Cap.-18

363 56 7
                                    

La palabra paciencia no era una que existiera en él vocabulario de Mangel, esperar a que su compañero tratará en decidirse en que cereal llevar, lo estaba matando. Pero no podía quejarse ni reclamar nada, Chuck seguía igual de serio y parecía realmente concentrado en lo que hacía y temía interrumpirlo y empezar una discusión.

Lo miró con cara de fastidio una vez más.

—¿Y...ya terminaste?...

—Ayúdame a escoger, esto realmente es difícil.— Dijo Chuck posicionado en cuclillas observando detenidamente cada producto.

Mangel rodó los ojos recargando ambas manos sobre sus piernas inclinándose hacía enfrente, mirando sin interés los cereales. Escogiendo al azar.

—Bien...llevemos aquel.— Señaló Mangel a una de las cajas.

Su único objetivo ahora era irse de ahí y poder descansar.

—No, ese no, tiene demasiada azúcar.— Le contestó él rubio con una mueca en la cara.

—Y...¿Qué te parece este? es integral.

—Contiene pasas, y no me gustan las pasas.

—Demonios, entonces llevemos este y ya!.—Habló molesto perdiendo su última gota de paciencia.

Chuck lo miró malhumorado ignorándolo completamente, posando su vista de nuevo a las cajas. Mangel rodó los ojos una vez más e hizo lo mismo, observar los malditos cereales, y pronto se desquitaría por eso.

Todo era silencio entre ellos dos, escuchando las voces de personas de todo el mercado.

Los ojos del albino se iban entrecerrando del aburrimiento, cuando de repente sintió un golpe a su trasero, provocando todas sus alerta se encendieran, mirando de reojo a su compañero; parecía culpable pero seguía viendo como tonto las cajas. No pudo haber sido él.

Puso la cara más ruda que tenía y se volteó a enfrentarlo. No vio a nadie, giró a ambos lado y tampoco.

—Maldito cobarde...—Soltó un suspiro de fastidio al final.

Cuando iba a girarse unos pequeños brazos lo detuvieron, miró abajo y notó a un pequeño niño abrazándolo, al parecer asustado. Confundido, trató de safarse del agarre pero él chiquillo seguía aferrándose a él.

—A-ayudeme señor...—Habló él niño con los ojos rojos, aún abrazado.

—¿Señor?, ¿Quién diablos eres?.—Empezó a sacudirse tratando de quitarselo de encima.—¡Suéltame!

Él niño se negaba casi enterrándole las uñas, apunto de llorar.

—¡N-no!!, ¡por favor ayúdeme!.

Ambos comenzaron un escándalo, uno gritando y otro llorando, haciendo que Chuck al fin perdiera su atención a los cereales y se diera cuenta de lo que sucedía. No le agradó nada la forma en que Mangel estaba tratando con él pequeño.

—¿¡Qué haces?!, ¡Puedes lastimarlo!.— Intervino Chuck molesto y tratando de calmar a Mangel.

—¡Pero si él me esta lastimando!, ¿¡Qué no ves sus pequeñas garras!?.—Dijo casi gritando de dolor finalmente pidiendo quitarse al chico de encima, gracias a Chuck, quién lo había tomado de sus pequeños brazos, claro, sin lastimarlo.

—Dime...¿Cuál es tu nombre?.— Preguntó el rubio de manera gentil y con una sonrisa.

—M-me llamo Samuel...—Contestó casi murmurando, tallandose ambos ojos.

—Bien Samuel...—La mano del contrario pasó por la pequeña cabeza del niño, revolviendo con ternura sus rizos. —¿Qué ocurre?, ¿Por qué molestabas a aquel señor amargado?.

 I'M NOT GAY! [Manglica Genderbend]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora