Entre la espesa negrura de la oscuridad de la noche de los inviernos ingleses, yacía en una cama abandonada en un cuarto solitario; una isla perdida en un mundo indiferente, pero de igual manera, cruel. Mi corazón ardía por la pérdida de mi amada Kristen.
Lo recuerdo como si hubiese sido hace unas horas, pues el dolor es el mejor tesorero de recuerdos: Di vuelta en la cama y abracé la nada que ahí se encontraba, sentí el frío del sitio y, cual fuego, quemó mi alma. Me levanté y me acerqué a las cortinas con el fin de abrirlas, la luz de la luna, debilitada por las nubes, no me permitió ver más que la silueta de mi botella de whisky y el blanco de los lirios que puse esa misma fecha en el velador de mi amada. Rompí en un terrible y amargo llanto.
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Lilium
FantasyLas fantasías, cada vez que hayan la oportunidad, recaen sobre las esperanzas muertas de las almas marchitas. De no ser destruído el orgullo, las fantasías quemarán, destruirán desde muy adentro, y pronto, de a poco, harán caer a los más débiles en...