III

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Apenas salen del edificio sienten el aire frio cargado de oscuridad, Liam guía a Gabriel con una mano en la base de su columna vertebral hasta uno de los dos autos que esperan. Hay mucha gente alrededor y su cabeza todavía es ruidosa y pesada, abrumada por su conversación con Renato, que no está concentrando cuando se sube al auto; solo sabe que Liam está detrás de él. Pero cuando Gabriel se ha sentado y se ha abrochado el cinturón de seguridad, se da cuenta de que Liam se está acomodando en la parte delantera del auto, al lado del conductor y Renato está subiendo en la parte trasera, sentándose junto a él.

Renato no mira a Gabriel, solo cierra la puerta detrás de él antes de abrocharse el cinturón de seguridad. Liam responde de inmediato una llamada y el auto se aleja, el otro los sigue de cerca. Gabriel se cubre un poco más con su abrigo, haciendo una mueca ante la punzada en las costillas y la quemadura que rodea su muñeca.

-¿Estás bien?-pregunta Renato.

-Estoy bien-murmura Gabriel, mirando por la ventana. Su mano yace floja, inútil en su regazo.-Solo me lastimé la mano en el accidente.

Liam sigue charlando en la parte delantera, riendo. Gabriel no puede ver su cara, pero puede imaginarse su sonrisa, sus ojos arrugados y le hace sentir algo extraño a su estómago, dándose cuenta lo familiar que se ha vuelto la cara de Liam, incluso después de alrededor de un día y medio.

-¿Está mejorando?-murmura Renato. Liam aún está mirando hacia adelante y Renato de repente se extiende para alcanzar la mano de Gabriel y la toma entre la suya. Gabriel quiere alejarse, tirar su mano de su agarre, pero no lo hace, su instinto, extrañamente, es mantenerla allí. El pulgar de Renato se frota sobre su mano con un suave movimiento.

-El doctor dijo que necesito ir con un fisioterapeuta, así que todo estará bien-murmura Gabriel. -Simplemente no puedo hacer mucho con esto, se siente raro.

Renato no dice nada. Su pulgar todavía está allí, aún sobre la parte posterior de la mano de Gabriel, su palma caliente contra la suya. Gabriel cierra los ojos, solo por un momento, solo para ver si algo sucede. Renato no está haciendo nada malo, en realidad está siendo gentil y comprensivo, quizá si esto provocara algún tipo de recuerdo... pero no hay nada. Gabriel retira su mano, no bruscamente, sino con firmeza, colocándola de nuevo sobre su regazo. Renato retrocede al instante, con resignación en su rostro. También hay compresión, y él se mantiene alejado de Gabriel por el resto del viaje. Gabriel no está seguro de que hacer con eso.

El conductor se detiene unos diez minutos después y Liam sale de inmediato, todavía hablando por teléfono. Luego, Renato también sale y Gabriel se apresura para seguirlo, repentinamente preocupado de quedarse atrás y perderse. Se tropieza cuando sale del auto y no pierde la forma en que la mano de Renato rápidamente se acerca a su brazo para estabilizarlo, como por instinto. Renato retira su mano de nuevo, dándose cuenta de lo que acaba de hacer y la cara de Gabriel arde con algo que no es vergüenza ni emoción. Él no sabe que es, simplemente mantiene la cabeza gacha y se acerca al lado de Liam, mientras Julio y Nico se unen a ellos.

-Hace demasiado frio- dice Nico riendo, golpea su mano contra el hombro de Gabriel y lo empuja hacia adentro. Hay una multitud en la puerta, la gente está enfundada en abrigos buscando cubrirse del frio. Hay un par que gritan su nombre y Gabriel se encuentra recostado instintivamente en Liam, con el corazón acelerado mientras Julio avanza para hablar con el portero.

-¿Estás bien, cariño?-Liam le pregunta, envolviendo su brazo alrededor de sus hombros. Gabriel mantiene la cabeza baja.

-Sí, solo es la multitud, no me acostumbro.

-Julio nos llevará dentro en unos minutos-murmura Liam. Aprieta a Gabriel un poco más fuerte, y luego la gente se está moviendo a un lado y están pasando a través de la puerta. Las luces son azules y el interior del bar es más silencioso, con menos gente y menos ruido, excepto por la música que socava la atmósfera. Los llevan rápidamente a una mesa y alguien toma la orden de sus bebidas mientras se sientan.

Olvidé donde estábamos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora