Parte 4 (Final)

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— Buenos días ¿Aquí trabaja la Dra. Kang LeeNa?

— Así es ¿Tiene cita con ella?

— Oh, no, pero creo que no la voy a necesitar... solo deseo hablar con ella por unos segundos.

La chica de la recepción vio de forma extraña al joven, pero de igual forma, era muy guapo como para ir en su contra. Así que terminó por aceptar lo que decía e ir a anunciarle a la doctora sobre su llegada.

El joven tomó asiento en la recepción, mientras su mirada recorría las paredes de la sala de espera y estiraba un poco su hombro hacia atrás.

—Bueno... aquí vamos.

Comentó notando algunos adornos de pequeños conejitos decorar la zona infantil, donde los niños solían jugar para esperar a ser atendidos por alguna revisión física.

—Disculpe...

El joven escuchó a la enfermera e inmediatamente se colocó de pie.

—La doctora... ella no podrá atenderlo. Con gusto, le anotare una cita para otro día.

— ¿Cómo?... ¿Es por qué no tengo cita previa? Escuche, sé que no me cree, pero soy famoso y estoy llegando justamente de estados unidos...

—Pero señor...

—Tome un avión de casi 18 horas solo para decirle a esta persona q-...

— ¡La doctora no se encuentra en su oficina!

La enfermera elevo la voz y cubrió su boca al notar que lo había hecho. El hombre, por el contrario se silenció y parpadeo unas cuantas veces antes de caer en cuenta.

—Ella... ¿No está aquí?

La enfermera asintió con lentitud.

—Y... ¿Dónde está?

Otoño estaba finalizando, provocando que Kang LeeNa recordará una vez más aquel día noviembre cuando ese chico desapareció de su vida como las hojas de los árboles vuelan ante la llegada del invierno.

Unos pocos pájaros revoloteaban entre los árboles ante el sonido del golpe seco de un bate.

Ante cada esfuerzo que LeeNa proporcionaba al bate para que este golpeara las pelotas que la máquina dirigía hacia ella, su aliento salía como humo de su boca, calentando y humedeciendo sus resecos y rosados labios.

El estar en aquel campo de baseball de su antiguo instituto se había vuelto una costumbre de cada noviembre y finalización de temporada. Ella, aunque no quisiera, era dirigía por sus pies al solitario campo. Normalmente los sábados se encontraba cerrado porque el instituto así lo tenía reglamentado, pero como una de las mejores ex estudiantes del lugar, había logrado obtener unas llaves propias por parte del director que aún a esas alturas de su vida, la recordaba con estima.

★⌈Golpe de Suerte⌋☆ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora