Capítulo 3

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La semana fue demasiado rápida para Ludwig. En el mismo momento en el que el joven soldado contó que se iban a Italia hubiera deseado que le atropellara un tanque. ¿Por qué no le habría tocado ir a Polonia? Ahora todo lo que había hecho no sirvió para nada. Lo mismo podría estar muerto, y solo de pensarlo se sentía enfermo. Ya no había nada que hacer porque fuera como fuera no podía cambiar nada. Mientras pensaba en ello, estaba recostado en la cama, o algo parecido a una, varias voces se oían hablando felizmente sobre Verona, por lo que le parecía Ludwig, hablaban como si se trataran de unas vacaciones, porque a decir verdad, era un sitio bastante bonito. Hablaban también sobre temas de hombres...o sea que hablaban de las mujeres. Salió para oír mejor la conversación.

–He oído que las italianas están más buenas que las de nuestro país–comentó un soldado.

–Lo que oí yo es que tienen mala ostia–dijo otro.

–No, las chicas son durillas en el sur, pero son monísimas y pueden llegar a ser muy dulces, como las del norte. Los de la mala ostia no son las chicas, sino los chicos que están al sur, como los romanos o los napolitanos... y sin embargo los del norte son más simpáticos–dijo Fred como si fuera un experto respecto a italianos. Luego volvió a poner cara de tonto. Ludwig y los otros volvieron a mirar a Frederik como si fuera un tipo bastante raro. Siguieron hablando sobre sus cosas la mitad de la noche, hasta que les entraron sueño, y se fueron a dormir. Ludwig volvió a entrar en su tienda y volvió a tumbarse mirando al techo, volviendo a reflexionar sobre lo que iría a pasar de ahora en adelante mientras que escuchaba la radio. Oyó que en Polonia la batalla estaba siendo un éxito para los alemanes, gracias también al apoyo ruso. Ludwig no sabía que los rusos podrían participar y más siendo, supuestamente, aliado de Polonia. Cerró los ojos y decidió dormir.

†††

Aún era de noche pero había sonado una corneta que obligaron a todos a levantarse rápido por el susto. Los obligaron a todos a meterse en un lugar no muy limpio que se diga donde tuvieron que echarse toneles de agua congelada a modo de ducha. Seguidamente se vistieron deprisa, pero tuvieron que ser más rápidos todavía para el desayuno, ya que todos estaban muertos de hambre, el pobre Ludwig no tuvo tiempo para coger un pedazo de pan. Seguidamente subieron al avión. Se pusieron los cinturones. No era el típico avión donde uno viajaba para ir a cualquier país, ya que los asientos estaban unos enfrente de los otros a ambos lados del avión dejando un muy amplio espacio en lo que sería el pasillo. Ludwig se encontraba un poco asustado, nunca había viajado en avión.

–¿Es tu primer vuelo?–preguntó Geert que estaba a su lado.

–Sí.

–No tengas miedo, suelen ser de fiar–en ese momento, el avión empezó a moverse de manera extraña, como si hubieran un montón de piedras en el camino. Aumentaba la velocidad hasta el punto de hundir a Ludwig en el asiento, y finalmente, el avión empezó a inclinarse hacia el cielo, volando alto, hacia el nuevo país. Durante el viaje, el sol empezaba a salir. El amanecer por encima de las nubes era maravilloso, te hacía sentir como si estuvieras encima de todo y de todos. Las luces anaranjadas daban en el rostro de algunos que tuvieron la suerte de tener una ventana. Sí, era bello.

–¡Qué pasada!–exclamó Frederik apoyando la cabeza en el cristal–. Me apuesto a que Gilbert ha visto esto un montón de veces.

–Fred, no mires al sol o te quedarás ciego–dijo Geert mientras sostenía una especie de librito en una mano.

–¿Qué lees?–preguntó Ludwig.

–Pues...

–¡Estás leyendo esa cursilada de Romeo y Julieta ¿verdad?–interfirió Fred apartando la cabeza de la ventana con una amplia sonrisa.

–No es una cursilada, es arte dramático. Además deberías leer algo o acabarás siendo medio analfabeto–le contestó Geert. Frederik perdió su sonrisa y volvió a mirar a la ventana.

–La guerra no es para los intelectuales –dijo Fred. Ludwig pasó de su pelea y empezó a pensar en su hermano, ¿habrá salido vivo de la batalla en Polonia? No estaba nada tranquilo saliendo del país hacia Italia, tampoco debió haber dejado a Roderich solo y tuvo que haber impedido la partida de su hermano. Ludwig se echó las manos a la cabeza, ¿cómo pudo ser tan estúpido como para haber hecho lo que acababa de hacer? Lo peor de todo era sin duda el que ahora no sabe si volverá o no de Italia, aunque si van al norte, serán más simpáticos, ¿verdad?. Una bajada repentina hizo que saliese de sus pensamientos, estaban aterrizando en Italia.

–Voy a ver a Nangelo~–dijo Fred–. Ve~–un escalofrío recorrió la espalda de Geert y Ludwig, la cara de tonto de Fred había vuelto...y esta vez decía tonterías.

†††

Llegaron al campamento que no estaba muy alejado de la ciudad, estaba en mejores condiciones que el de Berlín. Ludwig decidió llevar a Fred con una correa, ya que por el camino, intentó ligar con las muchachas de la zona. Los italianos los recibieron bastante bien, invitando a todos a pasta y pizza. Entonces Fred se puso inquieto, vio a una persona muy familiar para él.

–Nangelo~–dijo soltándose. Ludwig vio que se dirigía a un rubio como ellos de cara de atontado que estaba acompañado de otro más que estaba a su lado.

–Freddie~cugino~–dijo el otro rubio con cara de tonto.

–¡¿Más como él? Ludwig, tenemos que huir!–exclamó Geert escondiéndose detrás de Ludwig. El alemán sacó una gotita en la sien y vio que Fred saludaba alegremente a los otros dos acompañantes. Decidió acercarse y presentarse con ellos.

–Ludwig–dijo Fred–. Éste es mi primo Nangelo~–el primo italiano saludó al alemán alegremente.

Ciao~ os voy a presentar a mi amigo~–dijo Nangelo. Detrás de Fred y Nangelo estaba un chico castaño claro de ojos almendrados, de piel blanca. Cabía decir que tenía un rulito divertido que sobresalía de su cabeza. A Ludwig se impresionó un poco por el chaval, cambió su cara a la que pusieron los otros dos, la cara de embobado.

Ciao~–se quedó impactado por la dulce voz del muchacho y un escalofrío recorrió su espalda, un tipo de escalofrío que no sentía desde hace mucho tiempo.

During the war (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora