―Creo que me gusta alguien.
La confesión de Len era dolorosamente predecible, pero de todas formas rompió la pequeña chispa de esperanza que aún guardaba su ciego corazón.
Se tragó el dolor que le provocó para mirarlo a los ojos; esos ojos que tanto quiso y en los cuales depositó tantas esperanzas, vacías ahora.
Tratando de fingir sorpresa y normalidad, intentando parecer lo más natural posible preguntó:
—¿Cómo dices?— lo que menos quería es que Len sintiera lo afectada que estaba, así que evitó su mirada
—Puede que sea muy apresurado, demasiado— Len se deslizó hasta quedar sentado en el piso, apoyando su espalda en la pared— y puede que sea solo un flechazo, pero quiero que este sentimiento siga creciendo.
Suspiro e imitando su acción, quedó sentada a su lado, dejando reposar su cabeza en el hombro de Len.
—¿Y estás seguro de lo que sientes?
Quizá todavía podría despertar sentimientos como lo hacía la rubia en él, después de todo lo conocía mucho más; ella solo lo conocía hace un par días.
—Es algo que nunca había sentido por nadie más y puede que la conozca de hace unos días y que esté siendo demasiado rápido—hizo una pausa, pensando bien en las palabras correctas—, pero me llena el corazón de vida.
Miku se sintió noqueada. ¿Cómo iba a competir contra eso? Al parecer nunca había logrado producir eso en él; en todos aquellos años juntos siempre sus sentimientos fueron unilaterales, todas aquellas chispas solo las sintió ella. Su pobre conciencia gritaba que ya no quedaba más que hacer.
—Creo que quizás te estás apresurando mucho—nunca le había costado tanto hablar como en ese instante—, pero te apoyaré.
El rostro de Len reflejó alivio. Por fin logró revelar lo que ha estado sintiendo en los últimos días a su mejor amiga y, pasando su brazo por sobre los hombros de ella, la abrazó agradeciendo silenciosamente el apoyo, feliz y brindándole todo el cariño que le permite su amistad, sin ser consciente que aquello nunca será suficiente para Miku.
Aunque quizás su corazón no estaba dispuesto a rendirse del todo.
°*• ❀ •*°
Len se dirigía con Rin hacia un lugar que esperaba la sorprendiera. La azotea según él era perfecta para la hora del almuerzo. Puede que a veces sea un poco ventoso y frío,pero durante el receso tenía un clima agradable. Además de que nadie más subía allí, era un lugar para conversar tranquilamente sin ser interrumpidos o molestados. Lo perfecto para Len.
―¿No iremos al patio?― preguntó Rin, al ver que subían unas escaleras algo viejas y desconocidas para ella.
―Tenía en mente otro lugar―le sonrió―. Espero te agrade.
Len abrió una puerta metálica un poco oxidada y la invitó a pasar.
Al atravesar la puerta, lo primero que sintió fue una fresca y agradable brisa, siendo recibida por el despejado cielo azul. Encantada, caminó observando todo a su alrededor hasta llegar a la cerca donde contemplo todo desde arriba.
Volteó a mirar a Len con una preciosa sonrisa.
―¡Es fantástico!
En ese instante Len pensó que nunca se podrá acostumbrar del todo a la sonrisa de Rin, le produce un nudo en el corazón― Me alegra que te guste.
Rin se sentía muy bien en ese lugar y con la brisa rozando sus mejillas, así que empezó a girar mientras Len sonreía de forma adorable viéndola girar como una niña. Se volteo a mirarlo y estiró su mano, invitándolo a que se uniera de forma silenciosa. Len no pudo rechazar su adorable invitación y tomo sus manos, girando con ella. Se miraban mientras giraban y se sonreían el uno al otro. Fue un momento muy especial para ambos; el ser solo ellos dos un momento.
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Romeo and Cinderella
RomanceEl aburrido Romeo necesitaba algo interesante que le diera otra perspectiva a su vida, una tonalidad de rosa que cambiara su monótona y gris existencia. Así que dejo que la tonalidad amarilla de Cenicienta lo consumiera por completo.