Estaba en un gran y alto edificio. Su estructura estaba demacrada gracias al tiempo transcurrido en el que nadie le cuidó. Miraba detrás de la ventana; todos estaban envueltos en el calor abrasador del fuego y en medio de toda la multitud, resaltaba Negan. Desde lo lejos se veía que era el único que estaba ileso.
Al verlo, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
Anteriormente, él había usado el poder de sus palabras para poder dominarnos a mí y a mi comunidad. Palabras que habían marcado un antes y un después en la forma en la que pensaba. Él le dijo a mi comunidad que cualquier cosa que hicieran incorrecta, desataría una serie de consecuencias para la vida de cada uno de nosotros. Ya había cumplido sus palabras antes, ¿por qué no lo haría ahora?Me alarmé al sentir como eran posicionados los fríos y temblorosos dedos de un individuo en mi hombro sin tener un previo aviso de que este, se encontraba en el lugar. Al voltear, ví al moreno en el que pensaba constantemente, pero este, no era el mismo de siempre. Quedé estática al ver que tenía un aspecto muy moribundo. Él siempre se veía jodido, pero parecía que algo lo estaba consumiendo.
– Ayúdame. –en el momento en el que él habló, pude notar que sus labios estaban resecos y sus ojeras estaban muy pronunciadas. Su expresión corporal y facial daba a entender que en verdad necesitaba ayuda.
Moví mí cabeza al lado izquierdo y luego al derecho, dándole a entender que le estaba negando su petición. No pude en ese momento perdonarle; rápidamente me dí la vuelta y me posicioné detrás del alto hombre, para luego empujarlo con todas mis fuerzas hacia la ventana, más sin embargo, me tomó de la mano y me apegó a su pecho, provocando que cayera con él.
Atravesamos la ventana, provocando que diminutos trozos de vidrio atravesaran gran parte de mi piel. Al ser más pequeños, hacían que el dolor fuera más agudo. Si moría en ese momento, estaría feliz, contenta de no estar en este mundo que se había tornado grisáceo de toda la maldad que habitaba ahí. Ví el suelo desde lo lejos, esperando que mi cuerpo impactara en el rugoso concreto.
Y entonces, abrí los ojos con exaltación. Mi respiración estaba muy agitada. Suspiré al ver que estaba bien y que había aterrizando en mi mundo.
Miré hacia la pequeña ventana que estaba en mi habitación y noté que el cielo se notaba más despejado que otros días. Me levanté de mi cama, tranquilizado mi respiración poco a poco.Me quité la supuesta pijama que estaba conformada por unos pantalones rotos y una playera, igualmente rota. Me puse lo primero que ví, qauería despejar mi mente y por ello no me importó mi vestuario.
Salí de la pequeña habitación en la que me encontraba y bajé hacia la cocina.– Hola Eli, ¿amaneciste bien? –la morena me preguntó una vez que me acerqué a su lado. Con una bella sonrisa me miró a los ojos.
– Tuve una pesadilla, pero dormí bien, gracias. –la morena, depositó un pequeño beso en mi mejilla y volvió a hacer lo que estaba haciendo.– ¿Y Rick?
– Está viendo que todo vaya bien. ¿Me ayudas? –la mujer, señaló la mesa de la gran cocina donde se encontraban un par de frutas sin cortar, pero al recorrer mi mirada por todo el lugar, me percaté de que había un gran pedazo de carne en un sartén muy desgastado, cocinándose apenas.
– ¿Quién trajo eso? –pregunté entusiasmada, mientras miraba indiscretamente el trozo de carne que tenía un tono rojizo y estaba rodeado de sangre.
– Aaron. –la novia del ex ayudante de sheriff suspiró al mismo tiempo que sacaba un vaso de plástico desgastado, de la gran alacena de madera.– No respondiste a mi pregunta.
– Oh, disculpa. –solté una pequeña risita mientras bajaba mi mirada y la posicionaba en el suelo.– Lo siento, pero, iré a fuera. Me hace un poco de falta tomar aire libre. –volví a subir mi mirada y esta vez la coloqué en mi amiga. Ella sólo se decidió a asentir con la cabeza.
Tomé un par de bayas, y me las llevé a la boca, acto seguido, dirigí mi cuerpo hacia la salida de la casa. Tomé el pomo de la puerta y le dí la vuelta. Empujé lentamente esta para después salir de la gran casa.
Mastiqué la baya e hice una mueca al sentir la acidez en mi papila gustativa que me había provocado la falta de madurez del pequeño fruto. Escupí un poco de saliva al suelo, para quitar esa fuerte sensación que inundaba toda mi boca. Toqueteaba las bayas restantes con la yema reseca de mi dedo blanquecino, mientras estas se resguardaban en la palma de mí mano.Comenzaba a debatir en mi mente lo que haría en el resto del día.
Mi mente realmente estaba en un estado de concentración, cuando, el sonido que salía detrás de la puerta que daba a las afueras de Alexandría, provocó que mis pensamientos se esfumaran, como las nubes cuando entra el sol en tarde de verano.Entonces, la melodía de una voz gruesa, empezó a inundar el tenso ambiente con un tono burlón en esta;
❝ Little pig, little pig. ❞De un momento a otro, ví aparecer a Rick. Él, se acercó al gran portón de hierro oxidado que protegía la entrada de Alexandría. El ex ayudante de sheriff desprendía la autoridad avitual, pero al observarlo detalladamente, su cuerpo decía todo lo contrario; temblaba ligeramente y se le podía notar cierta rareza en el reflejo de sus ojos azules.
Finalmente se acercó a su objetivo y al empujar el gran portón hacia un lado, dejó ver a un robusto señor de cabellos castaño obscuro y unos ojos brillosos de poder.
Sentí el temor recorrer cada rincón de mi piel, mis ojos se abrieron espontáneamente y los vellos -principalmente los de mis brazos- tomaron una forma vertical.No era la primera vez que le había visto ya que previamente su cuerpo ya se había encontrado frente a mis ojos en la vez en la que mató a dos de mis amigos. No era la primera vez que sentía miedo, pero al ser un nuevo mundo cualquier cosa te exponía a diversos factores, en el que claro, se incluía la muerte.
Recordaba a la perfección su nombre. Por razones de rabia y temor, no lo mencionaba muy amenudo.
El ojiverde se fue acercando lentamente hacia el líder de Alexandría, mientras varias personas irrelevantes pasaban a los lados de estos.El hombre alto se posicionó enfrente del cuerpo de Rick, sus dientes blanquecinos salieron a la luz y sus labios rosados se estiraron hacia los lados. Entonces, el hombre habló y debido a la distancia que se interponía entre nuestros cuerpos, no logré escuchar nada.
Sus hombres caminaron hacia mí mientras él me señalaba con el dedo.
¿¡Qué carajos!?
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The Fiend
FanfictionElla sabía que si se metía entre las llamas de ese infierno, no volvería a ver los rayos del sol. Permanecer entre las garras del enemigo significaba que no volvería a ver a lo más preciado que tiene en este mundo, o lo que queda de el. E igual se...