Kang LeeNa es una estudiante modelo que vive para cumplir su sueño, pero todo se complica cuando su entrada a la universidad se ve amenazada por falta de puntos. Como sugerencia de su amigo Kim TaeHyung, opta por comenzar a dar tutorías a los del eq...
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Kang LeeNa siempre ha sido una chica de buenas costumbres. Calificaciones excelentes, adecuado comportamiento escolar, sobresaliente en cada situación que requiriera de su participación. Era un modelo a seguir para muchas estudiantes y más ahora que se encontraba cursando su último año de secundaria.
Muchos pensaban que lo hacía por seguir la tradición de su familia, ya que los Kang eran reconocidos por su nombre y prestigio.
Pero realmente Kang LeeNa no le podría importar menos aquel estigma familiar. Ella tenía un sueño por el cual trabajaría arduamente hasta alcanzarlo, el cual requería de un índice de notas alto y una recomendación perfecta.
Por ello, cuando se enteró que su puntaje, aún después de todo su esfuerzo, no sería suficiente para entrar en la universidad que deseaba, fue cuando sus planes comenzaban a verse amenazados.
— ¿Darle clases a quién?
—A los del equipo de baseball. Me enteré que andas falta de puntos de tutoría para la solicitud universitaria.
—Estas muy bien enterado Kim TaeHyung...—La chica curveo una de sus cejas mientras observaba a aquel chico con sonrisa brillante que se balanceaba en sus zapatos de goma.
—Sabes como soy, las paredes tienen oídos.
El castaño enfatizando su comentario mientras señalaba sus orejas que sobresalen de la gorra de baseball que solía usar en conjunto con su uniforme escolar.
—Como sea... No creo que eso sea necesario, puedo darle tutoría a cualquiera en el curso de verano.
—Vamos LeeNa. Sabes bien quién está en el equipo de baseball.
Kang LeeNa se sonrojo al momento de pensar en aquel chico de cabello oscuro y cálidos ojos, era inevitable, aquel chico era lo que más le llamaba la atención, apartando su meta.
—No creo que el necesite tutoría, he visto sus calificaciones y no son malas.
—Pero eso te dará oportunidad de estar más cerca del equipo de baseball y de él, piénsalo. Estamos en nuestro último año y no has vivido la llama de la juventud.
Kang LeeNa miro desconcertada al teatral castaño, sin entender bien al punto que quería llegar.
—Debes arriesgarte por una vez en la vida. Intentar una locura, igual, nos quedan menos de seis meses en la escuela.
Kang LeeNa lo pensó detenidamente. Era una idea completamente descabellada, pero parte de lo que decía su amigo era cierto. Jamás se había arriesgado con algo en su vida, confesarle sus sentimientos a una persona con la que no había estudiado de cerca, podría ser menos incómodo si al menos lo pudiera ver en las clases de tutoría.
—De acuerdo. Lo haré. Le daré clases al equipo de baseball.
— ¿En serio? ¡Genial! Iré a decirles a los chicos.
