Pink Diamond [KOOKV]

Capitulo 7

Kim Taehyung.

El día había terminado rápidamente. Me había despedido del pequeño Jeon y de su amigo. Pero por alguna extraña razón el idiota de los cabellos blancos aún me seguía.

—Muy bien. - Me detengo en seco. - Ya deja de seguirme.

Su mirada se posa en mis brazos cruzados antes de responder.— Solo quería saber si también creías que esos dos tienen algo extraño.

Aquí el extraño eres tu.

— Lo son, pero supongo que todos somos asi. - Hago una pausa. - Ahora, adiós.

Empiezo a caminar y me alejo lo más que puedo de él. Sigo la dirección que fue mandada a mi teléfono para poder llegar al área de habitaciones.

Resulta que esta Universidad es más grande de lo que crei, llena de edificios de estudio y dos de habitaciones para extranjeros.

Entró por la puerta principal del Edificio y me encuentro con la recepcionista.

— Buenas tardes, ¿me permite su nombre por favor? - Me dice en coreano y yo le hago entender que también dominó el inglés.

— Soy Kim Jisung. - Le digo el nombre por el cual Jackson me ha registrado.

— Muy bien señor Kim, esta es la llave de su habitación. -Me dice al pasarme una tarjeta electrónica. - Que tenga una buena noche.

Asiento en respuesta y me dirijo al ascensor, marco el último piso y las puertas comienzan a cerrarce. Una mano impide el cierre y me sorprendo al encontrarme con el pelinegro.

—Jeon.- Saludo y el sube la mirada y me ve.

— Tu... ¿Qué haces aq...?

—¿Te sorprende verme?. - Sonrió de lado.

Este neutraliza su expresión y luego me analiza— Un poco si.- Se cruza de brazos. - Crei que eras un niño de papi y mami. - Se acomoda a mi lado.

—Digo lo mismo. - ¿Por qué el hijo de un CEO duerme en las habitaciones de la Universidad?

—No es cómo si mi vida fuera interesante, solo vengo de vez en cuando a mi habitación. Obligatoriamente me corresponde una. - Se encoge de hombros.

Mi teléfono comienza a sonar y se por el tono que es Jackson.

—Dime.- Hablo tranquilamente en coreano.

—Encontré el diamante. - Contengo la respiración. - Esta en Estados Unidos, en casa del chico.

Inconcientemente miro en su dirección y lo encuentro observandome.

—Muy bien, gracias.- Cuelgo.

— Que conversacion tan larga. - Ironiza Jeon.

— No hay mucho de qué hablar. - Siento su mirada aún sobre mi y me incómodo un poco.

De repente el ascensor se detiene y las luces se apagan. Mi respiración se vuelve más pesada y mis ojos se cierran instintivamente.

— Maldición, otra vez. - Dice Jeon antes de que Tae deje de escuchar su voz.

*Flashback*

Mi cuerpo temblaba, todo estaba oscuro. Muchos hombres entraron para sacar los cuerpos de ambos niños.

Sentía mis manos pegajosas, mi cara, mi ropa, todo se sentía de la misma manera. Y luego... Ya no sentí nada.

Cuando desperté me encontré en una pequeña habitación, solo. Tenía otra ropa, y ya no tenía esa sensación encima.