Prólogo

151 5 4
                                    

   —¿Estás segura que eres virgen?-me interrogó y sonrió de una manera que no me lo esperé, al verme desnuda.
—Si lo soy-le contesté con una sonrisa sincera, dejándome llevar, y despues de un rato, sentí cuando su miembro entró en mí, por supuesto me dolía en cada penetración porque es poco delicado y muy brusco.

Cómo era mi primera vez, creo que es demasiado rudo porque me duele demasiado, al sentir sus movimientos. Al mismo tiempo escucho como se queja del placer, y su pelvis la mueve como si tuviera ya experiencia en esto, sólo apretaba sus brazos con mis manos, también respondiendo con quejidos por el placer que me hace sentir, tratando de disimular el dolor.

Estoy un tanto incómoda e inquieta, primero porque estamos en el gimnasio, en el escenario detrás de las cortinas, bueno sin pensarlo lo acepté en ese momento, porque no dudaría de mi novio, aunque converse con las chicas que me hacen bullyng, jamás lo pondría en duda, además el gym del colegio esta desocupado a esta hora. Y en segundo lugar porque todo esta mas silencioso de lo normal, aunque debe ser que la secundaria ya está en materias y mi clase esta por llegar aquí.

Instantes mas tarde solté todo pensamiento negativo de mi mente también, dedicándome a mi hermoso que tengo encima de mí.

—¡Amor ya no puedo más!-exclamé con vehemencia y me fui sin mas dilatación, sintiendo que iba a tocar el cielo.
—Yo tampoco, ¡Ya me vengo!- me dijo con excitación y jadeo, cuando de momento sentí que un líquido mas o menos caliente estaba quedando en mí.

Sonrojada y feliz por haber perdido mi virginidad con él, sonreí y lo miré a la cara, de inmediato vino a mi mente de que quiero pasar él resto de mi vida con Mike, este me hace tan dichosa, que ya al haber terminado, quise abrazarlo de lo afortunada que me veía al estar con uno de los chicos mas populares de la escuela, hasta que de repente aquel muchacho cambió, se puso mas frío e intenté besarlo acercándome lentamente. Me dió un empujón y hacia gestos de aborrecimiento hacia mí, por supuesto, me levante, parándome, agarré mi ropa para colocarmela, e irme de  ahí, pero Mike se levantó, me arrebató mis atuendos y abrió él telón, haciendo que toda la clase me vea, así a la misma vez miraba a todos que se reían de mí a carcajadas.

Mike por otro lado comenzó a ofenderme, aparte de decirme que le doy asco, que había gemido como una perra en celo, y que había disfrutado hacérmelo tan brusco, y poco delicado porque así dejó su marca de hombre en mí, yo no le interesaba en lo absoluto, yo lo quiero demasiado, esto no es justo, ¿Qué hice yo?, enseguida me sentí mal, porque una vez mas él no dejaba de repetir lo asquento que estaba de mí, y que durante los seis meses anteriores estuvo fingiendo conmigo, que nunca me quiso, que sólo fui un juguete más para él, y que todo había sido una apuesta con su novia Briana, una de las chicas que me hace bullyng.

De inmediato le quité la ropa a Mike, y me fui corriendo al camarín de mujeres, llorando por tal decepción, de camino alguien rozó su mano conmigo, pero no lo tomé en cuenta, sólo llegué y me encerré a llorar más, se siente tan sucio, me acongojé tanto, que no quiero salir ni siquiera a ensayar para la graduación de la secundaria.

"¿Porqué se burló de mi?, ¿Qué hice para ser tan miserable?". Pensé, mientras mis pensamientos me torturaban una vez más, ya que Mike me había utilizado, sólo por su apuesta.

Me quedé por horas en aquel lugar frío y húmedo llorando con una suciedad psicológica total, compadeciéndome con mis ojos hinchados, en la soledad y ya vestida.

Minutos después escuché el rechinar de la puerta, cómo estaba de espaldas, no quise voltear a ver hasta que en medio de un silencio tranquilo, oí una voz masculina, además de una mano que estaba sobre mi hombro.

—A...Alexa, ¿estás bien?-me preguntó aquella persona que había entrado al camarín.
—Por favor dejeme sola, una idiota como yo debe estar sola, una zorra como yo no tiene futuro con nadie aquí-platiqué con llanto, decepción y resignación a la misma vez.
—No digas eso, no lo digas más...Yo quiero acompañarte, soy Eliya-me habló con delicadeza y diciéndome su nombre.
Soy tu compañero de clase. Agregó con un tono un tanto nervioso.
—Que no ves que si te ven conmigo te harán bullyng también, vete Eliya, no quieres acompañarme,  ni nada, tú sólo sientes lastima por mí y nada más, no sabes como me odio-lloré con cada palabra que le decía ha aquel que ni siquiera me atreví a mirar a la cara.
—Yo sé que Mike hizo una apuesta con Briana, porque yo los escuché cuando conversaban tan ansiosamente de hacerte sufrir, al ser una persona tranquila, y por no ser como ellas de populares, por eso te molestan-me explicó para luego quedar en silencio.
—Sólo, para eso viniste, ¡para decirme que ya sabías el plan de ese estúpido y su novia!-eexclamé mas desilusionada todavía.

Así que segundos más tarde, salí de ese lugar, dejando a Eliya ahí, me dirigí al salón de clase e interrumpiendo a la maestra, agarré mi mochila y me fui a mi casa sin importarme nada, ni nadie, dando gracias a que vivo sola en mi casa, porque hace más de un año decidí independizarme.

Durante el camino a casa, se me hizo tan eterno, porque quiero llegar a mi habitación, hasta que treinta minutos más tarde por fin logre entrar a mi morada.  En seguida me dirigí a mi cuarto y sin más me tumbé la cama a llorar, porque me odio, ¿porqué me utilizó?, si me entregué por completo a él y así estuve por dos días, sin comer, ni dormir, ni siquiera saber si era de noche o día, en una vida que ya no quiero vivir, siendo un estorbo para todos.

Mi gran ApoyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora