En alguna parte había ya visto esa fotografia. Y eso fue hace muchos años atrás. Cuando solo fue una pequeña potra. Twilight es una muy buena amiga, pero viendo la situación. Ella no era la indicada para hablar con ella.
Llevó su casco a su nuca y se rascó, sin tener comezón. Ya había visto docenas de esas fotografías, en mal estado. "Twi, esa foto es demasiado vieja," se quejó fingiendo mirar la imagen pensativa. "Además no se puede apreciar," apartó la mirada cerrando sus ojos negándose a responder otra pregunta.
"Oh, vaya... Bueno. Iré a ver si las demás saben algo," dijo dando la vuelta para emprender su viaje.
Parecía un pésima idea, ¿y si después de todo resultaba que la pequeña estaba... Muerta? No sería nada agradable formar parte del increíble hallazgo de un cadáver. Pero. ¿Si estaba viva? ¿En donde estaría? Nuevamente, cayendo a la razón. Había visto esa imagen hace díez años, su estado debía ser estable. Si es que no había pasado a la otra vida... "Buena suerte con la búsqueda, en verdad hubiera querido ayudar," se despidió para verla asentir y marcharse.
Cuando se dio la vuelta Pinkie Pie estaba tras ella, con su rostro muy sonriente, saltando con su cola. Lo cual era normal en ella, el ser anormal para ella es tan normal que incluso hablar de normal y lo anormal ya no es normal. Sacudió su cabeza con ese pensamiento que acabó creando todo un enjambre en su cabeza. "¡Hey Dashie!" dijo tomando una gran bocanada de aire. "Vi a Twilight, mostrarte una imagen. ¡Por supuesto no la alcance a ver bien! ¡Pero quiero saber! ¡Quiero ayudar a mis amigos!" sacó la lengua, respirando airosamente. Su rostro terminó tan rojo como las manzanas que Applejack cosecha.
Rainbow Dash retrocedió riendo nerviosa, "Wow, tranquila. ¿Por qué querrías ayudar?" dijo con la curiosidad despierta, "¿No tienes pastelitos que hornear?".
Pinkie se detuvo ante la última pregunta formulada, mirándola extrañada. Sus ojos oscurecidos, pero intentó disimularlo. Rainbow Dash tomó la delantera, sabiendo que la última pregunta no sonó tan bien.
"Lo siento, pero Twilight intenta descubrir una potra que desapareció hace diez años. En el extranjero," sabiendo que Pinkie Pie conoce a casi todos los ponies, "Es de un pueblo oculto," o eso creo...
Pinkie Pie suspiró triste, "Ow, en verdad quería ayudar,"
Rainbow Dash se disculpó y se marchó para buscar a Fluttershy. Tenía un nuevo truco que mostrarle y una conversación pendiente. No más interrupciones debía saber la verdad antes que llegara Twilight. Aunque sabía que tiempo de sobra había, ella por supuesto le interrogaría al final a su amiga, por dudas.
Fluttershy estaba alimentando los pequeños roedores que habitaban en su casa y dependían de ella. Mientras alimentaba los animalitos pensaba en la llegada del martes, o más bien en quien llegaría el martes. No podía evitar pensar en él, por más que lo evitó. Todo en su hogar le recordaba a él. De alguna forma hasta el objeto más tonto le recordaba a él.¡ Pero que va! No era el objeto. Era ella que mantenía la cabeza en las nubes pensando en él.
Retrocedió la mirada a la nada, más bien como si mirara el pasado. No estaba ahí, por supuesto. Pero el pasado está... ¿Atrás? ¿No? Por eso miró hacia atrás.
Su niñez, ¿estaría dispuesta a revelar quienes eran sus verdaderos padres? Su luchadora madre, tan amable, valiente. Como la extrañaba.
Antes de mi y cumpleaños, la verdad se sabrá. Y eso... No más secretos.
Debía planear exactamente cada palabra, analizarlas y luego hablar. Porque cualquier palabra mal expresada podría convertirse en un muy mal entendido. Y es lo menos que deseaba, los amos entendidos. Tampoco deseaba seguir desenterrando la historia. No. Mas bien sólo quería dejar que la verdad saliera con fluidez. Olvidar sin amargura o tristeza. De esa manera su vida seria más ligera. No más llanto, no más odio. Todo estaría bien.
¿Qué exactamente quería decir Rarity? No parecían ser tonterías. Tenía sentido, lo que hablaba. Necesitaba hablar con Spike sobre Fluttershy. Debía ganar su amor lo antes posible. Estar junto a ella era un suelo, ella sana sus heridas con sólo su presencia. ¡No tiene que decir palabra alguna!
Cielos, que patético.
Así era. Muy patético. Demasiado. Pero todo en ella era hermoso. Solo una palabra podía resumirla a ella, especial. Todo. Su hermoso cabello rosado, era el deleite de sus ojos. Fue mejor que observar las nubes de algodón por que ella era su algodón. ¡Todas las características de un algodón ella las tenía! -¿En serio?-
La dulzura del algodón se podía comparó con su hermosa personalidad tan amable. Tan sencilla y cautivadora.La edad... No lo olvides.
Sin embargo...no podía ser del él. Lamentablemente se prometió rechazar su amor. Arruinaría su preciosa imagen, tan pura e inocente. Y lo menos que deseó fue hacerle daño. Pero... Deseaba estar con ella... Si tan solo ella lo aceptara... Todo sería diferente.
Pero si lo que habló Rarity era cierto... ¿Había mucho en peligro? El no le haría daño, en cambió sería lo contrario, él le haría daño a quien se atreviera a herir sus sentimientos.
Su pequeño algodón de azúcar, tan adorable. Cómo lo miró mientras habló, parecía estar interesada en cada detalle que hacía. Cómo deseaba que ya fuera martes para verla.
Su cumpleaños sería pronto. Debía asegurarse de hablar con ella y decirle todo lo que sentía por ella antes de su día especial. O, ¿Después? ¿Y si le llegare a rechazar? ¿Qué haría?
No soportaría ver a su pequeño algodón con otro semental, deseaba verla feliz. Todo el bien lo deseó solo para ella. Pero le gustaba la idea que fiera feliz junto a él.
Como el amor te consume cada vez más, a ver que tan lejos llegará tu amor.
"Querrás decir nuestro amor por ella," dijo para sí mismo, acostado en el sofá-cama con su mirada perdida entre la gran imaginación. Ella junto a él, ambos juntos. E incluso lo que desprecio por muchos años, un potro.
"¿Como crees que sería?"
°
°
°
°
°
°
°
¡Gracias por su apoyo! 😻
ESTÁS LEYENDO
Incompatibles (Editando)
FanfictionEl amor estaba en el aire, pero no todo lo que deseaba su corazón podía ser posible. Ella es hermosa, inteligente, amable, cariñosa y, prohibida. Aunque su corazón la anheló sabía bien que no era lo correcto. Aunque existiera la más mínima posibilid...