Capítulo 4

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Descubrimientos.

Dos semanas… dos semanas exactas se cumplen hoy desde que estamos aquí en Sunnyside. Y es extraño.

Prácticamente no salimos de nuestras “casas”, en realidad son escondites para que los niños no nos vean cuando nos movemos o hablamos entre nosotros. Asignamos un lugar para dos personas, si estábamos solos temíamos volvernos locos, sería desastroso.

Rex con Trixie, se llevan muy bien y no pudimos separarlos; el señor y la señora cara de papa están juntos; a los marcianitos tampoco pudimos separarlos así que se quedaron en un canasto los tres juntos; Jessie con Tiro al blanco; Slinky con Jam; Señor Espinas, Sonrisitas y Buttercup se quedaron los tres juntos. Y Buzz se quedó conmigo, no es que no me agrade estar con él, pero últimamente estoy muy sensible y el solo me irrita más de lo que ya estoy.

Con Buzz elegimos un estante bastante alto, nadie puede vernos y las cajas con papeles nos tapan a ambos. Yo duermo en una esquina y el en la otra, me irrita su sola presencia, pero no podía decirle que se largue.

En estas dos semanas descubrimos muchas cosas, como que los niños se pasan la mayoría de sus horas frente a la televisión, que tienen 3 recreos de 15 minutos en el patio y que los obligan a jugar con nosotros durante una hora. Para suerte nuestra los niños juegan con nosotros, porque somos juguetes nuevos, solo por eso.

Hay muchos juguetes que están en las ultimas y nosotros decidimos darles nuestras horas de juegos con los niños, pero al parecer los niños deciden con que juguete jugar, ahora es más estético todo y si eres un juguete de poco interés los niños no juegan contigo.

También descubrimos algo muy interesante, a una niña. A ella la descubrimos cuando estábamos buscando lugares para escondernos, habíamos entrado una casita de juguete del tamaño de un niño de cuatro años, pero nos llevamos una sorpresa al ver a una niña adentro.

Tenía varios juguetes alrededor de ella, movía su boca como si estuviera hablando, pero no salía ningún sonido. Al principio pensamos que era muda, pero descubrimos que ella sabía hablar cuando exclamo algo muy fuerte mientras jugaba.

También descubrimos que ella jugaba a escondidas, porque mientras los niños miraban la televisión ella jugaba en silencio dentro de la casita, incluso jugaba mientras los demás estaban en el patio. Varias veces ella habla en voz alta mientras aun había una maestra revisando que nadie se allá quedado adentro y vimos con asombro como ella se metía dentro de un tubo de tela que la llevaba a otra casita que estaba a unos cuantos metros más allá, la maestra no sospechaba que mientras todos estaban afuera una niña jugaba alegremente dentro del salón.

Así que, como vimos que aquella niña era nuestra única esperanza, fuimos ayudando a que los juguetes que estaban muy débiles para pusieran dentro de la casita en donde ella jugaba. Para suerte de esos juguetes ella no le hacía asco a nada, así que jugaba con cuanto juguete se topaba.

Con nosotros como éramos los más nuevos y más llamativos jugábamos con los niños que se la pasaban mirando la televisión todo el día.

Todo iba bastante normal, hasta que un día Jessie vino corriendo hacia nosotros gritando al bastante incoherente.

- ¡Chicos! ¡la niña que juega en la casita es hija de Andy! – todos nos quedamos estupefactos.

¿Hija de Andy? No voy a negar que la niña me recordaba a Andy, pero que sea su hija era algo improbable.

- ¿Por qué dices eso Jessie? – pregunto Buzz.

- Estaba mirando por las ventanas que dan a la calle, y los niños estaban saliendo, cuando vi a alguien IGUAL a Andy, pero con años de más por supuesto. Lo confirme cuando la maestra dijo el nombre de la niña de la casita, la niña se llama Emily Davis – todos nos quedamos callados.

- ¿Estas segura? – pregunte.

- Si, Woody, es Andy. Tú también lo reconocerías si lo vieras – me dijo. Yo suspire.

Realmente no sabía que pensar, esa niña, hija de Andy.

- ¿Y ahora que hacemos? – pregunto Buzz.

- Podríamos volver con Andy – dijo atropelladamente Jessie.

- ¿Volver con Andy? – le dije.

- Si, ¿Por qué no? – me pregunto ella.

- Es que, no se – dije - ¿Cómo haríamos eso? Quedaría extraño que aparezcamos de la nada en casa de Andy, además no sabemos si sigue viviendo con su madre, o si él nos quiere de vuelta – lo último lo susurre.

- Woody, no podemos perder la esperanza, los detalles son lo de menos – me dijo Jessie sujetándome por los hombros.

- No sé – dije.

- Anda, no seas pesimista, compañero – me dijo Buzz pasando su brazo por mis hombros, mi estómago se revolvió ante su cercanía – si tenemos una oportunidad de volver con Andy lo haremos ¿no? – yo lo mire.

¿Realmente estaba listo para hacer esto de nuevo?

- Si, por supuesto – les dije.

No quería decepcionarlos, no quería decepcionarlo. 

Nota: Menos mal que me fije la última fecha de actualización de esta historia sino hubiera seguido sin actualizar :)

Cómo verán apareció la hija de Andy. Se avecinan problemas para nuestros juguetes...

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¡Adiós vaqueros y vaqueras!

Y hasta el infinito y más allá...

En busca de amor (Toy Story/Budy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora