Pequeños Crímenes.

Sudores fríos .

Desde aquí puedo oir exhalar el aliento a Lau.

Puedo sentir como el pánico le acaricia , la ansiedad le arropaba y el miedo la mecia. Estaba paralizada , como si notase que no tenía escapatoria .

En un intento de evadir a su mente aturdida aún por la pesadilla , comenzó a apretar sus ojos cerrados y acto seguido echó sus manos a la cabeza, interrumpiendo así las voces de su mente. Era una orden imperativa a su cerebro: "-¡Cállate, no me interesa lo que piensas! ". Sólo quería dormir , olvidar lo ocurrido , descansar . Pero aquella voz , no tenia intención de cesar.

Fue entonces cuando sus pensamientos la acorralaron del todo , la angustia se apoderaba de lo que sumergía la habitación y como única escapatoria , como intento desesperado , pidió ayuda.

Se refugió en un grito, tan simple como:  "- ¡¡ Mamá !! "

En un par de segundos , un destello de luz en el pasillo hace que aquél miedo desgarrador fuera disminuyendo y fue cuando vio el rostro de Loreto, su madre , cuando el pánico desaparece definitivamente.

Laura se levanto para abrazarla y es que , a veces , lo único que necesitamos es un abrazo.

Y que poco nos lo dan.

Loreto también andaba angustiada también , el erróneo amor de Lau hizo que se centrará más en el corazón de su hija que en el suyo y eso le pudo repercutir.

Estaban ambas sentandas en el balcón, fumando un cigarro .

Podian ser las cuatro de la madrugada. Y toda la calle se encontraba en silencio.

- Dos ceniceros de corazones rotos. - Comentó Laura a lo que su madre sin apartar la mirada del suelo , le hizo ver con una mueca en su sonrisa que el comentario no pudo ser más acertado mientras que golpeó el cigarro para que la ceniza se desprendiera de él .

- ¿ Te ha llamado tú padre ? - Dejó caer la incómoda pregunta a su hija.

-  Se lo descolgué.

-  [ ... ]

-  Mamá . Tu intentas protegerme del hombre que me hace daño. Yo intento protegerme de quién te lo hizo a ti.  - Loreto fue una joven rebelde a lo menos, a los dieciséis ya no tenía contacto con sus padres pero si estaba enamorada de Rubén. Un chico apuesto, un moreno como el solo y con mucho , mucho dinero.

Eso actualmente.

Era un devorador de sueños , un veinteañero recien metido en bolsa, con demasiada ambición.

Eran jóvenes, nada podía truncarles su sueño. Nada hasta que Loreto se quedó embarazada.

En ese momento la relación se congeló.

Rubén era demasiado para ella , y obviamente cuando el dinero empezó a surgir...

¿ Quien necesita el amor ?

Loreto abandonada, aún recuerda aquel momento en el que se vio sola. Nadie vino a conocer a su bebé recién nacido durante su estancia en el hospital.

Laura desde entonces, tiene un particular  "odio" hacia los hombres.

Ninguno de todos ellos ha sabido hacerle bien.

-  Laura llevas medio paquete con la tontería.

- Mamá dentro de un poco más de una hora sale mi vuelo.

-  Arreglate , nos vamos en un cuarto de hora. - ¿¡Qué?! A Lau se le cayó el mundo encima, le temblaban las piernas solo de pensar en que se estaba yendo. Qué todo era real. Que su vida en España ponía punto y final. Que ya no había retorno posible. Y no fue hasta entonces cuando se dió un último paseo por aquel piso, recordando paso a paso múltiples momentos con su madre, sus amigas ... incluso con Edgar.

Sólo podía sonreír e ir cerrando puertas en señal de despedida , se puso cómoda , unas deportivas , su sudadera favorita y unas mallas .

- Mamá cuando quieras . - Dijo Lau con voz entrecortada. Su madre la sonrió y bajaron juntas hasta la plaza de su cochera .

Lau empezó a llorar , pero a la vez sonreía .

Iba de camino a su particular felicidad