Tres Meses

Capítulo 6

Después de convencerse, Ángel acordó pasar después de que su turno terminara esa noche. Cuando finalmente le envió un mensaje de texto a Jane diciendo que estaba afuera, ella se convirtió en un bulto de nervios. A Jane le gusta mucho Ángel y aunque solo habían estado juntos durante un mes, le gustaba pensar que podría ser a largo plazo. Era muy importante que causara una mejor impresión, porque Jane también tenía la sensación de que los Blake estarían en su vida por un tiempo.

Mientras lo guiaba a través de la casa hasta donde las personas se reunían en la parte trasera, Ángel sostuvo su mano con fuerza. Jane pudo sentir lo nervioso que estaba por estar de vuelta en casa de los Blake. La noche anterior (después de que habían regresado a su casa), fue el turno de Ángel para despotricar sobre Max mientras Jane se quedaba sentada tranquilamente en el sofá, perdida en sus pensamientos.

Sin embargo, las reuniones sociales de cualquier tipo fueron el elemento de Ángel y tan pronto como los amigos de Rachel lo rodearon, comenzó a abrirse. En poco tiempo, Ángel se ha convertido en la principal fuente de entretenimiento. Sentado en una de las sillas de campamento, contó historia tras historia de sus viajes y experiencias en el hospital. Brian y Dylan lo observaron con asombro en sus ojos, aferrándose a cada una de sus palabras. Rachel y Adam compartieron una silla y, aunque en su mayoría estaban envueltos el uno con el otro, la pareja ocasionalmente sintonizaba la última historia de Ángel. Desde su asiento al lado de Ángel, Jane observaba a los demás invitados vagar por el pequeño patio. Le recordaron lo segura y contenta que se había sentido todas esas semanas atrás cuando Max se había puesto a su lado y le había dado las hojas muertas. La zonificación de Ángel de la historia sobre el mes que pasó con una tribu en el Amazonas, Jane escudriñó el patio en busca de un rostro familiar y pecoso. Ella solo había visto a Max una vez desde que comenzó la fiesta y su cambio de comportamiento esa mañana todavía la tenía desconcertada. Parte de ella estaba ansiosa por ver si el cambio se había atascado o si Max ya había regresado a su antiguo él. Besando a Ángel en la mejilla y murmurando algo acerca de conseguir otra bebida, ella se alejó del fuego y volvió a entrar por la puerta corredera de vidrio en la casa. Había mucho menos gente dentro. Hay una pareja que ella reconoció vagamente, que estaba enredada en el sofá y John estaba liderando un juego de pong de cerveza en la mesa del comedor. Todavía no había señales de Max.

Empujando a través de la pequeña multitud que cantaba el nombre de John, Jane se abrió camino en la cocina para volver a llenar su taza y tomar un respiro de la fiesta. Fue allí donde finalmente encontró al hombre que había estado buscando. Estaba hablando con Miller en el rincón junto al fregadero. Aunque estaba de espaldas a Jane, ella reconoció los rizos oscuros y los hombros anchos bajo su camiseta azul marino. Debió haber estado mirando un poco demasiado tiempo porque Miller hizo un breve contacto visual con ella antes de asentir a Max y salir de la cocina.

"No te he visto mucho esta noche". Su voz le hizo sobresaltar. Ella se dio cuenta de que no debía haber visto que ella estaba detrás de él. Max se volvió hacia ella y se pasó una mano por sus rizos desordenados, lanzándole una pequeña sonrisa.

"Te lo dije, princesa, he planeo alejarme de nuestro señor y salvador, el Dr. Ángel Collins". Su tono fue increíblemente más ligero de lo que había sido durante sus interacciones en las últimas semanas. A pesar de la evidente amargura del sarcasmo, Max parecía estar intentando no iniciar una pelea con ella. Tal vez los milagros suceden.

"Eso no significa que no puedas disfrutar de una fiesta en tu propia casa".

"Eh, ahora soy un hombre viejo. Este tipo de cosas ya no son mi estilo. De todos modos, ¿quién dice que no lo estoy disfrutando? Tal vez mi definición de diversión