03:23 a.m.- Seúl, Corea del Sur
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- ¡Ayuda! ¡Ayúdenme, por favor! –Se escuchó un grito desgarrador en la entrada de un solitario callejón. Su garganta comenzaba a irritarse, sus piernas le dolían de tanto trompicar, los moratones en sus extremidades por las constantes caídas se volvían de un color opaco cada vez más, el sudor frío cayendo por su frente no se hacía esperar. Su corazón latía con extraña aceleración, su respiración era un tanto irregular, corría por ayuda, por escapar, por vivir 5 segundos más, no quería morir, no quería. Las lágrimas de terror, ansiedad y zozobra no tardaron en hacer aparición en sus orbes. Temiendo lo peor.
- ¡Ah! – Ocurrió nuevamente, volvió a caer, pero esta vez no se levantó, ya no tenía las fuerzas suficientes en su cuerpo, tampoco tenía certidumbre de vivir, ni esperanzas.
-Inició un sollozo desconsolado, acompañados de gritos llenos de angustia que desgarraban su garganta, pero eso era lo mínimo que le importaba en ese momento, ya que, no veía una salida frente a ella, solo una pared de ladrillos de unos 4 metros de altura y una que otra basura esparcida por el suelo. La desesperación comenzó a carcomerla, no sabía qué hacer.
-N-no no quiero morir, no quiero... ¡No quiero! –
Se detuvo un momento al percatarse de que no oía pasos cerca, trató de calmarse a sí misma, si seguía haciendo un escándalo, la iba a encontrar, y eso, es lo que ella menos quería.
Cerró los ojos por un momento y trató de controlar su respiración y calmar su acelerado corazón, sintiendo por un mínimo momento algo de alivio. Quizá lo habría perdido de vista, quizá pudo lograr escapar. Poco a poco, la esperanza de vivir volvía a ella. Soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo y abrió sus orbes con lentitud, en ellos se podía ver un pequeño atisbo de alegría y sosiego, escuchando la nada a su alrededor, dándole entender que estaba completamente sola y a salvo, o bueno, eso es lo que ella creía.
-Vamos, ¿Por qué te detienes? No es entretenido- La voz profunda en tono burlesco que escuchó a su detrás, le heló completamente la sangre y provocó que sus vellos se erizaran. Con temor, dio media vuelta mientras su cuerpo no paraba de temblar, y al mirarlo, su respiración se detuvo, y sus ojos se abrieron a más no poder. Gateó para alejarse de él, pero era imposible, cada que se alejaba, él avanzaba un paso más cerca, el alivio que sintió hace unos pocos segundos, había desaparecido totalmente, sus emociones se enredaron y su corazón latió como si acabase de correr una maratón, la fobia volvió a ella multiplicada el doble, no, el triple.
-N-no... ¡No te acerques! -Gritó tratando de sonar amenazante, aunque falló estrepitosamente, no podía parar de tartamudear. - ¡Si lo haces, g-gritaré! Y, t-te atraparán -Hablaba presa del pánico.
Una carcajada salió de los belfos del hombre desconocido, espantándola aún más, rompiendo el silencio del callejón. Lágrimas salieron de sus ojos nuevamente, deslizándose por sus mejillas, mirándolo con estupefacción.
- ¿En serio crees que alguien va a escucharte? – Recitó luego de un rato para luego volver a reír y ponerse en cuclillas, para estar a su misma altura. Se acercó peligrosamente a su víctima a la vez que sacaba su cuchilla. La contraria, ya se había alejado todo lo que podía, su espalda chocaba con la pared, no podía escapar, estaba acorralada.
El hombre, con el extremo de su cuchilla, elevó su mentón, logrando que lo mirase directamente a los ojos. Examinó su asustado rostro un momento y luego se acercó a su oreja en un movimiento fugaz.

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-Alliances of sin- Yoonkook
Mistério / Suspense-Un asesino serial , del cual se desconoce su rostro, nombre y edad, irrumpe la tranquilidad de las calles solitarias de Seúl, buscando saciar su venganza o simplemente eliminar todo recuerdo de su tortuoso pasado. Un investigador forense, cansado d...