IV

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Tres coplas, para ti, álveo, banquisa, y caletre.

¿Recordaste? Día de simple, el mar sueño no tuvo.

No lo hago. Noche de enredo, contó olas el poeta solo.

¿Olvidaste? Una canción solemne, arena no es quebranto.

Creo que sí. Un bullicio fastidioso, miró el sufrimiento.

¿Vives? Fogoso el desierto, el verde sin sustancia.

Eso quiero. Lóbrego el bosque, suma árboles ella sin vida.

¿Mueres? Una ráfaga ciega, musgo no es vidorria.

Eso espero. Un silencio vidente, escucha la caída.

¿Serás? Pálido tu cuerpo, el color miedo no desvanece.

Quizás. Sonrosado tu atavío, añadirá temor el limerente.

¿Existirás? Una señal susceptible, cariño no es calígine.

Para ti no. Un vacío confiado, sentirá el pagote.

Cabeceante, baladrona y acerbo, para mí, tres pensamientos.

Para ti, tres coplas.

XVII palabras de un mudo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora