El sonido envolvente de aquel simple chasquido, hizo eco en lo más profundo del universo, recorriendo hasta el rincón más oscuro y olvidado de la tierra, cumpliendo con la promesa de su dueño, de exterminar sin discriminación, volviendose tanto juez como verdugo, aniquiló a miles, y a miles les perdono la existencia. Le tomo un instante, un parpadeo, el convertir a la tierra en un cementerio entre vivos.
Aquel eco, rebotó en sus oídos, aquel eco, lo hizo entender todo. Pues pese a estar tan lejos de él, pese a todo pronóstico, él lo sintió. Wade sintió el momento exacto en que la única parte racional de su ser moría, aquel agonizante signo de rasocinio era exitingido, el amor de su vida desaparecía de este mundo. Wade lo supo, talvez porque su corazón se lo dijo, o fue la mismísima muerte que se presentó ante el y con una sonrisa pintada en sus huesos, le dio su más grande pésame.
Las voces en su cabeza chillaron, desgarrado sus tímpanos, intentando salir espantadas rompiendo su cráneo. Pues ninguna quería estar ahí, el enterarse de los planes de Wilson, para no volver a perder a nadie más.
Hizo varios intentos, desde lanzarse de los edificios más altos hasta arrojarse a los animales más salvaje que encontrada, tomando toda clase de líquidos envenenados para el ser humano. Wade lo intento de todo, incluso lo busco en Google para asegurarse que probó todo. Pero en el fondo, en el fondo el sabia que nunca lo lograría, que aquel era solo un sueño lejano a él.
El jamás alcanzaría a Peter, y aunque la muerte decidiera perdonarle su miserable existencia y consederle el descanzo eterno, sabía que en el infierno no había espacio para alguien tan precioso y bueno como era su alma gemela.
Se recostó en los tanques de gasolina, cerró sus ojos bajo su máscara. Lo recordó todo, recordó a su hija, recordó a Coloso, recordó a Logan, incluso recordó el incendio y a sus padres, incluso su mente vago unos segundos en Francis, pero lo más importante para el, recordó a quien lo dejó... Un suspiro que se volvió un gruñido, que se volviendo un grito ahogado, para terminar en un llanto amargo.
—¿Porque tuviste que ir con Stark?— murmuró adolorido, intentando evitar el odio hacia el millonario, pues sabía que el más que nadie debió intentar detenerlo, pero Peter era tan terco, tan valiente, tan estúpido...
—En fin... —murmuró, mientras lanzaba la mecha de fuego.
Todo reventó, el departamento se volvió cenizas, y Deadpool se convirtió en partes de lo que antes el creyó era: un hombre. Pero esta vez fue diferente, esta vez, la muerte estuvo tan cerca que casi pudo golpearla en la cara.
Se encontró a él mismo en su departamento, tan cálido y acogedor como era cuando Peter estaba ahí, incluso parecía que todo tomaba un color más claro y precioso. Frente a él, estaba Peter.
—Peter, Peter —corrió hacía el. Corrió hasta que sintió que no podía más, pero algo le impedía llegar a Peter, algo se interponia nuevamente —porfavor, dejame ir contigo—
Peter negó con una sonrisa —tu corazón no esta donde debe estar—
—¿que? —
—que tu corazón no esta donde debe estar—
Intentando volver a hablar, se encontró nuevamente, hecho pedazos en un lugar que había sido envuelto por el fuego. Estaba vivo.
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