Kang LeeNa es una estudiante modelo que vive para cumplir su sueño, pero todo se complica cuando su entrada a la universidad se ve amenazada por falta de puntos. Como sugerencia de su amigo Kim TaeHyung, opta por comenzar a dar tutorías a los del eq...
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— ¿Jeon JungKook?
Tae dejo de limpiar el pizarrón y miro con sorpresa a Kang LeeNa.
— Si... ¿Sabes dónde vive? El otro día lo acompañe a su casa, pero no parecía su hogar... lucia bastante solitario y en mal estado.
— ¿Lo has acompañado? Oh dios mío. Kang LeeNa, pensé que te gustaba Jimin.
El puño de LeeNa fue más rápido que las palabras de Kim TaeHyung, que fue silenciado con este.
— ¡Cállate Kim!
Susurro con fuerza al peli castaño mientras volteaba y se aseguraba que los demás que se encontraban en el salón estuvieran aun ocupados en la tarea de limpieza.
— No es eso. Lo estaba acompañando porque se lastimo... por mi culpa.
La chica miro con vergueara el piso. TaeHyung se sorprendió.
— Entonces ¿Fuiste tú quien golpeo a Jeon en el hombro? Demonios LeeNa! recuérdame no volverme a meterme contigo.
TaeHyung bromeo, pero el humor que tenía LeeNa hizo que este callara una vez más.
— Como sea... No conozco mucho a Jeon, además de saber que es el bateador más importante de nuestro equipo. Oh, sé que es un año menor a nuestro grado. También creo que viene de Busan...
— ¿Busan? Eso es lejos...
Susurro al final LeeNa con un poco de pena, al recordar que posiblemente no viviera con su familia por esa causa.
— Así es. Llego a nuestro equipo hace un año. Él siempre ha sido muy callado y distante ahora que recuerdo, el único que se mantiene junto a él es Jimin, de resto siempre está entrenando y tampoco es muy sociable en su clase. Maldito, eso solo lo hace más popular entre las chicas.
LeeNa arqueo una ceja ante las ridículas palabras de su amigo, pero ignorando eso, le había dado una pista importante para poder descifrar este misterio que era la actitud de JungKook.
— ¿Una merengada de fresa?
Jimin dejo el batido al frente de LeeNa mientras él se sentaba con un late al otro lado de la mesita del café donde Jimin le había sugerido ir después de clases.
— Gracias.
Ella asintió y agradeció con nerviosismo.
— ¿Cuánto fue?
— No te preocupes, es lo menos que te puedo dar por los tips. Los muchachos han mejorado mucho sus notas. Sin importar el año, manejas muy bien todos los temas. En verdad eres una tutora increíble.
Jimin esbozo una sonrisa que provoco que sus ojos desaparecieran en dos líneas obscuras y provocando que LeeNa casi babeara sobre su merengada. Cuando noto que seguía pegada observando el rostro del muchacho, reacciono y se concentró en lo que le iba a preguntar.
