ᴘʀᴏᴍɪsᴇ - ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ

Uno.

Esa noche las estrellas eran mucho más visibles, el cielo estaba decorado de miles de ellas y la vista era totalmente hermosa pero mi alrededor no era importante para mí en ese instante, sólo podía concentrarme en su cabeza que estaba recostada en mi pecho, justo en la zona donde se sitúa  mi corazón, que en ese momento latía con suma rapidez. Me ponía realmente nervioso tenerlo tan cerca de mi cuerpo, pero al parecer era el único que lo sabía.

Él siempre estuvo a mi lado, desde que andaba en pañales, y algo dentro de mí decía que siempre lo amé pero hace tres años fue que pude dignarme a aceptarlo, y me sentí realmente mal por dos simples razones. La primera era porque sentía que les había fallado a mi madre al enamorarme de un chico y no poder llegar a ser el hombre que ella anhelaba, uno que se casaría con una hermosa mujer y le daría nietos igual de preciosos; y la segunda era porque el chico que se robó mi corazón y suspiros fue  Kim Taehyung, el chico más hermoso que mis ojos pudieron haber observado, mi mejor amigo.

Nunca tuve el valor suficiente para decirle lo que sentía, el miedo al rechazo fue más fuerte que cualquier otra cosa, tenía miedo de que me arrebataran el mejor regalo que el universo pudo otorgarme, porque sí; eso era Taehyung para mí, lo mejor que había en mi vida, y el miedo a perderlo fue tan grande que opacó tanto a la valentía como a la seguridad que yo poseía. 

A los 10 años, Taehyung me prometió que nunca se iría de mi lado, que se quedaría conmigo hasta que tuviéramos la piel tan arrugada como uvas pasas, suelo sonreír cada vez que recuerdo la sonrisa que me regaló aquel día mientras me decía que nunca me dejaría solo.

Cada noche solía preguntarme lo mismo, "¿será capaz de dejarme solo si supiera que me he enamorado de su persona o mantendrá su promesa?". Era mi propio tormento, pero apesar de que solía convencerme a mí mismo de que él se quedaría a mi lado nunca tuve el valor de decirle que lo amaba más que a mi vida y que lo llevaría en mi memoria y corazón hasta el último respiro.