Capítulo 2

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Ángel se despertó aquella mañana bastante tarde, casi rozando la hora de comer. Estaba agotado por no haber pegado ojo aquel día. Se puso unos jeans anchos, una camiseta negra de Nirvana y unas converse viejas. Se peinó el pelo y se limpió la cara en el baño y después bajó a la planta de abajo. 

Su madre estaba en el salón con el móvil mirando lo que parecía ser Facebook. Su padre viendo la televisión... las noticias parecía ser y su hermana... no había rastro de ella pese  a que Ángel la estaba buscando.

— Oh, hola—. Dijo su madre con una sonrisa al percatarse de su presencia.

— Buenos días, Bello Durmiente—. Saludó su padre a Ángel.

— Buenos días... ¿Aina está dormida?— Preguntó Ángel antes de bostezar.

— No... de hecho se ha levantado bastante pronto. Ha llevado a Duquesa al veterinario para que le de pongan el chip, le den hora para esterilizarla, las vacunas... todas esas cosas.

— ¡Podría haberme avisado, así de paso vemos el pueblo!— Exclamó haciendo un puchero Ángel.

Sus padres se rieron y siguieron a lo suyo. Ángel miró en el móvil horarios de buses, tal vez hubiera una parada de bus cercana y pudiera llegar al pueblo. Ángel miró y miró y al fin encontró un bus qué pasaba en... ¡Cinco minutos!

Ángel guardó su móvil en su bolsillo, subió corriendo las escaleras hasta su habitación y abrió su cajón de la ropa interior para sacar su cartera. La guardó también en su pantalón y agarró una camisa de cuadros roja de franela y se la ató a la cintura y salió corriendo de casa.

Corrió junto a la carretera con todas sus fuerzas intentando llegar a la estación de bus. Durante el camino se fijó en el bosque, no tenía que pasar por ahí para llegar a la estación de bus, pero incluso por la mañana le parecía sombrío y poco acogedor.

Se sentó en la estación de bus... acababa de llegar justo a tiempo. Sacó su móvil y se miró el flequillo... lo tenía completamente despeinado. Se peinó como pudo con la mano y después alzó la mirada y vio que el bus acababa de llegar. Se subió y pagó el trayecto mirando la parada en la que tendría que bajarse... tardaría unos diez minutos.

Se fijo en aquella estación de bus en la que había subido, detrás de ella había un pequeño merendero para hacer picnics, tal vez por eso pusieran allí una estación de bus. Aquel sitio estaba completamente vacío y no pareció haber nadie, simplemente el conductor.

Sacó su móvil y escribió un mensaje a su hermana:

Ángel: Tía, voy para allá en bus.

Aina: OK.

Qué sosa es siempre Aina por teléfono pensó para sus adentros Ángel. Recibió un par de mensajes de su madre:

Mamá: ¿Dónde has ido? ¿Qué te hemos dicho de salir sin decir nada? 

Mamá: Responde hijo, me tienes preocupada

Ángel: Perdón por tardar en contestar. He cogido el bus y voy de camino al pueblo, me recoge Aina.

Mamá: Ya hablaremos cuando llegues a casa.

Ya está, ya la había cagado. Primera bronca en el pueblo. Daba gracias de estar allí en realidad, empezar de nuevo le vendría bien. En Barcelona nunca consiguió hacer demasiados amigos. Hizo un pequeño grupito de amigos, pero no eran mejores amigos, quedaban de vez en cuando y ya está... en cambio aquel año conocería a nuevas personas y estaba emocionado por aquello, gente nueva... tal vez hiciera nuevos amigos.

Llegó a la estación de bus en la que tenía que bajarse y bajó del bus emocionado. Nada más bajar se encontró con su hermana, estaba esperando con el coche aparcado allí. Ángel se metió dentro de éste y se sentó en el asiento del copiloto.

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2021 ⏰

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