso para no detenerse, nadie podía ayudar a Demi, estaba atrapada entre los golpes, su llanto y sus gritos.

James se aparto un poco y Demi se quedo tirada en el suelo, no tenia las fuerzas suficientes para levantarse, la miro con un profundo desprecio, se acerco un poco a ella y le dijo con lastima: – No vales nada, desde que te conocí supe que eras una chica demasiado débil. – Demi muy apenas podía verlo, tenia ambos ojos golpeados y casi no podía abrirlos, seguía llorando, alzo su mano para tocarlo y este la rechazaba, en ese momento ella con una gran tristeza le dijo: – Desearía que nunca nos hubiéramos conocido, desearía no haber aceptado tu ayuda esa noche. Confié en ti, te di todo el amor que tenia y ahora me regresas golpes.

– El amor no fue suficiente, yo quería un hijo y jamás pudiste dármelo

– Fue tu culpa, tú me lastimaste tanto que ya no podre ser madre otra vez

– ¿Y para que quieres serlo? ya tienes una hija de Joseph

– Yo si quería una familia contigo, pero cuando me mostraste quien eras relamente cambie de opinión, no eres un buen esposo y tampoco eres un buen padre.

– ¿A caso crees que eres la mujer perfecta?, mírate, estas asquerosa y no me sirves para nada

– Entonces dame el divorcio, así puedes irte con quien quieras

– Lo único que te voy a dar son golpes para que entiendas que tu eres de mi propiedad, no te irás con él nunca.

– Púdrete imbécil, siento tanto asco por ti, te odio – le grito con mucha rabia. – Espero que algún día te pudras en la cárcel por todo lo que me has hecho.

James se molesto nuevamente, la jalo del cabello y la levanto bruscamente, la estrello contra el vidrio del tocador y comenzó a salirle un poco de sangre de la sien, estaba demasiado asustada, su cuerpo se encontraba muy maltratado y James seguía lastimándolo más, puso su mano en su mejilla, mientras miraban su reflejo frente al espejo, la apretaba y la estrujaba le gritaba en el oído: – ¿Crees que él te va a querer después de verte así? eres la mujer más fea que pueda existir, no vales nada por el simple hecho de no poder dar hijos. Estas seca, vacía, nadie podrá amarte así. – James la soltó, la jalo del cabello y la tiro al suelo, le dio algunas patadas y después la dejo ahí tirada, salió de la habitación y cerro con llave.

Rosalinda se encontraba en casa de Shane, al creer que Demi cuidaría de Joe toda esa noche, decidió quedar con él a dormir. No era muy tarde y decidieron ver una película, los chicos la pasaban bien juntos, pero mientras se divertían, Joe esperaba a que Demi regresara para hacerle compañía la última noche que pasaría en el hospital, y ella estaba tirada en el suelo de su habitación, encerrada e inconsciente. 

Nos volvemos a encontrar©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora