CAPÍTULO 2

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No se podía creer que le hubiera llamado así.
Solo una persona en todo el mundo tenía derecho a llamarle así, y ya no estaba. Su mejor amigo.
No podía borrarse de la mente ese momento en el que murió..y nadie más que el sabía como lo había hecho.
Rompió a llorar.
Se sacó de debajo de la camiseta una especie de cuerda negra con un tubo atado,era como una pequeña cápsula, la apretó con fuerza mientras no podía dejar de llorar, le echaba de menos, nunca se perdonaría...
Sonó el timbre, era la hora de almorzar, se secó las lágrimas rápidamente y salió deprisa del cuarto, antes de que todo el instituto se llenara de estúpidos empujándose por llegar al comedor.
Llegó el primero.
Cogió una bandeja y le pusieron la comida,bueno...una masa gris junto algo que no diferenciaba.
Como se imaginaba,ya había cola detrás de él, ¿cómo se peleaban por comer pegotes grises?
Se sentó en una mesa al fondo del comedor. Justin no estaba. Miró atentamente a la asquerosa comida.
-Tranquilo,es un asco pero no se mueve,al menos no mientras estamos nosotros.-era una chica morena, con el pelo castaño muy rizado,sus ojos tenían un color miel precioso, era muy guapa.-¿puedo sentarme?- empezó a hacerlo antes de que él contestara pero de todos modos asintió.
-Soy Katerhin, pero puedes llamarme Kate, Kat, o puedes ser creativo e inventarte tu algo.-le sonrío.
-Yo soy Thomas..-Pensó en todas las maneras en las que podía llamarle-y puedes llamarme Thomas.
Kate soltó una pequeña carcajada.
-Bueno, ¿qué te ha pasado en clase?
-¿Qué?
-Ya sabes..en sociales.
-Oh..eso...no es nada.
-Bueno,no hace falta que me lo cuentes pero puedes confiar en mí para lo que necesites.-le hizo una pequeña sonrisa.
Hubo un silencio.Thomas sabía que había hecho una amiga.
-Bueeeeeno -dijo Thomas- que apetitosa es la comida de aquí ¿no?
Kate se rió-ooh que esperabas, es lo mejor de la casa.
-Si pues en tu bandeja se muere de risa.
-Es la comida castigo, cuando alguien del instituto se porta mal nos dan esto a todos, y por lo que veo hemos empezado bien el curso.
-Así que la gente se porta bien para comer.
-¡Todo por la comida!
Rieron.
-¿Pero como que nadie se queja?
-Si alguien se queja se multiplican los días de comida castigo.
-No está mal.
Acabaron...bueno no, no acabaron, nadie se atreve a comerse esa cosa,dejaron las bandejas y fueron a la entrada,se sentaron en un banco.
Thomas miraba fijamente a Kate.
-Kate...

El nombre prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora