CAP 4: FELICIDAD

10 0 0
                                    


Como si hubiera estado dormido por siglos el pequeño cerdo se movía por todos lados era tan pequeño que se podía comparar su tamaño con el de un un ratón, a la pequeña le pareció extraordinario el como recorría cada centímetro del anciano hasta llegar a su hombro, Klein por otro lado parecía estar mas contento por ver la cara de asombro de Maru, tomo a la pequeña figura de madera viviente y la puso en las pequeñas manos de Maru, donde ella al instante no podía ver lo que veían sus azulados ojos.  

La pequeña estaba encantada con lo que estaba pasando, tomaron asiento en el juego de mesa tallado por el propietario para seguir jugando con la pequeña figura de madera tallada que pareciera tener vida propia, iba de un lado a otro, tomaba los cubiertos de plata que se encontraban en la misma mesa, los pasaba hasta llegar Klein, se tropezaba al llegar a Maru, se sentaba para que lo acariciaran hacia de todo para que atención le prestaran como si de cachorro se tratase, las personas sentadas mirándolo no hicieron caso omiso de lo que el pequeño cerdo quera le seguían con sus miradas para ver lo que hacia.  

Hasta que sonó el reloj de madera igualmente tallado que con unas pequeñas campanadas anunciaban las 5 de la tarde, en cuanto lo escucho Maru dio un salto de su asiento, asiendo que la pequeña figura se refugiara detrás de una taza de te de porcelana blanca con bordes lisos y floreados .- Lo siento me gustaría quedarme mas, pero tengo que ir a casa, supongo que se preguntaran donde estuve todo el día .- preocupada de la hora tomaba su maletín y se ponía cruzando uno de sus hombros hasta llegar a la falda de su vestido .-Uhm esta bien vuelve cuando quieras la puerta estará siempre abierta para ti .-aun sentado con el cerdo cerca de su brazo posado en la mesa .-Muchas gracias! seguro volveré mañana para volver a jugar! .- decía con una sonrisa en su rostro cerrando la gruesa puerta de madera de aquel señor.


[-----]
Ah pasado mucho desde que recia una visita en mi casa, puedo decir que siglos, no lo había notado hasta hace unos días, debo admitir que sentía cólera cuando conocí a esa niña aquel día en el bosque, sabia de donde provenía, eso me hacia sentir, rabia, pero ni siquiera las personas de aquel pueblo dejarían a una pequeña lastimada en el bosque no? bueno realmente me da igual, no pienso ser como esas personas, yo se que soy mejor que lo que ellos creen de mi, y esa niña también lo cree, no importa nada mas aun si tengo dudas, no creo que ella sea mala persona, tiene un corazón puro e inocente que hace que se preocupe por otras, eso no esta bien para ella, eso para mi lo tomo como una debilidad bastante vulnerable, no me agrada eso de ella, pero jamas cambiaría eso, no es que piense de ella como una amiga, realmente no quiero relacionarme mucho con alguien de esa aldea, pero aun tengo humanidad no como aquel pueblo podrido de corazón, si ella deja de venir, no la buscare, ella sabe como encontrarme si tiene problemas tiene a todo un pueblo con quien hablar no es que tenga oportunidad de hallar solución con ellos pero al menos podrá hablar de ellos.

-----------------------------------------------

Pasando a la noche en la casa de la pequeña Maru, veía como pasaba el tiempo en  el reloj de la cocina de sus tíos mientras le daba vueltas a su sopa con la cucharilla de metal con la mirada perdida, a sus tíos no parecía importarles así que seguían comiendo como de costumbre, ya pasadas de las nueve, Maru se encontraba en la cama mirando el techo con algo de insomnio, tomaba un mecho de su pelo rizado y se lo acariciaba, como toda una niña desamparada, hasta que por fin se quedo dormida bajo esa oscura noche. 

Por la mañana la pequeña niña despeinada se levantaba de la cama para poder ir a la casa de el viejo Klein, pero al abrir la puerta de si alcoba se encontraba su tía a punto de tocar la puerta .-Maru, a donde ibas?, has salido mucho últimamente . . ..- Dicho eso tenia una cara de poca preocupación.- yo ibas al campo a ver y recoger flores, pensé que estaría bien, si no seguía molestando a la gente del pueblo y  . . .  a ustedes.- con duda en inventarse un excusa para poder lo mas pronto posible a su amigo .- de verdad? bueno entonces no te molestara acompañarme a comprar en el mercado del pueblo.- poniéndola a prueba .- NO!, quiero decir .- susurrando esas palabras .-no quiero molestarte en eso, me decidí a ya no molestar a nadie mas, me quedare quieta desde ahora, solo jugare lejos .-poniendo una cara inocente con intención de no molestar a nadie.- bien si es así, creo que esta bien que vayas a jugar .- dicho esas palabras provenientes de su tía, Maru paso por un lado de las faldas de su tía, corriendo con una canastilla fuera del pueblo, pero para no levantar sospechas, el día de hoy se fue por otro camino, siguiendo y siempre tomando referencia del camino, tardo unos minutos mas en llegar, pero el señor Klein no quería a nadie mas se acercase a el y su choza, así que si replicar, decidió tomar mas medidas de precaución; llegando por fin a su destino, no había rastro del propietario fuera o dentro de la casa, se azomo por la ventana de la misma, pero solo podía ver el pequeño fuego de la chimenea, hasta que escucho unos ruidos algo lejanos, eran unos arboles que cubrían toda la parcela donde se encontraba la casa, vio como se movían algunos, así que pregunto si había alguien ahí, y para su sorpresa, el señor Klein asomo su cabeza.

.-Bien niña llegas en buen momento, ven .- la tomo con sus manos para bajarla a donde el estaba, era un desnivel algo hondo de casi un metro y medio, donde se encontraban pequeños arboles de peras hermosas, .- vaya! que son esas? .-asombrada, viendo aquella fruta extraña para ella .- que? niña nunca habías visto una pera? .- extrañado preguntaba a la pequeña .- Así que así se llama, waaa son preciosas .- con ojos brillantes, Klein arranca una del árbol y se la extiende para que Maru la tome .- puedo comerla!? .- Como si de un juguete nuevo se tratase .- Claro para eso es la fruta, es mas, ten .- le extendió una pequeña semilla de la misma fruta .- también puedo comer esto!? .- riendo fuertemente el viejo, respondió .- Claro que no, esta es una semilla de pera, plantala en tu casa tarda mucho en crecer y dar fruto pero te puedo decir que el resultado es extraordinario! compruébalo tu misma .- apuntando al fruto que Maru tenia sus manos.



PALABRAS: 1190

★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★  

Gracias por leer, subiere un capitulo cada semana por lo menos hasta enero,   . . . . . . . .creo

★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★  

Maru y El Señor MagoWhere stories live. Discover now