Len caminaba tranquilamente por la gran avenida, rumbo hacia la escuela con Miku a su lado. Hoy tenía un humor excelente, algo tan extraño para aquellas horas en él. Miku lo miraba con extrañeza. Esa sonrisa en Len es muy poco común y más tan temprano, pero a él le daba igual la mirada escéptica de su mejor amiga, se sentía feliz aquel día y no tenía vergüenza de demostrarlo.
―¿Podrías decirme a qué se debe tanta felicidad?―se miraron a los ojos unos segundos hasta que Miku corrió la mirada, sonrojada. Len normalmente es atractivo, pero sonriendo eso se multiplicaba por mil y lograba ponerla hasta nerviosa― Estás extraño.
―Nada en especial― respondió Len haciendo caso omiso al sonrojo de Miku, mirando hacia el frente―, ¿pero acaso hoy no te parece un día precioso? hace un muy buen clima.
Miku lo miró sin creerle nada, estaba realmente sorprendida por este cambio tan repentino, pero decidiría hacerle el visto bueno. Si estaba así debe ser por algo bueno. Quizás ya no se sentía tan vacío como le había dicho antes.
―Como sea, Len―dijo mirándolo con una sonrisa que fue correspondida― Me alegra que estés feliz.
Caminaron un rato mientras conversaban. Miku se sentía brillando en ese momento, creía ser la causa de la bella sonrisa que Len dirigía al mundo esa mañana ¿habrían posibilidades de ser correspondida? se estaba llenando de ilusiones, inflándose igual que un globo. Pero lamentablemente toda la felicidad cayó de golpe cuando llegaron a la entrada de la escuela, donde se encontraron con una cabellera amarilla con un gran listón blanco. El paso de Len se detuvo de golpe mientras miraba como Rin entraba al establecimiento de forma tranquila, sin percatarse que era vista.
Miku en ese momento se comparaba con un globo que era pinchado.
...
Se encontraba en el asiento del copiloto en el auto de su madre, ya que la pasaba a dejar a la escuela por la mañana por motivo de seguridad. Observaba por el espejo lateral su reflejo. Su cabello corto y amarillo, su listón blanco característico sobre su cabeza y sus ojos azules. De tanto mirarse hasta se parecía un poco a Len. Sonrió de forma inconsciente al pensar en él. Hoy lo vería de nuevo en clases y esperaba poder invitarlo a almorzar.
Rin bajó del auto de su madre al llegar a la escuela y caminó tranquilamente hacia la entrada, pensando en lo lindo que sería almorzar con Len, pero en que primero tendría que invitarlo. Arrugó un poco la nariz y entrecerró los ojos por los nervios que surgieron en su estómago al pensar en invitarlo de forma tan directa. ¿Y si la rechazaba? quizás él quería comer con sus amigos, ayer le platico de ellos y sonaban realmente agradables. Le gustaría poder llevarse bien con sus amigos, en especial con Miku. De todos los amigos que él nombró, fue a quien más destacó presentándola como su mejor amiga de la infancia y la persona más confiable para él.
Se sentó en su pupitre y miró el puesto del lado, el cual era donde se sentaba Miku. No conversaron mucho ayer, pero tenía ganas de entablar una conversación, una amistad. Tener una amiga real no le iría mal, y Len dijo que era una muy buena persona. Ella confiaba en su palabra.
Poco a poco observaba cómo se iba llenando la sala, entre ellos Gumi, la agradable chica de pelo verde y personalidad alegre.
―¡Buenos días, Rin!― saludo alegre, regalandole una gran sonrisa.
―¡Buenos días!―respondió con el mismo entusiasmo, Gumi también le agradaba bastante.
―Espero que otro día salgamos, pero ayer no te perdiste nada del karaoke―comentó la chica―Gumo cantó tan horrible que espantó a todos.
―¡Te estoy oyendo, enana malcriada!― Gumo salió de repente, sorprendiendo a ambas chicas―, estas dejándome mal parado frente a Rin, mala hermana.
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Romeo and Cinderella
RomanceEl aburrido Romeo necesitaba algo interesante que le diera otra perspectiva a su vida, una tonalidad de rosa que cambiara su monótona y gris existencia. Así que dejo que la tonalidad amarilla de Cenicienta lo consumiera por completo.