Sus ojos pasan por el auto que se estaciona frente a su casa, esta sentando en la ventana mientras ve como Joel baja de este para el otro lado.
Compañía.
Un muchacho de pelo liso sale del otro lado, Joel le sonríe con cariño y toma su mano para desaparecer de la vista de Erick dentro de su casa.
Se siente muy idiota en ese momento.
Cierra las cortinas y traga el nudo que hay en su garganta, no se cree capaz de terminar todo lo vivido con Joel, pero tampoco se ve capaz de seguir aguantando.
Infidelidades tras otras fueron ocurriendo en los últimos tres meses desde que se mudaron.
Promesas y promesas eran las que el creía.
¿Podía él ser tan idiota de hacer como que nada pasaba?
Una lágrima resbala por su mejilla mientras la canción de su primera vez suena en la habitación.
'Amor de mi vida, me has herido, has roto mi corazón y ahora me dejas...'
El nudo se convierte en llanto y va hacia el baño, viendo el resultado de su pequeña prueba.
Le duele por que está de color rosa.
Comprende que va a ser mas difícil ah partir de ahora.
Tendrá que aguantar por el y por su bebé.
Toma su pancita entre sus manos mientras un gemido escapa de la otra habitación.
Sabe como reaccionara cuando se entere y eso le duele.
No lo deja salir, no lo deja trabajar y Joel recalco que no quiere hijos.
Tira la prueba y la caja a la basura, volviendo a subir las escaleras con cuidado, por que entiende que un paso mal hará que se caiga, dañándolo a los dos.
El tipo sale de la habitación con una gran sonrisa y saluda a Erick de forma normal.
-Tu hermano coje como los dioses... -susurra con euforia y sale corriendo por la puerta.
Otra lágrima escapa de sus ojos y vuelve a acariciar su pancita.
'Aguanta, bebé, aguanta...'
Joel sale del cuarto, viendo extraño a Erick.
-¿Qué demonios haces? -se acerca a él y Erick deja de acariciarse mientras es llenado por un miedo- No tendré hijos hasta los 30, no pienses que algo ahí dentro me hará feliz ahora.
-Solo me dolía, eso es todo...
-Bien -pasa sus manos por su rostro y lo vuelve a mirar a los ojos- No quiero dañarte, Erick... Deja de hacer cosas para provocarme.
-L-Lo siento...
-Deja de sentirlo todo -susurra y lo empuja un poco para bajar las escaleras.
Erick deja escapar un sollozo y entra a su cuarto, tratando de saber que hacer.
Quiere tener el bebé, pero Joel no.
Y Joel siempre decide sobre él, es su esposo y puede hacer lo que quiera con él, así ah aclarado él.
Se acuesta tratando de buscar en su computadora algunas páginas de adopción, por que se cree capaz de ocultar su embarazo por 9 meses.
Nunca entendió el hecho de por que la gente juzga cuando alguien da en adopción a su hijo.
Si no puede, si no quiere tenerlo, no se ve obligado a quedarselo.
Una pagina llama su atención, es muy buena y es un horfanato muy bueno.
Despierta al día siguiente con los ojos hinchados, los siente, no hace falta verlos.
Se sienta en la cama para luego pararse y salir por la puerta hacia el baño de abajo.
Joel está sentado en el sillón y le sorprende por que a esa hora debería estar trabajando.
Vuelve incómodo, tragando el nudo de su garganta y se detiene en las escaleras cuando Joel lo llama.
Se sienta a su lado y trata de ignorar su mirada.
-Revisé tu basura, revisé tu cuarto y revisé tu historial... -es lo primero que dice y se gira para mirarlo, pero este lo ignora.
Sabe que se viene, no lo duda.
-¿Por qué no pensaste en decírmelo?
-Justo ayer tuviste que aclararme que no querías hijos, no creo que fue coincidencia.
-Estabas tocandote como si estuvieras embarazado, la simple idea de que querías uno me asustaba.
-De todas formas ya está.
-No lo darás en adopción.
Los ojos de ojiverde voltean a mirarlo y una parte se siente feliz, hasta que Joel vuelve a hablar.
-Por que no lo vas a tener.
-¡El hijo es mío! -salta y Joel apreta los puños- ¡Tu no lo tienes dentro y yo quiero tenerlo.
Joel agarra del cuello a Erick y lo estampa contra el sillón.