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Llegó la noche y mis manos se movían inquietas ¿Y si no estaba lo suficientemente linda? Un pensamiento bloquea mi mente ¡Deja de hablar tonterías, Emilia, ni siquiera lo conoces!

-¿Estas bien, Emi? -mi madre entra en la cocina preocupada.

-Si, obvio. Solo que un poco nerviosa, ya sabes, no me gustan mucho estas reuniones -digo y ella sonríe.

-No inventes excusas, yo sé que es porque viene el hijo de un amigo de papá -insinúa mi madre y yo abro mucho los ojos ¿Como sabe?

Por suerte, el ruido del timbre sonó. Yo me quedé inmóvil.

-¡Ve a abrir! -mi madre gritó desesperada acomodando los detalles finales.

Martina bajó la escalera, ganándome la carrera. Antes de abrir la puerta, se peinó el cabello con las manos.

-Buenas noches -Martina hizo una sonrisa falsa parándose derechísima. Yo voltee los ojos y me quedé donde estaba.

A continuación, varios hombres vestidos de traje y mujeres con vestidos de gala comenzaron a entrar, pero Paulo no había llegado. Martina se quedó en la puerta aún sonriendo, pero el chico no aparecía.

-¿A dónde está la cumpleañera? -preguntó una de las mujeres.

Mi madre me llamó y tuve que saludar a uno por uno. Me entregaron varios paquetes y supuse que eran regalos. Yo sonreí satisfecha.

Apenas me senté en la mesa, el timbre sonó. Mi madre me ordenó que abra la puerta ¿Quién será? Todos los demás llegaron puntuales.

Atravesé la sala y llegué a la puerta.

-Buenas... -corté el saludo cuando veo a quién tengo delante.

Ambos nos analizamos con las miradas de arriba a bajo. Él tenía el cabello despeinado, ojos azules y labios carnosos tal como ví en sus fotos.

-Noches -completa luego de unos segundos él riéndose a carcajadas ¿A caso tengo cara de estar contando un chiste? Él se acercó a mi mejilla y dejó un beso por educación-¿Sos la del cumpleaños? -preguntó y yo asentí sonrojada.

Él pasó por la sala lentamente mientras yo cerraba la puerta.

-¿Sos modelo, no? -pregunta de repente y yo abro mucho los ojos.

-Si, o eso quiero ser -afirmo y él sigue caminando hasta llegar a la mesa.

-¡Por fin llegas, Paulo! -exclama contenta una señora castaña, su madre, dándole un beso en la mejilla. Él se sonroja -Te iba a presentar a Emilia, pero veo que ya se conocieron -ésta vez, ambos nos sonrojamos.

Martina miraba la situación con su peor cara de asesina, debe estar celosa. Paulo tomó asiento enfrente mío y al lado de Martina.

-Hola. Soy Martina -le sonrió mi hermana mostrando su hilera blanquísima de dientes. Me reí silenciosamente, lo que no sabe es que un poco de labial se le corrió. Paulo la miró sonriendo evitando reírse.

-Soy Paulo. Un gusto, Martina -dice el rubio acomodándose en la silla.

Los mayores comenzaron a hablar y de repente mi padre pregunta algo a Paulo.

-Paulo, cuentanos, ¿cuantos años tenes? ¿que estas haciendo? ¿tenes novia? -mi padre hizo un millón de preguntas a Paulo.

-Tengo 20 años, no tengo novia -respondió este y Martina sonrió diabólicamente, yo voltee los ojos -Quiero ser cantante,me gusta mucho rapear y componer canciones-asegura él y mi padre levanta una ceja.

Modelo // Paulo londraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora