El fuerte sol golpeaba a todos desde su punto más alto del cielo, personas sonrientes saludándose de un lado a otro, gritos de los niños que corrían en los puertos, el aroma del agua salada se colaba por las fosas nasales de cierto adolescente castaño, que cargaba bolsas con diferentes frutas y vegetales, acompañado de su progenitora
— ¿Qué más falta, mamá? —se quejó el menor, sintiendo sus brazos cansados. La mujer sólo rió ante la actitud de su hijo, revolvió sus cabellos y repasó la lista de sus manos.
— No te quejes, Kook, solo falta ir a la pescadería —el joven sonrió, ya que eso significaba que verían a su padre.
La familia Jeon se hacía reconocer por su trabajo en dicho establecimiento, vendiendo las mejores especies marítimas conocidas en las grandes costas de Busan, algo que emocionaba al joven JungKook en demasía. El padre se dedicaba a pescar el producto y pensar en los posibles lugares de distribución, mientras que la madre estaba a cargo del dinero, los costos y las cuentas del lugar.
Y su hijo, se dedicaba a aprender de los dos, ya sea si acompañando a su padre en su barco pesquero, ayudando a desenredar las redes y escuchando atentamente las explicaciones e información sobre cada ser atrapado o haciendo operaciones mentales sobre las ventas y compras totales, recordando los precios que su madre establecía.
Siendo hijo único, sus padres planeaban, si él estaba de acuerdo, heredarle el lugar en el momento en el que llegue el tiempo de su retiro. JungKook ya se sentía emocionado por la idea. Amaba ese lugar, y poder recorrer el mar con el viejo bote de su padre lo tenía en un éxtasis total.
— ¡Omo! Mira quién está ahí —su madre señaló a un alto y delgado rubio. Jungkook abrió los ojos de golpe— ¡TaeHyungie! —su madre gritó y sacudió su mano libre, haciéndose notar, llamando la atención de su objetivo.
— Mamá, debemos ir con papá —el menor zarandeó su brazo recibiendo una mirada cómplice de la mujer. Antes de poder decir algo más, el moreno ya se encontraba trotando hacia ellos, mostrando su típica sonrisa geométrica, haciendo que el castaño se escondiera –fallidamente- detrás de su pequeña madre.
— ¡Hola, señora Jeon! —Jungkook ya no escuchó más, sus mejillas se calentaron provocando un lindo color durazno. No lo podía evitar, y estar tan cerca de su amor de infancia no ayudaba en lo absoluto. Temía decir algo erróneo o ni siquiera decir palabra alguna y que pasara ridículo frente al rubio.
Llevaba años conociendo al rubio. Desde que lo vio, esa vez, entre las grandes rocas a orillas de la playa. Ese menudo cuerpo de menor estatura, con el cabello rizado, se encontraba de cuclillas hablándole a las estrellas de mar que se posaban en la superficie grisácea. Para ese entonces era nuevo en Busan, hacía apenas 5 días, por lo que explicaba por qué Tae no conocía a nadie aún.
Al pequeño Jungkook se le hacía muy tierna la manera en la que el pequeño Taehyung hablaba animadamente con sus "amigos" marítimos, riendo a carcajadas por las anécdotas que les contaba. Por un momento se sintió celoso de aquellas estrellas que tenían el privilegio de poder estar junto a él y poder hablarle. Aunque tal vez su presencia era muy notoria, ya que el rubiecito volteó en su dirección y sonriéndole lo invitó a pasar el rato con él, ganándose la imagen de un castaño ruborizado.
— ¡Oh, JungKookie, déjame ayudarte con eso! —al salir de sus recuerdos, vio como el mayor se acercaba con esa sonrisa característica suya, sintiendo una descarga eléctrica al sentir como sus dedos solamente se rozaban, un alivio pasó por sus hombros al ya no tener el peso de las bolsas.
— Qué caballeroso eres, TaeTae —sonrió maravillada la mujer, observó como las mejillas de su hijo se tornaban de un color durazno y una idea pasó por su mente— ¿por qué no nos acompañas? Nuestro Kookie ha estado cargando esas bolsas durante toda la mañana, no quisiéramos que se pusiera débil, ¿verdad? —caminó hasta quedar detrás de su hijo y masajeó sus hombros suavemente.
Jungkook estaba en shock ¿Cómo se le ocurría a su madre decir semejante mentira? Está bien, sí se sentía cansado y adolorido pero ¡eso no lo justificaba! Inmediatamente la cara del mayor se tornó a una preocupada mirándolo fijamente.
— ¿Eso es cierto, Jungkook? —se acercó al castaño poniéndolo nervioso.
— B-bueno, y-yo, sí p-pero... —su madre discretamente le pellizcó en la parte trasera del hombro sacándole una mueca de dolor provocando que éste tomara la zona adolorida.
— ¿Ves? El pobre no soporta el dolor —dijo la mujer y con eso, Taehyung aceptó el acompañarlos, siendo maldecida en voz baja por su hijo, comenzaron a caminar en dirección hacia la pescadería donde su padre los esperaba con su sonrisa cálida de siempre. Pero los gritos escandalosos a lo lejos, se hicieron notar rápidamente.
Todos los presentes voltearon a ver la ya tan conocida escena, a las orillas del mar. Pasaba una vez a la semana sin falta desde que tienen memoria, incluso los ancianos suspiraron por reconocer esa misma voz que lleva protestando décadas.
Hombres vestidos de blanco trataban de razonar con el hombre de cabello blanco, camisa azul, pantalones de vestir negros, descalzo –ya que dejó sus zapatos a varios metros para evitar que se mojaran-, y arrugas en toda la extensión de su cara, amenazando a esas personas que intentaban alejarlo de su lugar con su gran bastón de abedul.
— ¡No me iré de aquí, así mi vida dependa de ello! —gritaba con voz ronca y cansada, de repetir lo mismo cada vez ¿no entendían que no se movería? Mientras los hombres bufaban desesperados, solo querían ayudar.
— Sí depende de ello, Sr. Park —habló amablemente el pelinegro tratando de acercársele al anciano despacio, para no ser víctima de los tantos golpes que ha recibido anteriormente con ese bastón— nosotros queremos llevarlo a la casa de retiro para que pueda sentirse más como-
— ¡No intentarán convencerme con su burda palabrería! —Interrumpió ya sabiendo el mismo sermón que ha escuchado muchos años atrás— ¡si me voy de aquí y él vuelve, no me encontrará! —y la misma excusa de siempre, sacando de sus casillas al más alto.
— ¡Entiéndalo, Sr. Park, ya no volverá! —recibió un codazo de su compañero, por la brusquedad en sus palabras. La furia en los ojos oscuros del viejo se reflejaba, sus puños se cerraron con la mayor fuerza que su cuerpo de antaño le permitía.
— ¡Claro que lo hará, él lo prometió! —se volvió a sentar lentamente en la arena soltando quejidos por su pierna, miró el mar con admiración, amor... tristeza— él lo prometió...
Su susurro fue audible para las dos personas y estas dieron por perdida esta batalla, pero no la guerra. Prometieron volver pronto, sin embargo no escucharon respuesta, ya que el anciano estaba absorto en sus memorias, deseando poder repetirlas por lo menos una vez más. Calientes lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, pero inmediatamente las secó recordando esas palabras que estaban grabadas a fuego en su memoria.
"Te ves mejor con esa linda sonrisa que posees"
Así que simplemente sonrió, tratando de entablar una conversación a la nada misma, riendo a todo pulmón, mientras hacía figuras en la arena con el largo pedazo de madera o con sus arrugados dedos. Disipando todo rastro de dolor en su débil ser.
El castaño lo miraba con empatía, le partía el alma verlo solitario todos los días, sin nadie al que pueda contarle su historia, quería entenderlo, quería saber por qué tanto problema de querer alejarlo de la orilla. Taehyung observaba al menor con detenimiento, queriendo saber en qué pensaba al ver al anciano.
— ¡Apurémonos, o se nos hará tarde! —habló sonriente la Sra. Jeon palmeando las espaldas de sus menores y con una mirada seria miró a Jungkook susurrándole al oído— recuerda que debes darle de comer en la noche— Jungkook asintió y su madre avanzó. Antes de hacer lo mismo, vio la espalda del viejo por última vez.
— Adiós, abuelo... —murmuró, para después correr a alcanzar a sus mayores.
03/01/19
— MFMS
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Storys By The Sea ||×YoonMin×||
Romance- Volveré para devolverte tu corazón, así que espérame, porque vendré por el mío y sabes que eres el único que puede hacerlo, así que cuídalo y ámalo, porque eso haré yo. - Pero... ¿Cuándo sabré que volverás? - "Cuando veas el alba surgir... - ...Un...