III

399 66 9
                                    

Debía estarse poniendo mal del estómago, aunque era curioso que el malestar lo atacara cada vez que Midoriya lo saludaba con esa radiante sonrisa equiparable con los rayos solares de la mañana.

—¿Qué haces, Todoroki-san? —Yaoyorozu lo saludó al encontrarlo en la biblioteca después de clases.

—Leo un poco sobre medicina.

—¿Te sientes mal? ¿No deberías ir a ver a Recovery Girl?

—Fui a buscarla, pero me comunicaron que no regresaría hasta mañana. Así que decidí investigar por mi cuenta.

—Bueno, es cierto, el internet suele ser engañoso respecto a las enfermedades. —Se sentó frente a él, sacando su indumentaria estudiantil para empezar a hacer las asignaciones de literatura—. Pero qué es lo que te pasa, quizás pueda ser de ayuda.

—Según esto —señaló el glosario de semiología que leía con cuidado—, tengo palpitaciones y cólicos intestinales... Me asusta tener insuficiencia cardiaca, porque una infección intestinal pasaría en unos cuantos días.

—¡¿Eh?! —Momo se cubrió los labios, sorprendida—. Creo que deberías explicarme más o menos qué sientes.

—Creo que sería taquicardia... Y también me tiemblan un poco las manos; en el libro dice que puede ser un daño en las vías extrapiramidales del sistema...

—Olvida el libro. —Momo se inclinó hacia adelante, emocionada por la información que Todoroki le estaba soltando—. Dime, ¿sientes como un aleteo en el estómago?

—¡Ah! Podría ser gastritis. —Parpadeó varias veces y empezó a pasar las páginas con avidez hasta que la mano de su amiga lo detuvo.

—Todoroki-san, creo que estás enamorado.

—¿Enamorado?

—Sí. Seguro te ocurre eso cuando piensas o ves a cierta persona, ¿verdad?

Todoroki alzó la mirada al techo, pensativo. Y abrió los ojos con realización, ¿en serio eso era amor?

—¿Quién es? ¿Midoriya-san?

—¿Cómo...?

—Ustedes dos hablan más con las miradas que con las palabras. Aunque es lógico considerando el tiempo que se conocen. —Momo se echó para atrás, jugando con un mechón de cabello entre sus dedos.

Pronto acabarían su primer año en U.A., y todos especulaban sobre la cercana relación de ambos chicos. A ninguno le molestaba que ambos fueran hombres porque, en palabras de Tokoyami, su relación se veía demasiado correcta como para que alguien más la juzgara.

—No... No me había detenido a pensarlo, Yaoyorozu. —Parpadeó, sujetándose el pecho de forma inconsciente—. Es la primera vez que siento algo así y meditarlo demasiado complica todo más de lo que ya.

—¿Más de lo que ya?

—Es difícil no olvidar respirar a su alrededor.

—Vaya... —Momo se armó con una sonrisa—. ¿Se lo dirás? Es más, debes decírselo.

—¿Y qué digo? —Alzó una ceja, inocente de todo lo que implicaban las palabras de su amiga.

Ella sonrió con benevolencia y colocó la mano sobre la de él para cerrar el libro. Moría de ganas por ayudarlo; de hecho, todos en el salón querían hacerlo, pero consideraba que ese era un instante para ellos dos, debían resolverlo juntos y decidir qué hacer con sus sentimientos. Momo sabía que Midoriya era astuto y perspicaz, pero dudaba que sospechara de los sentimientos recién descubiertos de Shouto. Solo restaba rezar por que todo saliera bien.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Me gusta pensar que Yaoyorozu es esa amiga incondicional para Todoroki; es decir, si solo se lleva con otros chicos van a terminar dañando su mente (Sí, hablo de ustedes, Kaminari y Mineta)

¡Plus Ultra! >.<

Las desventajas de respirar [TodoIzu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora