Un libro de tardes

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Esta tarde bajo otra obra maestra
de pinceladas nostálgicas,
cuando el día envejece
despidiéndose lentamente
con un delicado abrazo,
repaso las páginas
de mi memoria gastada.

Encuentro tu cara perfecta,
tus ojos radiantes,
tu pelo de seda.

Siempre a mi lado
como una gacela a la sombra
de un árbol de horas.

Descubro que todos estos años
he sido un coleccionista
de tardes muertas,
días dorados que se alejan
con mi ocaso cada tarde
más y más cerca.

Pero mientras llega el momento
yo guardaré estas páginas
que hablan de ti, de mi, de nosotros,
sin arrancarlas de mi
como ya el tiempo hizo contigo.

Hasta mi último día
lamentaré perderte,
agradeceré amarte,
soñaré cada tarde
que estás aquí,
después de todo dijiste
que sería para siempre.

Y leeré mil veces esta historia
que me dejaste en lágrimas.

La guardaré en mis secretos
hasta que mi historia
termine también y al fin
quede sellado este libro de tardes.

Perdido en arenales de olvido
uniforme en los siglos
y extinto entre los mundos.

Diez formas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora