• Piel blanca • RuHana [Finalizada]

Piel blanca

Aclaraciones:

Relato corto escrito post termino del manga Slam Dunk. Si lo no has leído |ALERTA SPOILERS| te lo resumo en que ganan las nacionales gracias a una atrapada de balón de Hanamichi, la que le deja lesionada temporalmente la espalda.

El balón se lo entregó para impresión de todos a Rukawa, quien consiguió en los últimos segundos encestar.
La escena es preciosa ya que por un segundo a pesar de las rivalidades ambos actúan como compañeros de equipo, incluso chocando las manos en la victoria.

Luego muestran como Hanamichi queda internado aparentemente en una clínica de rehabilitación, mientras Rukawa entrena para irse a Estados Unidos a mejorar su básquetbol.

Sin más que decir,
doy comienzo a este breve relato.

¡Que lo disfruten!

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• Piel blanca •

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— ¿Que haces aquí?, zorro — pregunta Hanamichi Sakuragi "rey del rebote" apenas levantándose de la camilla.

Hoy la terapeuta se había pasado de la raya.

Desde que se lesionó la espalda en el partido de las nacionales, creyó con dieciséis nunca poder sentir un malestar tan incapacitante.

Se equivocó, la terapia dolía como los mil demonios, tanto así que al divisar por primera vez cabellera azabache de Rukawa con el pase de visitante colgándole en el cuello, no supo si era una ilusión o alguien real.

El lesionado pelirrojo llevaba ya dos semanas en terapias kinesiológicas intensivas y Rukawa, su eterno rival, había asistido todos los días aunque fuera por 15 minutos sólo para molestarle.

— Es un país libre, puedo ir donde se me de la gana. — contesta y el pelirrojo casi puede ver las orejas y la vil cola del zorro astuto de Rukawa agitarse.

— Esto es un centro de rehabilitación, no un parque para que te vengas a echar a vagar — contesta todavía preguntándose el porqué tenía que venir él y no su querida Haruko, quien sólo le dejaba cartas con su hermano las que cuidaba cual tesoros— ¡Maldito zorro entrometido tenías que ser! — se queja el número 10 de Shohoku, colocándose la camiseta a duras penas. Hasta moverse dolía.

Silencio le sigue, mientras incómodo Hanamichi ahora busca sus zapatillas.
Hoy le diría a las recepcionistas que por favor dejaran de permitirle a ese desgraciado entrar.

— ¿Cómo vas con la terapia?

Se escucha y Hanamichi deja los zapatos que había encontrado finalmente de sola la impresión.

Habló, Rukawa finalmente preguntó por él en vez de sólo echarse a dormir en el sillón como si fuera su sala de descanso.

— ... ¡Obviamente bien! — responde turbado por el sorpresivo gesto de aprecio y luego negando con la cabeza, recordando que el azabache era su peor enemigo tanto en el básquetbol como en el amor.
Su querida Haruko estaba enamorada de él sin ver el ser antipático que era. Todavía no entendía que veían todas las mujeres en ese maldito zorro gruñón. Ni sonreía y apenas hablaba.
— ¿No deberías estar entrenando para entrar a la NBA o algo así? — pregunta sin saber por qué se ha puesto tan nervioso ante su atenta mirada, y recordando de pronto que éste viajaría a Estados unidos volviendo quién sabe cuando.