Capítulo 2

50 4 1
                                    

Annabeth se sobresaltó y abrió los ojos de inmediato. Podría haber reconocido esa voz donde fuera —de hecho, había tenido problemas para alejarla de sus sueños últimamente—; sin embargo, le sorprendía que él estuviera allí.
— ¿Qué haces aquí, sesos de alga? —dijo mirándolo a los ojos.
— Yo debería preguntarte eso a ti —resopló Percy—. Yo vengo aquí cada vez que necesito ... despejarme. O cuando no puedo dormir. ¿Qué hay sobre ti?
Annabeth se encogió de hombros.
— No lo sé —admitió—. Solo sé que quería un lugar en el cual pudiera pensar, y me sentí atraída por el mar.
Percy la miró titubeante y preguntó cautelosamente: —¿Puedo ...? Annabeth se dio cuenta de que se refería a si se podía sentar.
— Claro. Este es tu lugar. Tú lo descubriste antes que yo, ¿cierto?
Percy se sentó a su lado, y cruzó las piernas, imitando su posición.

— ¿Qué piensas de este lugar? ¿Te ha ayudado en algo? —interrogó Percy con curiosidad. Su mirada se enfocó en el movimiento rítmico de las olas.

Annabeth suspiró.

— En realidad, no. Había pensado que estar aquí me ayudaría a tomar una decisión, pero nada ha sucedido. No he conseguido la gran epifanía que esperaba —bromeó Annabeth, con una nota de tristeza en su voz casi imperceptible. Casi.

— Annabeth, ¿está todo bien? —preguntó él con el ceño fruncido, al mismo tiempo que cambiaba de posición y dirigía su mirada sobre ella con escrutinio. Annabeth reconocía esa mirada: se encontraba con ella cada vez que ambos enfrentaban un contratiempo en medio de una misión (lo cual ocurría con mucha frecuencia), y Percy se concentraba en resolver la incógnita que enfrentaban.

Ella no dijo nada. Y ambos se mantuvieron en silencio por algunos segundos, con la vista frente al mar, mientras que ella trataba de perderse en el paisaje de la noche, pero no podía. Por más que lo intentaba, no podía concentrarse. Lo único en lo que podía pensar era en lo cerca que Percy se encontraba de ella. A través del rabillo del ojo, lo observó discretamente. Él seguía con la vista fija al mar, como si estuviera perdido en su inmensidad. Tal vez, para él resultaba más sencillo establecer una conexión con el mar debido a su parentesco divino, pensó Annabeth. Percy vestía un polo naranja del Campamento Mestizo y un par de shorts, justo como ella.

Mantenía un aspecto sereno, con el perfil al frente y el cabello negro indomable agitándose suavemente por la brisa marina. Sin duda, había heredado las facciones mediterráneas de Poseidón sobre las cuales había leído en las antiguas narraciones griegas. Era la clase de belleza divina que los escultores de cualquier era de la historia deseaban tallar. Porque no solo era el semblante de un héroe impasible y orgulloso tras haber llevado a sus tropas a la victoria. Su mirada era dulce y compasiva: era humana. Y la mixtura de historia y emociones resultaba letal para el corazón de Annabeth. No obstante, debajo de la imagen de tranquilidad que aparentaba, había algo que no encajaba. Percy estaba tamborileando los dedos sobre la arena, como solía hacer cada vez que algo lo preocupaba.

—Así que no soy la única que tiene problemas, al parecer.
Percy la miró, sobresaltado.
— ¿Qué quieres decir, listilla?
— Algo te preocupa, ¿no es así?
Percy se sonrojó, como si se hubiera visto atrapado.
— Algo así, pero, ¿cómo lo sabes?
— Tus dedos. Los tamborileas cada vez que estás pensando en algo. Y yo que pensaba que solo había algas en tu cerebro.
Percy rio.
— Así que has estado prestándome atención, ¿eh? —dijo él mientras arqueaba las cejas.
Estaba vez fue el turno de Annabeth de sonrojarse. Esperaba que la luz de la luna fuese lo suficientemente tenue para que no resultara tan evidente. Lo dudaba.
— Vamos, ¿no has escuchado la expresión «conoce a tu enemigo»?
Percy frunció el ceño.
— ¿Es de alguna película?
— No, sesos de alga. Es de un libro, «El arte de la guerra».
— Debí suponerlo —dijo él asintiendo—. Pero entonces, ¿eso significa que me consideras tu enemigo?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 26, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mientras estemos juntos (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora