Quien eres

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-Cielos de Ponyville_ En la mañana-

Una pegaso de pelaje rosa pálido volaba cuidadosa por los cielos del pueblo, era una mañana tranquila de un viernes cualquiera, aquellos que no estuvieran trabajando probablemente estarían durmiendo o tomando su desayuno nadie pondría mayor atención a una pegaso nueva en el pueblo que rápidamente se dirigió al castillo de la amistad.

La pegaso tenía una cabellera corta de color azul claro y como único detalle particularmente llamativo llevaba un collar de oro con un hermoso rubí en el centro, la joya cortada en forma de cuadrado brillaba con fuerza cuando el sol la tocaba, tras unos momentos la pegaso se hayo frente a la enorme estructura de cristal que era el castillo de la amistad, en ese momento pudo observar algo de movimiento en la entrada, al parecer había una pequeña conmoción lo que hacía que todo estuviera a pedir de boca para llevar acabo el plan, pues nadie pondría atención en el cielo de la mañana si estaban ocupados en un trabajo.

-Muy bien, empecemos con esto- Dijo la pegaso en un tono muy formal

Tras estas simples palabras la pegaso llevo su casco derecho directo al collar y presiono con fuerza el rubí el cual rápidamente comenzó a brillar con una enorme intensidad, casi como si fuera una pequeña estrella roja, tras un momento el brillo se extendió por el cuerpo de la pegaso cubriéndola por completo y cambiando su cuerpo poco a poco, segundo a segundo el cuerpo de la pegaso comenzó a perder su forma física y empezó a tener una consistencia vaporosa similar a la de la niebla dándole al cuerpo una apariencia espectral que era fácilmente ignorada en el brillo de un día tan hermosamente soleado.

La pegaso ya completamente convertida en una niebla roja brillante casi sin forma se acercó rápidamente a la primera ventana abierta que encontró en el castillo y se coló por ella, tras un momento aquella corriente de niebla se movía libremente por los pasillos en completo silencio y rápidamente fue acercándose a la planta baja del castillo.

Mientras deambulaba la niebla pudo escuchar algunos sonidos y voces

-Spike ten cuidado- Decía una voz masculina, si no estaba mal, era la del Doctor Time Turner- Esa máquina es particularmente pesada, podrías lastimarte la espalda-

El dragón contesto confiado- No te preocupes viejo lo tengo-

-Spike, no vayas a hacerte daño- Le regaño la princesa de la amistad- Tómatelo con calma-

-Estoy bien Twi, te preocupas demasiado- Respondió con tranquilidad el dragón

La niebla se alejó de aquella discusión, aunque le hacía feliz escuchar esas interacciones entre los habitantes del castillo, realmente le agradaba que Spike y Twilight se llevaran tan bien como siempre.

Tras un momento la niebla finalmente hayo su camino al sótano del castillo y allí encontró lo que tanto buscaba, un enorme espejo conectado a una maquina particularmente extraña y en la cima de ella un libro que la niebla reconocía de inmediato, después de todo en algún momento había sido suyo.

En ese momento la niebla volvió a comenzar a solidificarse, pero esta no retomo la forma de aquella pegaso de pelaje rosa, muy por el contrario la figura que apareció era la de una yegua particularmente alta, su pelaje era blanco puro como la nieve y su cabello en patrón de aurora, se agitaba de manera antinatural y tenía esa apariencia casi irreal como si estuviera hecha de luz; rápidamente la apariencia de la princesa Celestia se hiso presente en aquel castillo, de la pegaso que antes había surcado los cielos solo permanecía aquel collar dorado con un rubí el cual ahora se lucia en el cuello de la princesa.

Celestia suspiro aliviada al darse cuenta que había entrado al castillo sin que nadie lo percibiera, después de todo no tenía la menor intención de explicarle a Twilight porque había decidido entrar en su castillo ni mucho menos darle detalles de lo que iba a hacer a continuación.

Sol y mariposas en discordiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora