Acercamiento

439 50 3
                                    


La venganza de Sasuke y Kyubi.

2. Acercamiento.

«Naruto, no quiero que tu sueño muera».


¡Maldita sea! Sasuke despertó sobresaltado; de nuevo las malditas pesadillas. Desde el momento que había regresado a casa tenía ese tipo de pensamientos sobre Naruto. Por eso le costaba tanto mirarlo a los ojos. Se sentía tan débil que no comprendía la necesidad de negar su incomodidad.

Tenía días despertando a mitad de la noche sintiéndose observado. En ocasiones creía que se estaba volviendo paranoico; si un extraño cansancio no lo sofocara tanto tal vez se abría dado la tarea de dejar de pensar que era su imaginación. Caminó descalzo sin importar que el frío se colara por su ventana.

Al final de cuentas tenía calor.

Tomó un tanto necesitado la bebida potable y dejó que el sueño lo volviera a invadir. Regresó a la cama y volvió a cerrar los ojos cayendo en los brazos de Morfeo más pronto de lo que pudiera imaginar, lejos de imaginarse que su invitado se había colado a su cama; que lo abrazaba mientras él navegaba entre sueños turbios.


«Deberías de ver tu mirada, es de un total usuratonkachi...».

«No lo sé, mi cuerpo se movió solo».


Las garras, si algo debió de controlar eran las garras. Las orejas y la cola desaparecían después de un rato, pero sus uñas y ojos rojos tardaban más en irse. Al principio había tenido mucho miedo al descubrir esos raros rasgos, sin embargo, sólo tardó un poco en saber que se trataba del sello del biju. Desde ese día en el país de la Olas se había roto; eran pequeños rasgos de chakra que salían cada vez que estaba cerca de Sasuke; cada vez que el calor se hacía más sofocante salían a relucir las cualidades de zorro.

Nadie había notado su ausencia en el departamento, en ocasiones Kakashi solía llevarle vegetales; pero esos dos meses se sentían largos. A pesar de que ahora no se hablaba ni para pelear con Sasuke, se sentía mucho más cerca de él. Incluso, gracias a que lo espiaba siempre que no tenían una misión había aprendido muchísimas cosas sobre sus gustos.

En algún punto de las visitas nocturnas se había atrevido a recostarse a su lado; sólo así el calor menguaba, pero algo raro crecía en su pecho. Kyubi en ocasiones le hablaba, el miedo lo invadía al saber que se estaba convirtiendo en algo diferente, en saber que el monstruo dentro de él sabía cual era su peor temor. Pero lo que más le espantaba era saber que la persona entre sus brazos sufría.

A pesar de ser más pequeño sabía acomodarse perfectamente entre el cuello del azabache. Oler esa fragancia a menta, aspiró su cabello sin ser consciente de que no era normal, mientras daba una pequeña lambida a su quijada. Podía sentir como ambos se estremecían. Podía sentir como algo raro cobrara vida por debajo de su ombligo...

...


Kakashi había llegado tarde al pequeño puente, estaba esperando escuchar los gritos de Sakura y Naruto sobre su retardo de casi dos horas, sin embargo, la única ahí era la fémina. La chica de cabellos rosas estaba molesta, podía ver su pose de manos cruzadas y ceño fruncido.

¿Y sus alumnos? Se rascó la barbilla de manera pensativa, pero al final lo dejó pasar. Esos dos necesitaban arreglar sus problemas, tal vez no verse unos días arreglaría la tensión entre ambos. Sonrió a través de su ojito feliz e invitó a su alumna a terminar la misión pendiente. Debía decirles que los había nominado para entrar en el examen chunnin antes de que se perdiera por el sendero de la vida.

La venganza de Sasuke y KyubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora