born to die ━━ wizarding world

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━━ FALLEN TRUTH ᕯ CH 002.

A su alrededor, el paisaje había cambiado completamente: ya no estaba en la tranquila colina muggle donde vivía, sino en un vasto campo que parecía un páramo. Delante de ella había un par de magos cansados y de aspecto malhumorado. Uno de ellos sujetaba un reloj grande de oro; el otro, un grueso rollo de pergamino y una pluma de ganso. Los dos vestían como muggles, aunque con muy poco acierto según la perspectiva de Nelly: el hombre del reloj llevaba un traje de tweed con chanclos hasta los muslos; su compañero llevaba falda escocesa y poncho.

Nelly se apartó del bullicio del grupo con el que había llegado, buscando orientarse entre la multitud que se movía con prisa. Mientras observaba a su alrededor, intentando familiarizarse con el entorno, una voz familiar rompió el ruido.

—¡Nelly!

La voz era inconfundible, y Nelly giró rápidamente con aceleración debido a la anticipación. Allí estaba Padma, con su largo cabello negro trenzado en dos trenzas que se movían alegremente mientras corría hacia ella. La visión de su amiga, radiante y emocionada, hizo que una sonrisa instantánea se dibujara su rostro, y sintió un inmenso alivio de verla.

—¡Padma! —exclamó Nelly, y las dos se encontraron en un abrazo apretado—. ¡Te he echado tanto de menos!

—¡Yo también a ti! —respondió Padma, sin soltarla—. Ha pasado demasiado tiempo.

Las dos amigas se separaron un poco, aún sujetándose de los brazos, y Nelly observó que detrás de Padma se encontraba el resto de su familia.

—¡Nelly, qué bueno verte! —interrumpió Parvati, la hermana gemela de Padma, que se acercaba junto a sus padres y otra chica que Nelly identificó como Lavender Brown, la invitada de Parvati.

Las dos también le sonrieron ampliamente, y Nelly se sintió inmediatamente bienvenida. En Hogwarts había compartido habitación con ambas desde siempre, y aunque no eran mejores amigas como con Padma, solían llevarse bien y hablar de vez en cuando.

—¡Hola, Parvati! ¡Hola, Lavender! —saludó Nelly, abrazando a ambas chicas con una sonrisa más tenue—. ¡Qué alegría verlas!

El señor y la señora Patil se acercaron con sonrisas amigables y gestos de bienvenida.

—¡Qué bueno verte, Nelly! —dijo el señor Patil con calidez, extendiendo la mano para saludar a Nelly—. Nos alegra mucho que hayas podido venir.

—Sí, estamos muy contentos de que te unas a nosotros —añadió la señora Patil, abrazando a Nelly con cariño, tal como su propia madre lo haría—. Espero que el viaje haya sido cómodo.

—Gracias, fue todo genial. —respondió Nelly, devolviendo el saludo con entusiasmo.

Antes de que el grupo se envolviera en una conversación animada, el señor Patil se aclaró la garganta para llamar la atención de todas.

—Chicas, quizás deberíamos ir al campamento antes de que se haga más tarde —dijo con una sonrisa—. No queremos estorbar aquí en el páramo mientras todo el mundo se organiza.

—¡Tienes razón, querido! —exclamó la señora Patil—. Ya hemos reservado un buen lugar para el campamento y nos hemos instalado hace unas horas. Vamos, así podremos ponernos cómodos y prepararnos para el evento.

—¡Vamos, Nelly, te va a encantar nuestra tienda! —dijo Padma emocionada, tomándola de la mano y guiándola junto con los demás hacia el área del campamento.

Se encaminaron por el páramo desierto, y después de unos veinte minutos pasaron por el lado de una casita de piedra junto a una verja. Al otro lado, Nelly vislumbró las formas fantasmales de miles de tiendas dispuestas en la ladera de una colina, en medio de un vasto campo que se extendía hasta el horizonte, donde se divisaba el oscuro perfil de un bosque