#7 Aunque Nos Mate

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Bruno Costa y yo nos conocimos en la universidad, pero sólo nos interesamos el uno por el otro cuando descubrimos que ambos nos mudariamos a Melbourne, decidí entonces, cuatro meses en retrospectiva aceptar ser su novia, tal vez por miedo a la soledad, no recuerdo.

Pero él tiene un secreto que es bastante interesante y por el cuál casi desisto de tener algún tipo de relación con él, cree en una de estas religiones provenientes del medio Oriente que está totalmente en contra de los fundamentalistas, él cree básicamente que somos cuerpos que se arrastran por el mundo como hormigas y un día sencillamente mueren, pero hay una forma de darle sentido a la vida y es con algo llamado Redención, que es cuando encontramos algo ó a alguien a quien adorar, rendir culto... Me pareció totalmente loco cuando lo contó pero después de cuatro meses casi enteros, a veces incluso tengo presentes sus principios morales.

El primero por ejemplo se está cumpliendo ahora mismo...  Un altavoz con bajo fuertisimo suena con alguna canción de pop comercial y aunque esté relativamente bajo el volumen hace que el vidrio de las ventanas de mi apartamento chillen.

Paris Scott está en la sala de mi casa bailando con los ojos cerrados, y para mi no tiene sentido alguno la situación, ella simplemente me siguió a casa después de que le ofreciera quedarse esta noche, entró y observó mi departamento, se acercó a la ventana, luego hizo un comentario burlón sobre la laptop en mi escritorio, y al final con picardía como si no estuviera nada cansada presionó el primer botón del altavoz y de a poco comenzó a bailar, decidí sentarme en el sofá y verla, porque no soy lo suficientemente valiente como para imitarla, ni lo suficientemente tonta como para no tomar esto como una oportunidad de apreciación.

El primer principio para lograr la redención según Bruno es la apreciación; "No reprimas tus propios pensamientos, en tu mente puedes ser totalmente libre".

La canción sigue sonando, Paris baila, mueve las manos por su cuerpo y sigue con los ojos cerrados.

No reprimiré lo que pienso ahora mismo, porque sé que hay cosas que intentamos ignorar pero nuestro cuerpo igualmente las dice en voz muy baja...  Paris es una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida, pero no como un gusto universal, es alta y morena, no a todo el mundo le gusta eso, su cuerpo es el de una persona muy atlética, musculatura uniforme, piel tersa, algunas pecas repartidas por todas partes y cuando hace un paso de baile en el que levanta la cabeza y endereza su espalada... No puedo evitar pensar... Por dios, ella debe follar tan bien.

– Creo que sí estoy un poco borracha – ríe de ella misma y deja de bailar, va hasta el altavoz y cambia la canción.

Ahora sólo se queda de pie mirando el piso, como si intentara entender la letra del rap que ha empezado a sonar.

– Te gusta bailar cierto – río mordiendo mi labio inferior.

Ella afirma y levanta la mirada.

– Me gusta lo que me da energía.

Giro mi cabeza, el café también da energía pero no le gusta, la chica es selecta.

– ¿No tienes frío? – respondo señalando las ventanas abiertas.

Entonces ella viene al sofá junto a mi, se deja caer con calma y apoya gran parte de su cuerpo en el reposabrazos con una posición bastante extraña.

– Sí, pero me gusta mucho el frío, ¿No te agrada temblar a veces? – me pasa un escalofrío.

– Entonces... Ustedes los de la Universidad de Monash aún tienen amigos en común – intento cambiar el rumbo de la conversación.

– Verás Sarah, los veinteañeros con estabilidad económica nos conocemos por aquí – se endereza – también me agradan los amigos de mi ex, son divertidos, y no como los del trabajo que siempre parecen vivir en una espera interminable llena de sexo y fiestas hasta estar lo sufientemente viejos como para pensar en hijos y matrimonio.

WORSHIP | Lesbian ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora