YOONGI
Quizá la venganza no era lo mío y yo jamás estuve en busca de ella. Ya tarde entendí que sólo quería darle vueltas al asunto de Amber para seguir hablando con una persona.
¿Por qué él? Me estuve preguntando eso por mucho tiempo, pero la respuesta nunca estuvo en mi cabeza. Y la verdad era que nunca quise romper lazos con él, porque desde el primer día en que hablamos, algo en mi interior cambió por completo. No estaba preparado para sentir aquel choque de emociones que significó Park ChanYeol porque ya antes me habían demostrado que nadie adentro de Tonalá era de confianza.
A pesar de que las pruebas me decían que debía alejarme de él, permanecí allí. Incluso después de que me traicionara escapándose, yo jamás dudé de él.
Ahora que las cosas se habían aclarado con su ayuda, no tenía razones para hablar con él por fuera de las instalaciones de la penitenciaría. Ya no era su abogado, el caso de mi prima estaba resuelto y él ya casi no se acercaba por allí. La última vez que pude verlo de cerca fue cuando le entregué a su propio hijo en brazos y luego se negó a que yo lo acompañara hasta su casa.
Por eso me sorprendí cuando él mismo me llamó unos pocos días después para vernos, tomarnos un café y -yo suponía esto último- despedirnos para siempre. Incluso teniendo eso en mente, me arreglé ese día y con cabeza en alto salí de casa para verlo.
Ni siquiera con el afán que tenía logré llegar a tiempo, así que cuando llegué al lugar acordado, él ya estaba allí esperándome. No cargaba ningún bebé, pero sí una maleta negra en su espalda.
Más que verlo por fuera de la penitenciaría, lo que más me sorprendió fue verlo sonreír. A diferencia del ChanYeol que yo había conocido un tiempo atrás, este parecía tranquilo y feliz. Salir de Tonalá le había sentado muy bien, al parecer. Ahora parecía una persona corriente.
—Hola —dije sin poder disimular mi asombro mientras tomaba asiento frente a él.
—Hola —replicó con calma, siguiendo cada uno de mis movimientos con la mirada.
Al parecer seguía siendo tan calculador como antes.
—Vamos, dime de una vez lo que necesitas —solté divertido—, dudo que me hayas llamado para invitarme a un café.
Él me observó por unos segundos sin decir nada. Sus hombros estaban tan relajados que ya no parecía la misma persona de antes; se había convertido en algo mucho mejor.
—Conseguí el diploma —dijo sin rodeos. Mi boca se abrió por la sorpresa—. Ya me gradué.
—E-eso es... ¡Eso es increíble, ChanYeol! —Una enorme sonrisa se formó en mis labios.
—Aún así creo que necesito un poco de ayuda —continuó.
—¿Para qué?
—Para sacar a BaekHyun de la cárcel —explicó con rostro serio—. Sé qué hacer, pero no sé exactamente cómo. No he ejercido, pero tú sí, por eso sé que puedes ayudarme. Ya tienes mucha experiencia que puede serme útil ahora.
Mi rostro se ensombreció un poco.
—Ahora será difícil hacerlo. Él ni siquiera puede defenderse por lo que pasó...
—Sé lo que le pasó —cortó con seguridad—. Eso no es un problema, puedo sacarlo de ahí con o sin su testimonio.
—No te pases de listo —negué preocupado—. YiXing tampoco puede dar su testimonio porque lo mataron. Si tú sales ahora conque estás intentando salvar a BaekHyun de locos como él, entonces la policía te puede considerar un sospechoso del crimen.
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Retorno Penitenciario de Tonalá
FanfictionDespués de que sus planes fueran detenidos por la policía, BaekHyun y ChanYeol deben volver a la cárcel. Allí intentan acostumbrarse una vez más a los secretos de Tonalá, así como también a su realidad, nuevos compañeros y grupos de poder que se han...