Capítulo II

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❀••ETAPA I: RENACIMIENTO••

○CAPÍTULO 2: Jugando con fuego...○

Miraba con incertidumbre el techo de su habitación. Un libro con demasiados párrafos subrayados reposaba a su lado, sus piernas golpeaban intranquilamente el suelo; las canciones infantiles que se escuchaban fuera de su cuarto le hicieron sentir ansioso y molesto.

Yuzuru le había dado gran tiempo para pensar si regresar a patinar, pero en lugar de tomarse las cosas con calma...Sentía que la presión se acumulaba cada vez más dentro de si, era como recordar aquel tiempo en que se metió en una campaña ecologista y terminó peor de lo que ya estaba...Si, así se sentía.

¿Cuándo inició todo? Trataría de recordar.

Sus padres siempre tuvieron buenos ingresos al tener las aguas termales, eran humildes de naturaleza y daban lo mejor de si para sacarlo a Mari y a él de apuros. ¡Ya recordaba! Fue aquella vez que Mari rompió su pierna en danza, todos fueron al hospital con angustia y allí conoció a Minako, amiga de su madre y maestra de su hermana.

—¡Yuuri-chan! Has crecido tanto, que lindo te has puesto, corazón.

Minako era preciosa, parecía no tener ninguna arruga cosa que exclamó y logró ver un tic nervioso en los ojos de la castaña. A partir de ahí tuvo un lazo fuerte con ella, Yuuri tomó el lugar de Mari en ballet y muy pronto comenzó a gustarle.

¿Pero cómo alguien gordito podría destacar entre varios niños y niñas con linda figura? Ah, con que eso era la inseguridad.

En cada sesión, Yuuri se quedaba hasta atrás. Apenas y alcanzaba a ver a Minako mientras explicaba la coreografía... Ah, que vergüenza.

Un día mientras paseaba con su mamá, se encontraron con un lindo lugar. No había mucha gente, solo unos cuántos niños con expresiones emocionadas queriendo entrar al establecimiento.

Yuuri-chan, es una pista de patinaje. ¿Quieres ver?

Yuuri entorpecido al ver a una linda niña de cabello castaño atado en una coleta, asintió.

Amor a primera vista puede decir.

Una pista gigante en un lugar con un ambiente un poco tétrico, pero le gustaba. Le hacia sentir bien.

Comenzó a ir de manera seguida, pero nunca entraba a patinar. En ocasiones el lugar podría estar vacío, pero el disfrutaría contemplar aquella magnífica plataforma blanca.

siempre estás aquí y no entras, ¿por qué no lo intentas?

Y aquella niña, Yuko, fue la que le animó. Se hicieron inseparables, luego llegó Takeshi y así, los tres se volvieron buenos amigos a pesar de ciertas contradicciones que tenían.

La baja autoestima, la inseguridad, ansiedad...Depresión, fue algo que Yuuri siempre tuvo. Lo descubrió, un par de lágrimas bajaban por sus mejillas.

The RisingWhere stories live. Discover now