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—Vamos —Jadeó el chico sin aliento, rodeando el cuello del más alto con sus brazos para sujetarse de esta forma, ciñendo aún más sus piernas al rededor de la cintura de Michael —¿Crees que alguna de estas camas resistan? —Lo único que obtuvo como respuesta fue un ronco gruñido por parte del contrario, mientras que las enormes manos de este lo afianzaban con fuerza de la cintura, como si temiera que este fuese otro de sus vanos intentos por escapar. De nuevo, ese agarre tan rudo dejaría huellas sobre su piel, pensó Billy, mientras una sonrisa de complacencia se extendía bajo su máscara al sentir que el mayor se encaminaba con cierta urgencia hacia una de las habitaciones, ni siquiera se molestó en tratar de reconocer cuál era.
Sintió su cuerpo caer sin elegancia sobre un viejo colchón, "Qué delicado" pensó de forma sarcástica y de manera inmediata su mente fue callada por el pesado cuerpo que se recostaba encima sin cuidado alguno.
—¿Aún intentas matarme de asfixia o qué? —Protestó con cierta dificultad, tratando de empujar al maldito mastodonte que se posicionaba sobre suyo, carajo, ¿acaso este sujeto era un novato en estas cosas? Con sus dos metros de altura no era nada ligero como para soportarlo.
—Muévete —El más chico pidió, usando un tono de voz que habría hecho ceder a cualquiera, con un movimiento ágil y agraciado consiguió intercambiar lugares, recostando contra la cama a Michael y quedando sentado sobre el regazo de este, con rapidez las fuertes manos del más grande volvieron a tomarlo por la cintura, evitando algún posible escape, sin embargo, eso ya no estaba más en los planes de Loomis. El muchacho se tomó un tiempo para estabilizar el ritmo de su respiración, sorprendido por lo ansioso que se sentía, la máscara comenzaba a hacerle sentir sofocado por lo que no pensó mucho en cuanto se la retiró, revelando su rostro, esbozando una sonrisa pícara —¿Lo harás con la máscara puesta? —Preguntó en tono de broma, aunque la verdad no le importaba en absoluto la decisión que tomara el otro.
—Como gustes —Nada más se encogió de hombros, ocupándose de inmediato por abrir ese traje de mecánico exponiendo el torso perfectamente definido del contrario, no pudo retenerse a sí mismo en cuanto sus labios se aproximaron a la piel ajena para besar el contorno de la clavícula, bajando por los pectorales de Michael, dejando un húmedo rastro de su recorrido en el proceso hasta llegar a los abdominales, incluso repartió unas cuantas mordidas entre los suaves besos, continuando con su trayecto hasta llegar bajo el ombligo, levantó la mirada de forma curiosa, prestando especial atención al respirar agitado del otro, definitivamente era señal de que iba por buen camino.
Una de las finas manos de Billy se posó con suavidad contra la rígida entrepierna de Michael, acariciando y frotándola por encima de la ropa, el chico cerró los ojos al sentir el tamaño y grosor de esta, maldita sea... la saliva no tardó en acumularse dentro de su boca, su cuerpo prácticamente rogaba por probarla de inmediato, terminó por abrir el enterizo a la altura suficiente para liberar la dura longitud de Michael ante su rostro.
El chico deslizó su lengua de la base a la punta con una lentitud tortuosa, después de dirigir una mirada lasciva hacia el enmascarado finalmente optó por introducirlo poco a poco en su boca.
Michael jadeaba con pesadez ante las nuevas sensaciones inundando su cuerpo, los labios de Billy se sentían maravillosos subiendo y bajando a un ritmo tranquilo, el interior de su boca era sumamente cálido y húmedo, nunca antes había experimentado algo así, no pudo evitar embestir contra la boca del chico, ansioso por algo más de velocidad. La mano insegura y temblorosa de Michael se enredó en el cabello oscuro de Bill, tirando de él con suavidad y algo de urgencia, invitándolo a apresurar un poco el paso.
Los dientes del chico rozaban de forma traviesa contra la piel del mayor, desatando una corriente cálida que ascendía por el cuerpo del otro, Bill ahuecó las mejillas, succionando fogosamente la dura intimidad entre sus labios, ahora irritados por todas las atenciones que brindaban, en realidad no deseaba detenerse, sin embargo, sus propios problemas palpitaban dentro de sus pantalones, exigiendo atención. Dio unos últimos mimos a la longitud de Michael, yendo tan profundo como le fue posible, tratando de introducirlo por completo hasta hacerle llegar a su garganta y luego de regreso, cubriéndolo de saliva tanto como le fue posible para luego liberarlo, dejándolo salir de su boca al mismo tiempo que un gemido.
La mano de Michael ahora sólo descansaba con suavidad sobre el cabello del chico, por primera vez tenía la guardia baja, demasiado embelesado por la imagen ante sus ojos, el rostro de Billy era precioso a la luz de la luna, podía apreciar el fuerte tono rojizo que coloreaba sus mejillas y sus finos labios, bastante irritados por el reciente uso, era un cuadro que Michael quería conservar en su memoria, seguro de que no era nada usual hallar chicos tan preciosos como aquel.
Billy sonrió al sentirse observado por el contrario
—¿Qué? ¿Te gusta lo que ves? —Inquirió, otra vez con esa tonta sonrisa en el rostro, consiguiendo un suave tirón de cabello como respuesta, ¿eso era un sí? ¿O sólo su amante urgiéndole para continuar? No se detuvo para averiguar.
El chico se deshizo de sus pantalones con facilidad, volviendo a posicionarse en seguida sobre el cuerpo de Myers, acomodando correctamente sus caderas, permitiendo que la erección de Michael rozara contra su entrada, Billy se mordió el labio inferior siendo consciente de lo que estaba por venir.
Las caderas de Michael se movieron casi por voluntad propia contra el sensible círculo de músculos, introduciéndose a través de la estrechez de las paredes sin mucho cuidado, porque Michael no era precisamente alguien paciente o gentil.
"Nhg" "¡Ah-!" "N-No, maldito idiota"
Podía escuchar los lloriqueos y quejas del más pequeño, ladeó la cabeza ligeramente, encontrándose un poco confundido, ¿que no era eso lo que debía hacer? Además... su interior se sentía tan bien, ¿qué diablos le sucedía?
—N-No sigas moviéndote —Su voz temblaba un poco, casi sonando como una súplica, Michael solía ignorar a sus víctimas cuando hablaban en ese tono, sin embargo, tener al chico abrazándose contra él de esta forma consiguió detenerle por un instante, sin embargo, no era nada sencillo mantenerse quieto cuando deseaba tanto volver a embestir con fuerza la angosta entrada de Billy.
—Duele si... si lo haces de esa forma —Explicó el chico, asumiendo finalmente que: sin duda alguna, el enmascarado no tenía mucha experiencia en absoluto respecto a lo que estaban haciendo.
Bill apoyó sus manos contra el pecho de Michael para darse algo de estabilidad antes de comenzar a mover sus caderas con lentitud para marcar el paso, tratando de acostumbrarse a la nueva intromisión.
Se meció con cuidado, mientras una de las inquietas y curiosas manos de Michael acariciaba sus muslos, subiendo hacia la tensa intimidad del más joven, sus dedos inexpertos acariciaron la erección de Billy, causando que este gimiera complacido, el chico quería que aquel hombre lo empuñara y comenzara a brindarle la atención que su miembro tanto exigía, sin embargo, estaba dispuesto a permitirle explorar y juguetear un rato. Una de ellas se instaló en su trasero, amasando uno de sus glúteos con cierta fascinación, tales caricias eran el punto de quiebre de Bill, "Mmh" pequeños sonidos inapropiados y bastante eróticos provenientes del más joven fueron emitidos cada vez con mayor frecuencia, haciéndole saber a Michael lo bien que se sentía, el mismo Billy fue quien llevó una de sus propias manos para atender su pulsátil y demandante urgencia, ocupándose de sí mismo con completa habilidad bajo la atenta mirada de Michael, que seguía cada uno de sus movimientos.

Las caderas de Loomis poco a poco adquirieron un ritmo suave pero progresivo, la respiración de Michael se volvía entrecortada conforme la velocidad crecía, Billy sentía que la vista se le nublaba al tener en su interior todo el largo de Michael entrando y saliendo con ímpetu, su boca se hallaba entreabierta, permitiendo que jadeos y gemidos descontrolados abandonaran sus labios, toda la música de esos ruidos obscenos estaban por llevar al borde a Myers, incrementando el compás de sus estocadas contra el interior de Bill, ahora con más rudeza que antes, tocando finalmente el nudo de nervios correctos dentro del muchacho, haciéndolo gritar y cerrar los ojos mientras lo veía subir y bajar sobre sus caderas con ansias cada vez mayores, las grandes manos de Michael ahora lo sujetaban de la cintura con brusquedad, agarrando su cuerpo sin cuidado alguno para hacerle chocar contra sus caderas.
"Justo así"
"más"
"por favor"
"Ah... ¡Ah!"
El placer dominó por completo el cuerpo de Bill, tira tras tira su esencia fue expulsada manchando el perfecto abdomen del contrario, entre jadeos y tras haber llegado al clímax, continuó con el ritmo que las manos sobre su cintura marcaban de forma demandante, ejerciendo cada vez más fuerza en el agarre sobre su piel hasta que finalmente Myers también acabó, llenando el interior de Loomis haciendo a este gemir al sentir sus estrechas paredes cubrirse con la cálida semilla del enmascarado, mismo que ahora se esforzaba por recuperar el compás de su respiración, por su parte, Billy aún relucía una sonrisa de satisfacción que tal vez podría durar toda la noche, porque diablos, nunca antes había disfrutado de esta forma.

Michael Myers/GhostfaceWhere stories live. Discover now