Falta de amor.
El viaje desde el auto hasta la recepción de Sunnyside se hizo demasiado corto, la mamá de Bonnie nos puso sobre la mesa de la recepcionista y le hablo a la chica que estaba detrás.
- Hola Sara, vengo a entregarles juguetes – dijo la mamá de Bonnie.
- Oh, hola – dijo la tal Sara, ella miro hacia donde estábamos nosotros, me escondí para que no me viera – claro, siempre es bueno tener juguetes para los niños – pude percibir cierto tono de disgusto en la recepcionista.
La caja comenzó a moverse, mire por la rendija de nuevo, sentí a alguien a mi lado, mire de reojo, era Buzz. Estábamos en uno de los pasillos, no tardamos mucho en ver la puerta del salón Orugas, pero lo que vimos dentro del salón nos dejó realmente impactados.
Todos los niños reunidos en un solo lugar, sentados en forma de indio, con sus cabezas mirando algo que yo desde mi lugar no pude ver.
El movimiento se detuvo y ahí pude ver lo que todos los niños observaban, un gran televisor con un programa para niños.
Realmente no habría mucha diferencia que con Bonnie ¿no?
De repente el sonido de un timbre se escuchó, muchos niños comenzaron a quejarse, pero la maestra los saco a rastras del salón para llevárselos al patio de juegos.
Nosotros nos quedamos en nuestro lugar, muchos me miraban a mí con nerviosismo.
- ¿Qué hacemos? – pregunto Rex. La verdad es que no sabía que decirle.
- Salir supongo – dije en tono lúgubre.
Con fuerza saque la tapa de la caja, los chicos tuvieron que ayudarme, cuando la tapa estuvo fuera de nuestro camino esperamos que sucediera algo. Pero nada paso.
Mire alrededor, había un ambiente lúgubre, por más que los niños se habían ido los juguetes no se movían.
Salte de la caja hasta el suelo, sentí como los demás me seguían, me acerque a un muñeco que sobre salía de una caja. De inmediato me aleje, sus ojos estaban opacos y la piel era de color cenizo. Era como si le hubieran quitado la vida.
- Tranquilo Woody – dijo Buzz sosteniéndome por los hombros.
- ¿Qué le paso? – pregunto Jessie.
- No tengo idea – susurre.
- Yo sí sé que le paso, comisario – dijo una voz algo conocida. Me di media vuelta, detrás de nosotros estaba Telefonito, aquel que nos había ayudado a salir de Sunnyside hace 8 años.
- ¿Qué paso aquí? – pregunte.
- Muchas cosas, comisario, muchas cosas – hablo el – las cosas cambiaron desde que ustedes dejaron este lugar, cambiaron desde que Barbie y Ken se fueron, desde que la tecnología apareció en la vida de los humanos – ahí lo comprendí.
- Los niños ya no juegan con juguetes – afirme.
- Así es, lamentablemente, nos dimos cuenta mucho tiempo después lo que le sucedió a él – dijo mirando al muñeco.
- ¿Qué le paso? – dijo Jessie con un leve temblor en su tono de voz.
- Por así decirlo – Telefonito vacilo – murió – dijo finalmente.
- ¿murió? – pregunte.
- Los juguetes no mueren – dijo Buzz.
- Lamentablemente si morimos, por así decirlo, perdemos nuestra vitalidad, y dejamos de hablar y movernos. Dejamos de existir en la vida de los niños y somos una simple coraza de plástico – dijo Telefonito.
- Nosotros dependemos del amor de los niños – dije.
Ahí comprendí todo, por eso hablábamos y nos movíamos, porque los niños jugaban con nosotros y nos daban su amor. Es por eso que sentíamos un enorme vacío cuando nuestros dueños ya no nos querían.
- Muchos juguetes se murieron por falta de amor – dijo Telefonito sacándome de mis pensamientos – intentamos hacer que los niños jugaran con ellos, aún hay algunos niños que lo hacen, pero no funciono, ya no había salvación para ellos – dijo.
- ¿si pasan mucho tiempo sin amor ya no se los puede salvar? – pregunto Jessie.
- Así parece ser – dijo él.
- ¿Dónde están Barbie y Ken? – pregunto la señora cara de papa.
- Lejos de aquí – respondió Telefonito – probablemente con un dueño o en la basura – agrego.
- ¿Se fueron? – dijo Jessie.
- Así es – afirmo – cuando se dieron cuenta de la situación se fueron, no querían terminar así – dijo mirando de reojo al muñeco.
- Entonces, ¿hay algo que podamos hacer por ustedes? – pregunte. Después de todo, tal vez podríamos encontrar una solución.
- No lo creo, comisario, ya lo intentamos todo – dijo Telefonito – lo único que nos queda es escapar, si no queremos terminar muertos – agrego.
La campana sonó, Telefonito se fue a esconder con algo de lentitud, los chicos volvieron a la caja.
- Woody – escuche que me llamo Buzz, yo tenía la mirada en aquel muñeco, me di vuelta para verlo a el – vamos – me dijo extendiendo su mano.
Tome su mano y entre a la caja, entre todos pusimos la tapa, escuche como los niños entraban y se acomodaban debajo del televisor. Mi mirada se perdió en los ojos sin amor de ese muñeco.
Ya no había salvación para él.
No podíamos arreglar la falta de amor que tenía.
Nota: ¡hola vaqueros y vaqueras!
Capítulo algo triste ¿no?
Pero por esa idea de que los juguetes viven por el amor de los niños surgió la historia.
Creo que se hacen una idea de que un juguete va a morir ¿no? Es probable que lo haga como que no, depende de que siga escribiendo.
Debería poner esa advertencia al principio de la historia....
Bueno, si les gusto el capitulo no olviden votar y si quieren decir algo para eso están los comentarios.
¡Adiós vaqueros y vaqueras!
Y hasta el infinito y más allá...
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En busca de amor (Toy Story/Budy)
FanfictionLa tecnología está reemplazando a los juguetes, muchos niños prefieren estar frente a una pantalla que jugar con sus juguetes y esto, trae consecuencias. La vitalidad de los juguetes se está perdiendo, su fuerza vital se extingue, porque si, los ju...