Tres.

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Mentiría si dijera que no me sentí decepcionado al despertar y no encontrarte a mi lado, deseaba poder traerte el desayuno a la cama y preguntar por lo sucedido anoche, necesitaba saber la razón de tus lágrimas, no quería tener que sentir ese dolor tan horrible nuevamente.

Como mi rutina marcaba, acerqué me teléfono para ver la hora y poder levantarme para empezar el día, ni un mensaje mucho menos una llamada, no había nada que me confirmara que estabas bien.

Al llegar a la universidad, te esperé, esperé mucho por ti, porque te necesitaba. Quería abrazarte y preguntarte tantas cosas, porque me sentía preocupado y mi corazón no para de latir con rapidez en señal de clara alteración y nervios, pero nunca apareciste. Ni ese día, ni el siguiente. Dejé muchos mensajes, y llamé continuas veces pero nunca obtuve respuesta. Mi mente maquinaba razones coherentes que sonaban más a excusas, yo trataba de excusar este raro comportamiento pero me era difícil hayar una buena excusa, al final me quedé con el ya conocido, "seguramente enfermó", tú te enfermabas con una facilidad que a veces me descolocaba mucho, solías bromear y decir que tu sistema inmunológico era igual de débil que yo ante ti, cuando hacías aquella carita de cachorrito que me ponía a tus pies. Incluso en los peores momentos solían llegar a mí bonitos recuerdos a tu lado, era increíble.

Después de meditarlo un buen rato decidí ir a tu casa, me sentía tan inquieto que hasta dormir me era difícil. Mientras más me acercaba a mi destino aquella inquietud era cada vez más desesperante, no sabía que pasaba, y sin mentir, el miedo se había instalado en mi pecho desde que desperté sin ti a mi lado esa mañana. Y creeme que aumento cuando llegué a la puerta de tu casa y al tocar salió tu madre a recibirme, su apariencia me dejó consternado, tenía oscuras ojeras bajo sus ojos y aparentaba no haber dormido en mucho tiempo.

—Señora Kim, buenas tardes, lamento molestarla pero Taehyung no aparece desde hace dos días y estaba empezando a preocuparme ¿se encuentra bien? ¿Usted se encuentra bien? —pregunté con un tono cargado de preocupación, no era algo de todos los días el verla así, tan demacrada. Tu madre siempre fue una mujer agraciada, tan hermosa como lo era tú.

—Jungkookie, cielo, lo lamento tanto,  de verdad lamentó no haberte avisado antes —musitó entre lágrimas—. Mi Hyungie no está bien, cielo, él no está bien.

—Señora Kim, por favor, digame con sinceridad qué está ocurriendo, siento que muero de preocupación y no comprendo lo que sucede —sentí que mi vista se nubló y supe que las lágrimas estaban a nada de salir—. ¿Dónde está, mi hyung? Por favor, digame —estaba comenzando a exaltarme y las lágrimas amenazaban con salir en cualquier instante, y yo no me iba a desmoronar, no ahí, no en ese momento.

—Mi Taehyung está en el hospital, lleva dos días internado. Su salud no está bien —con dificultad logró articular tu madre aquellas palabras que hicieron que mi mundo diera un vuelco.

—Él me hizo prometer que no te diría nada, Jungkook. No deseaba que lo vieras en ese estado, pero enserio lamento no haberte avisado —Nunca me sentí tan impotente, nunca me sentí de esta manera, con tanto miedo, no entendía el por qué no querías que te viera—. Acompañame a verlo, hijo, necesitas tanto como yo verlo.

—Por favor, vayamos ahora mismo. Necesito verlo, hablar con él —musite débilmente a lo que ella simplemente asintió lentamente.

Fueron los minutos más desesperantes de mi vida, mi corazón latía desmesuradamente debido a la inquietud, tenía tanto miedo en ese momento. Trataba de convencerme de que al llegar podría verte y estarías bien, tan sano como sea posible, pero, al llegar no me dejaron verte y sentí mi corazón romperse un poco más, sentí ira, tristeza, más miedo; acompañado de una gran dosis de desesperación, fueron muchas cosas juntas.

Tu madre se alejó con uno de los médicos, me encontraba yo tan sumido en la tormenta de sentimientos dentro de mí que no pensé en nada cuando noté las lágrimas que derramaba ella y la expresión de tristeza que tenía el médico. Yo me daba ánimos, "él estará bien, es fuerte, puede con lo que sea que esté pasando", era lo que me decía una y otra vez, pero la necesidad que tenía de abrazarte, de tenerte nuevamente entre mis brazos era tan aturdidora que no me dejaba creer en esas palabras.

ᴘʀᴏᴍɪsᴇ - ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora