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La  brisa era fresca, pero la navidad ya había pasado, ahora la casa se dejaba ver en su completo esplendor, con ese lindo y acogedor color a madera. En el patio se había derretido lo que alguna vez fue un muñeco de nieve moldado por unas pequeñas manos, y en frente el portón había sido renovado debido a el óxido de las bisagras, pero el lugar donde todo había comenzado seguía allí, solo que los pinos ya no estaban cubiertos de nieve, y aquel suelo en en cual los dos habían estado arrodillados ahora lucia algunas hierbas y la tierra.

Y al observar todo esto le fue imposible no soltar un fuerte y pesado suspiro lleno de nostalgia, pues Yoongi era consciente de lo mucho que extrañaría ese lugar, en ese lugar el había comenzado la más grande de sus amistades.
El había seguido en el orfanato pero la anciana del hogar le había permitido desde aquel día salir cada tarde con un horario para regresar, y así podría visitar a su querido amigo Jimin, el niñito de cabello negro se había vuelto mas alegre, en especial cuando estaba en compañía del rubio, los dos disfrutaban cada tarde como si fuera la última, pero estaba claro que su niñez no duraría para siempre, así que ahora ya con la mayoría de edad estaban a punto de tomar una gran decisión, una que sería radical para sus vidas.

—Oye, espero que no te hayas olvidado de empacar nada —dijo el rubio mientras se dirigía al escalón que estaba frente a su casa, y donde Yoongi estaba sentado.
— No, creo que no me olvido de nada — respondió aún con la vista en los pinos.

—Aaay Yoongi eres muy perezoso como para fijarte otra vez, realmente espero que no te olvides de nada — insistió y se mantuvo parado a su lado.

—¿Estás seguro de esto Jimin? — dijo y la cara del contrario mostró confusión.
— ¿A que te refieres? — preguntó y ésta vez el azabache lo miró — es decir...no sé ¿no extrañarás a tu madre? — Jimin apretó los labios en una sonrisa y se sentó a su lado.
—Si, claro, pero ya sabíamos que ésto pasaría Yoongi — él solo se dedicó a apretar sus labios sin estar totalmente seguro así que el rubio prosiguió - ¿recuerdas? Dijimos que cuando fuéramos grandes viajaríamos juntos, y estudiaríamos en el mismo lugar, solo seríamos tu y yo, siempre juntos — ahora sonrió al recordar las ocurrencias de ambos, ellos realmente se habían vuelto muy unidos, habían crecido juntos, sabían mucho el uno del otro tanto que aunque pelearan siempre alguno de los dos sabía como arreglarlo.

— Bueno, vamos, mamá dijo que te llamara para el almuerzo — dijo Jimin poniéndose de pie.
— Recuerda lavar tus manos antes de comer Jimin — dijo Yoongi imitando a la señora y los dos rieron.

Y al entrar se encontraron con la mujer sirviendo la mesa, lucía algo joven aún, solo que su pelo había adquirido algunos mechones blancos, su tierna mirada ahora aveces necesitaba de lentes de descanso, sus manos seguían igual de suaves, y su encantadora sonrisa se conservaba intacta.

Los dos ayudaron a preparar todo así que ahora estaban los tres sentados alrededor de aquella mesa en la que alguna vez habían ocupado para comer unas crujientes galletas junto con un caliente chocolate.

— ¿Ya tienen todo listo no? — dijo la señora que ya había terminado su alimento al igual que sus acompañantes.
—si mamá, no te preocupes, ya no debes preparar mi mochila — dijo Jimin sonriendo y la mujer arqueó una ceja — ja, igual sabes que yo era mejor para eso que tú — dijo simulando estar algo ofendida y los chicos rieron.
— Si, claro mamá, tu siempre serás la mejor para cuidarme — dijo y obtuvo una sonrisa en respuesta.

La mujer sentía cierta nostalgia en su pecho, observaba a aquellos dos chicos y no podía evitar pensar en lo rápido que había pasado el tiempo, por eso sus ojitos brillaban, ella quería llorar, no sabía si de tristeza por no querer dejar ir a su pequeño o de alegría por ver que ellos llegarían lejos, que habían crecido fuertes y poco a poco eran mejores personas.

La tarde había estado llena de risas y anécdotas, recuerdos lindos y algunos algo vergonzosos debido a la torpeza de la niñez, pero ya era el momento de partir.

Mucha gente caminaba en todas direcciones, otros daban muchos abrazos, algunos reían y otros lloraban, habían parejas besándose, niños inquietos, mucho ruido. Y en algún lugar de todo ese alboroto el en aeropuerto se encontraban ellos tres esperando para subir al avión bueno, solo los dos chicos subirían, por eso la señora estaba nerviosa y no dejaba de hacer preguntas.

— ¿Llevas tus remeras?

— Si

— ¿Pantalones? ¿abrigo? Podría refrescar, y te puedes enfermar.

—Si, mamá, no te preocupes

—¿Y llevas las toallas que te dejé en la cama? Ah y también te había dejado tu perfume.

— jajaja, si mamá

—¿pero están seguros que no olvidan nada? Aún están a tiempo, pueden tomar el vuelo de mañana.

— no mamá, no es necesario, ya revisamos todo.

"Los pasajeros del vuelo 12 por favor acerquense  a abordar el avión."

Dijo una mujer por un altavoz que sonaba en todo el aeropuerto, los tres se miraron y la mujer  que había estado cuestionado reaccionó primero.

— Prometan me que se cuidaran mucho —.

— Si, nos cuidaremos — dijeron ambos.

—Y tu también cuidate mucho madre — dijo Jimin y la madre no aguantó el deseo y se abrazo fuerte a él, o tal vez solo era para que no viera las lágrimas que había comenzado a dejar caer.
— ¿por qué han crecido tanto pequeños traviesos? — preguntó mientras seguía llorando en su hombro, y luego vio a Yoongi que se mantenía parado al costado, lo tomó de su chaqueta y los abrazó a los dos.
— tu también debes estar en este abrazo, pequeño dormilón, espero que se cuiden mucho, yo los estaré esperando.

— si, no se preocupe señora, nos cuidaremos mucho — dijo Yoongi.

— Más les vale, si no, cuando vuelvan estarán castigados.

— mamaaa — dijo Jimin y los tres se soltaron lentamente mientras reían y trataban de limpiar sus lágrimas para no ser descubiertos.

"Éste es el segundo llamado para abordar el vuelo 12, por favor acerquense"

Repetía la voz en el altavoz haciendo que tuvieran que apresurar aquella despedida.

—Bueno vallan, vallan — dijo la mujer luego de darles una última caricia a los dos.

— está bien, te quiero — dijo Jimin y dio un gran beso a su madre, Yoongi repitió la acción y los dos caminaron, mirando varías veces hacia atrás.

—¡No olviden llamar cuando lleguen! — gritó finalmente la mujer y ellos asintieron.

Cuando ya estaban en el avión se sentían inquieto, pues era la primera vez que ambos volarían pero aunque Jimin siempre había sido un niño aventurero no le estaba agradando mucho haber escogido la ventanilla y Yoongi que ya lo conocía en su estado de nerviosismo se había dado cuenta, así que tomó la mano de Jimin para que dejara de jugar con éstas en busca de distracción, le regaló una sonrisa confortante más unas simples palabras que significaron mucho, la palabra de Yoongi para Jimin siempre significaría mucho.

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Holiii, bueno éste es el segundo capítulo pero tranquilxs por que habrá otro, es que este me quedó de 1243 palabras hasta el momento y bueno falta bastante así que no quería que quedara demasiaaado extenso por lo cual preferí hacer otra parte, espero les esté gustando, la verdad es que esto me emociona por que además de ser la primera vez que hago historias cortas es la primera vez que hago una historia con un ship.
Bueno me despido agradeciéndoles por todo y que tengan lindos días😊❤

Podría Ser Solo El Espíritu Navideño (especial navidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora