Diario del holocausto zombie

capítulo 1: mi vida...¿perfecta?

Mi nombre es  Esteban, y soy un chico que acaba de cumplir 15 años, digamos que soy un muchacho común y corriente de tercero de secundaria a excepción de mi estatura que es un poco más del promedio pero no más de 1.80 m, también soy delgado pero corpulento así que no encajo en la facción  de  flacucho pero tampoco en  la de atleta;  aunque si soy más fuerte de lo que aparento, de igual forma mi inteligencia es algo que a todo el mundo le gusta destacar porque dicen que soy un genio y cosas por el estilo, pero sinceramente no siento que sea tan inteligente para considerarme un genio.

Vivo en un complejo apartamental de  la zona centro de la ciudad de México que, como todos saben es una de las concentraciones de población más grandes del mundo, unos 10 o 20 millones de personas en el área metropolitana es un gran número pero ello nunca me había causado un gran problema, a excepción del tráfico que se genera todos los días cada vez que quieres viajar a un lugar dentro y fuera de la ciudad o el simple hecho de utilizar el transporte público que todos saben es un calvario y casi un horror en muchos sentidos pero nada fuera de lo común en las grandes ciudades, al menos así era, hasta que todo comenzó.

Mis padres, personas promedio de mediana edad, llevan casados desde hace como 20 años y desde que tengo memoria han trabajado en prestigiosos hospitales, y digo prestigiosos porque no trabajan en el mismo hospital, nisiquiera en el mismo horario ya que mi padre esta en el desagradable turno de la noche en un hospital que esta casi a las afueras de la ciudad y mi mamá en el fastidioso turno matutino en otra institución ubicada más al centro, por esa razón es difícil que conviva con ambos a excepción de los fines de semana donde en ocasiones mi papá deside consentirnos y nos lleva al cine o de paseo, no sé si esto es común en las familias mexicanas pero es bastante agradable, por pocas que sean estas ocasiones, aunque siendo sinceros hay veces que necesito más a mis padres de lo que están conmigo y eso hace que me sienta algo abandonado pero en fin. Olvidé mencionar que tengo un hermano mayor de 17 años de edad y estudia en la preparatoria en el turno de la tarde así que está en la misma situación de poca convivencia que con mis padres porque yo voy a la secundaria en la mañana .Debo admitir que a pesar de los conflictos que tenemos muy seguido (lo cual si es una situación típica de hermanos), somos bastante unidos, solemos tener largas pláticas sobre cualquier tema.

Es algo obvio que aunque aprecio mucho a mi familia, desafortunadamente no estoy mucho con ellos por lo que no somos tan unidos como el resto del mundo, eso es algo doloroso pero como casi siempre ah sido así,desde que era pequeño cuando solía quedarme solo en casa por muchas horas, hasta la actualidad que voy a muchos lugares y regreso sin la compañía de mi familia. con los años me eh acostumbrado hasta cierto punto a la soledad y a su constante ausencia, pero de igual forma me ah ayudado a superar la mayoría de mis temores, aprender a cuidarme por mi mismo y también al resto del mundo,  además de viajar sin compañía, lo cual ah sido una gran ventaja para conocer por mi mismo gran parte de la ciudad, así que no me puedo quejar que mi vida sea un completo desastre, porque aunque no tengo las cosas más nuevas o todos los lujos del mundo, tampoco me falta nada.

Dejando de lado la forma en que funciona mi vida, me eh dado cuenta que los últimos días mis padres han estado más tiempo en el hospital, no es que me afecte que estén tiempo extra en sus trabajos porque unas horas más solo no es muy importante ya que hasta puedo pasar más tiempo con mis amigos, pero es algo fuera de lo normal porque acostumbran ser puntuales. Pero lo realmente raro es que en las noches cuando creen que mi hermano y yo ya estamos dormidos, supongo que para no preocuparnos, hablan cosas muy extrañas; algo sobre personas que llegan con marcas de mordeduras o rasguños por todo el cuerpo lo que provoca que la mayoría muera por pérdida excesiva de sangre o tiempo después a causa de alguna extraña infección. Mencionaron que estos casos se dan sobre todo en provincia o en las zonas boscosas de la ciudad como en el cerro de la estrella, llevandome  a suponer que eran sólo ataques de jaurías de perros o quizás lobos. Igual han hablado sobre que los federales han estado muy presentes en los hospitales; rodeándolos o custodiando alguna habitación, de igual forma pensé que sería algo razonable, almenos por fin debían éstar haciendo una pequeña parte de su trabajo, cuidando a un paciente rico o un político, no sé, eso ah pasado antes, porque los diputados, gente del extranjero y hasta  el mismísimo Carlos Slim ha estado en los hospitales donde trabajan mis papás.