Fernando se acercó furioso a él, estuvo a punto de golpearlo pero se detuvo antes de hacerlo.
- Es la última vez que hablamos de esto, y también la última en la que te le acercas a mi esposa. ¿Entendido?
- También es la última en la que vienes a mi oficina, aclaramos que no te correría mientras no te acercaras a mí.
- ¿Tanto miedo me tienes?
- No... Te tengo asco.
Fernando sonrió como si la repulsión que el sujeto sentía se tratara de un triunfo, se limitó a no responder y a salir lo más pronto posible.
Al día siguiente, Gloria estaba esperando a Alejandro en la mañana. Sonó el timbre de la casa y ella abrió, pero no se encontró con la persona que esperaba.
- ¡Mamá!
- ¡Gloria! - le dio un beso en la mejilla a su hija y entro a la casa. - ¿Por qué tan arreglada? ¿Vas a salir?
- Pues sí.
- Ah. - dijo cortante.
- ¿Te pasa algo?
- No, sólo que... Nada. - agarró su bolsa. - Volveré mañana.
- No quieres que salga, ¿verdad?
- Claro que quiero que lo hagas, pero en compañía de tu esposo.
- Yo no tengo esposo. - respondió molesta.
- Si lo tienes.
- Perdió sus derechos cuando decidió engañarme.
- No seas rencorosa.
- Y tú no seas tan fácil de convencer, sé que le dijiste en donde estoy.
- Lo hice por tu bien.
- Claro, porque me hace tanto bien ver a la persona que traicionó de esta manera mi confianza después de tantos años... - fue sarcástica.
- No, te hace bien ver a la persona que amaste, la persona que te ama y que quiere solucionar las cosas.
- La persona que amo, mamá. No lo digas en tiempo pasado, porque a pesar de todo el daño, lo sigo haciendo.
- Entonces si lo amas, demuéstraselo.
- Es hora de demostrar mi amor por mí.
- Eso no te dará felicidad.
- Seguramente más de la que tú crees.
- ¿Por qué no lo piensas, Gloria?
- Eso hago, estoy pensando si perdonarlo o no.
- ¿Saliendo con otros hombres?
Gloria la miró extrañada, su mamá estaba del lado de su esposo y evidentemente, se contaban todo.
- ¿Él te dijo eso?
- Eso no importa.
- ¡Son increíbles! - exclamó furiosa. Nuevamente sintió esa sed espantosa de venganza, no era lo correcto, pero era lo que sentía.
Sonó el timbre nuevamente, Gloria tomó un abrigo y abrió la puerta.
- Hola. - le sonrió Alejandro.
- Buen día. - le devolvió la sonrisa y volteó a ver a su madre, quién estaba desconcertada por la escena que se presentaba.
- ¿Qué tal? - dijo él dirigiéndose a Elena.
- Bien. - respondió ella cortante.
- ¿Nos vamos? - preguntó Gloria.
- Claro. ¡Hasta luego! - saludó de nuevo a la madre de la mujer.
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El favor de la soledad
FanfictionEl matrimonio de Gloria y Fernando se acabó debido a una infidelidad, y en medio de esa sed de venganza, apareció el encantador pero a veces prepotente Alejandro, haciéndola dudar sobre el favor que le haría la soledad, la venganza o el verdadero am...