⸙⿻ ᥱᥒ ᥣᥲ ʍɨɾᥲ

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Vante

El canoso indicó que yo debía entrar primero por la ventana del dormitorio de los pequeños, una vez que me haya desecho de ellos bajo para abrir la puerta del patio para escapar los tres sin problemas, obviamente todo esto tendríamos que hacerlo en silencio hasta para matarlos.

Antes de que entrará por la ventana de los niños, tuve que esperar a que el recién llegado a la ciudad se vaya a dormir, estaba viendo por la ventana, se apagaron las luces de la casa y el chico de hombros anchos desapareció  por suerte. Debo admitir que ya lo estaba vigilando desde que llegó para mudarse, él iba a ser mi nueva víctima hoy pero me crucé con la chica esa y se me hizo más fácil matarla a ella ya que estaba sola.

Me bastó con un salto para treparme por la pared y llegar a la ventana de esos seres insoportables, no tenía seguro puesto, un punto a favor para terminar rápido el trabajo, la abrí lentamente con cuidado de no despertarlos, volví a cerrar la ventana una vez dentro del cuarto. Con la respiración calmada me acerqué al menor de los hermanitos, y pasó lo que no tenía que pasar, la hermosa criatura se despertó, iba a gritar pero lo calle con la mano rodeandole el cuello, apoyé la daga en su yugular.

-Si gritas nos cagas la diversión...- fui girando el arma para hacerle una marca con la punta, sentía como sus lágrimas llegaban a mi mano, es tan satisfactorio ver su carita hecha un desastre, los ojos rojos por el llanto provocado gracias al miedo y la desesperación que no logran controlar con  movimientos torpes. -Por esta razón odio a los niños...pero me encanta torturarlos porque puedo apreciar cada una de sus reacciones cada vez que les hago una nueva herida en sus cuerpos tan débiles...-

No había notado que mientras hablaba le cortaba la garganta al pequeño, estaba tan sumergido en mis pensamientos que no pude disfrutarlo, es obvio que le hice el corte conscientemente, creo que casi logro escuchar como se abría su piel y carne gracias a la hoja de la daga pasando por todo su lado derecho de la garganta. Cubri por unos minutos más su boca, presenciaba como se desangraba con el paso del tiempo, cuando su "alma" se dignó a dejarlo lo tiré en la cama como si tratase de un simple muñeco.

Ahora tengo que encarme del otro regalo de la vida, nótese el sarcasmo, casi olvido que tengo a mis compañeros esperando, que se jodan y aprendan a ser pacientes. Estaba pensando en que podría hacerle al chiquillo pero fui interrumpido por un cuerpo delgado y pálido que entraba por la ventana y se sentaba en ésta. Bajó con un pequeño salto del marco provocando que el cinturón con sus kamas hicieran ruido.

-¡Mentita! ¿No te enseñaron a que es de mala educación entrar sin golpear la ventana?- 

-¿Y a ti no te enseñaron que no debes hacer esperar a tus mayores?-

-Estaba en mi momento de inspiración.-

-Tsk, tu momento de inspiración me lo paso por los huevos. ¡Dame eso!- agarró mi daga bruscamente, sin culpa le arrancó los ojos, cuando el menor de 8 años estaba gritando tomó su lengua para cortarsela y que el mismo crío se atragante con ella, al ver que le faltaba el aire abrió por completo su pecho para que literalmente los pulmones inhalen oxígeno.

Terminada la primera parte del plan, D le hizo señas a RM para que escale la pared, mientras ellos se encargaban de los padres yo tenía que abrir la puerta trasera para el escape. La fiesta casi se va al carajo si no fuese porque D sostuvo la lámpara que el canoso estuvo a punto de tirar cuando entró por la ventana chocando con la mesa de luz.

-¿Puedo ver el espectáculo de sangre?-

-No- el paliducho me apuntó con mi propia daga de manera amenazante.

-Por mi bien, así aprendes a hacer un gran trabajo en poco tiempo.-

El mayor de los tres gruñó poniendo los ojos en blanco por el permiso de RM, sonreí burlonamente para que su enojo llegará hasta el cielo, y como siempre me ignoró saliendo de la habitación, así nos tratamos entre los tres. Llegamos a la puerta del cuarto de la pareja, tienen el sueño pesado, no se levantaron por los gritos que pegó el mayor de sus hijos, padres ejemplares.

El canoso abrió la puerta con una sonrisa cínica, parecía la escena de una película de terror, pero con nosotros de protagonistas. D caminó hasta quedar del lado del hombre y RM se paró frente a la esposa, por mi parte me apoyé en el lado de los pies para tomar nota y ver un hermoso show. Siempre que RM y D trabajan juntos hacen obras maestras, por eso cuando empecé a transitar por éste camino los tenía de ejemplo, hasta ahora sigo aprendiendo.

D me lanzó la daga, sacó sus kamas del cinturón, giró la que tenía en su mano derecha y la clavó en la garganta transpasandole de un lado a otro, al mismo tiempo hundió la de la izquierda con fuerza del lado del corazón, me emocioné al escuchar como le rompía una costilla, con un pedazo de la misma perforó su pulmón y nuevamente con la kama atacó el corazón formando una fuente de sangre, ahora entienden porqué quería verlos. Dejó que sus amadas armas le quiten la vida al tipo.

RM por su parte tenía listo el chigiriki; la esposa despertó apenas sintió el dulce aroma de ese líquido carmesí, cuando abrió la boca para gritar horrorizada el canoso se la partió a la mitad de un solo golpe con la plancha de hierro, su mandíbula inferior colgaba por un hilo de carne. D fue a su lado y la tiró de la cama para arrastrarla por la habitación hasta el armario, metió su cabeza "boca" arriba entre el marco y la puerta corrediza del mueble, RM quedó frente a ella con una perfecta vista de todo su cuerpo, sabía los que vendría, una de sus tantas torturas. D dio el primer golpe corriendo la puerta dándole en la cien, y RM agujereaba su abdomen con la plancha del chigiriki.

La escena que montamos nos quedó mejor de lo que habíamos imaginado; el cráneo de la madre aplastado en el armario, los niños decapitados y desmembrados, bien guardados en cada cajón que había en la habitación; el hombre de la familia con el pecho abierto y la cabeza en el centro como decoración. Quedamos tan satisfechos que estuvimos de humor como para dibujar nuestras iniciales con pedazos de carnes de los cuatro miembros de la casa.

El escape fue un éxito como siempre, corrimos directo al bosque llegando a lo que parecía una acantilado, bajamos por un camino improvisado con rocas a la "casa" que construimos entre los tres, aunque no lo crean nos cuidamos como hermanos ya que somos los únicos que entendemos lo que sucede con el otro.

Hoseok

Desperté emocionado por el hecho de que hoy sería el primer día en la universidad con Jin, definitivamente conocerá a Jimin y a Kook, se llevará muy bien con ellos y los cuatro pasaremos este año sin problemas las clases, o eso espero.

Abrí la ventana dejando pasar el aire, al parecer el día estaría fresco y lluvioso, todo bien mientras no llueve antes o después de mis clases de baile. En la vereda de enfrente había un chico alto con un sobretodo marrón y una gorra negra y tenía un cubreboca del mismo color, por lo poco que pude ver su piel era morena. Levantó la cabeza y por casualidad me vió en la ventana, parado como bobo observando, un escalofrío recorrió por completo mi espalda, no me daba miedo, pero me ponía nervioso su mirada tan tranquila. Volvió la vista a la calle y cruzó quedando bajo la ventana, como si nada raro hubiese pasado siguió su camino ignorando mi presencia.

Sin entender que fue lo que pasó busqué lo que usaría hoy, dejé la ropa en la cama para ir al baño y abrir la ducha, desperté a Jin antes de entrar al baño. Salí con una toalla en mi cadera y el mayor estaba esperando en el pasillo luchando para no dormirse de nuevo con una toalla bajo el brazo izquierdo. Reí por la ternura que causaba esa escena; sin perder tiempo baje ya cambiado con la mochila en mi hombro derecho y la dejé en el sofá. Jin completamente despierto con unos lentes redondos y su mochila rosa, preparó un café para mi y se hizo un té de frutos rojos, lo acompañamos con unos pastelitos que ayudé a hacerlos ayer cuando volvimos del super. Salimos de la casa a las 07:10am, me contaba que Gukmul y Odeng no quisieron salir para comer cuando lo desperté, notó que estaban muy asustados, nos parecía raro ya que Jin no hace ruido al dormir, al menos yo no lo escuche hacer ruido cuando nos quedábamos hasta tarde estudiando.

Una cuadra antes de llegar a la universidad, justo en la esquina para cruzar la calle estaba el chico que vi una hora antes, como si el destino me estuviera jugando una broma el semáforo se puso en rojo, en medio del sendero de peatones él paso por mi lado viéndome de reojo, logré escuchar como se reía levemente, como si quisiera que solo yo lo escuchara. Ese gesto provocó que me convierta en saco lleno de nervios, Jin notó mi situación, con unas cuantas palmadas en mi cabeza me calmó un poco, tenía que descubrir quién era ese chico, porque me dio a entender que él sabía quién era yo.

-¡JUNG HOSEOK!

⃟ ཹ։ sᴛɪɢᴍᴀ🎭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora