«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».
Un pequeño auto transitaba por las vacías calles de las afueras de la ciudad. Era una calle estrecha y mal pavimentada, con demasiados baches y muy poco transito. El bosque se veía pocos metros mas allá a los lados de la carretera y el único sonido era el producido por el auto y sus ocupantes.
-Aun podemos devolvernos, no tienes que hacer esto tu, Sam- comento el hombre en el puesto de piloto mientras miraba a su compañera de viaje.
-tienes razón no tengo que hacerlo, quiero hacerlo- dijo la joven esbozando una sonrisa nerviosa. Charles suspiro y poso la mirada en la carretera justo tiempo para esquivar un bache del camino. Aun estaba intentando comprender que era lo que lo había llevado a ofrecerle ese trabajo a ella. En el fondo el había tenido la esperanza de que la joven castaña no aceptara, que lo llamara loco o se riera de el, no que saltara a la acción como una hormiga hacia un dulce demasiado bien ubicado
-sabes que voy a estarte esperando en la puerta todo el tiempo que demores dentro de ese lugar y que es solo que salgas y me digas que no quieres seguir para que no tengas que volver mas cierto?
-si Charles, lo entendí desde la cuarta vez que me lo dijiste- comento en tono cansino ella, aun faltaban 10 minutos de viaje y no quería seguir escuchando el mismo discurso una y otra vez- además ¿que es lo peor que podría pasar?, el hombre ni si quiera sabrá mi nombre, y de aquí a unas cuantas semanas lo mas probable es que ya ni exista.- finalizo ella mientras abría sus notas y las organizaba para su entrevista. Charles suspiro y dio por zanjado el tema por lo que faltaba de viaje, estaba convencido de que nada podría hacer para sacárselo de la cabeza a su amiga y colega.
Luego de pasados unos cuantos minutos se cruzo con el portón que daba la entrada a la enorme penitenciaria de Saint Lucy. Presentaron sus permisos e identificaciones para que los dejasen pasar y el poder llevarla hasta la portada
-cuidate Sam- comento el por ultima vez cuando ella cerro la puerta con un portazo "exagerado" pensó ella mientras pasaba la primera puerta de seguridad
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"Pronto descubrió que ya no se podía mover. No se extrañó por ello, más bien le parecía antinatural que, hasta ahora, hubiera podido moverse con estas patitas. Por lo demás, se sentía relativamente a gusto. Bien es verdad que le dolía todo el cuerpo, pero le parecía como si los dolores se hiciesen más y más débiles y, al final, desapareciesen por completo. Apenas sentía ya la manzana podrida de su espalda y la infección que producía a su alrededor, cubiertas ambas por un suave polvo. Pensaba en su familia con cariño y emoción...(1)
-Luc tienes visita- se escucho el grito del guardia resonando en el vacío de la habitación de reclusión donde se encontraba un joven- llego el periodista que pediste- hablo el guardia con repulsa abriendo la puerta para dejar pasar los primeros vestigios de brisa que había tenido en el dia. Sonrió, soltando el libro que estaba leyendo y doblando la página donde se encontraba. Izo lo posible por acomodarse el cabello con los dedos y estirar su ropa para hacer desaparecer al menos unas de sus tantas arrugas, si todo salía como esperaba las cosas se iba a tornar divertidas
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Llevaba cerca de 20 minutos en esa sala de espera y se estaba desesperando. El cuarto constaba solamente con 2 sillas de madera destartalada y una mesa donde le habían permitido colocar las pocas cosas que le dejaron pasar, su grabadora y algo de papel. Reviso su apariencia y su coartada una última vez y se acomodo en una de las sillas mientras su entrevistado entraba a la sala.
