La despedida.

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- Bien, tenemos que hacer esto por tu hermana ¿Si? te prometo que todo estará bien. - Le dije con una sonrisa mientras lo ayudaba a levantarse de la cama.

Narra Andrew.

Era fácil para Emma decirlo así como si nada, ella nunca tubo que preocuparse por nada, todos los problemas los resolvían sus padres, a mi me encantaría tener todas esas comodidades y tener problemas normales como los chicos de mi edad como "¿Por qué aquella chica no quiere estar conmigo? ¿Por qué no me aceptaron en el equipo de fútbol?" cosas normales, en cambio me tengo que preocupar por mi padre que cada dos semanas tiene problemas en todos los bares de la ciudad, con la policía o que vengan sus amigos matones a pedirnos dinero que el les debía, cuidar de mi hermana a que haga su tarea, llevarla a todas sus clases y ahora tener que conseguir otro empleo más para poder ser su tutor y que mi padre renuncie a sus derechos paternos, con la muerte de mi madre las cosas serían un poco más difíciles.

Emma me volvió a llamar para irnos, creo que ya era tiempo de despedirme de una vez por todas.

- Creo... creo que estoy listo. - Les dije a ambas mientras bajaba de las escaleras.

Cuando llegamos a la clínica le dije a Emma que llevara a mi hermana primero, por último iría yo, todavía estaba nervioso y tenia cosas que hablar con mamá por última vez.

Finalmente salieron y me dejaron a solas con mamá.

- Hola... - Le dije a mamá cerrando la puerta suavemente.

Hola - Me dijo con una sonrisa forzada y su voz un poco quebrada, estuvo llorando mientras mi hermana estuvo aquí.

- Te extrañaré demasiado, es más, no se que haré sin ti, va a ser todo muy duro pero se que me acompañarás siempre, lo sé. - Le dije mientras le sostenía la mano.

- Hijo, se que esto es muy duro para ti, no quería que ésta fuese tu vida, yo no la elegí... quiero que me perdones por todo esto, solo pido que cuides a tu hermana como en todos estos años no lo pude hacer, que la beses por las noches en la frente... y que le leas sus cuentos favoritos. Mira Andrew se que no tienes la vida que todo adolescente sueña tener, se que no has viajado con tus compañeros y a veces no puedes tener lo que quieres como los demás chicos pero quiero que valores lo que tienes, no es mucho pero tienes a una presiosa niña a tu lado, es lo único que te puedo dejar hijo. - Me dijo a punto de llorar.

- Mamá, no me quejo de nada, cuidaré de mi hermana como si fuese mi propia vida, lo prometo, te amo. - Le dije acariciándole la mejilla, entre los tantos tubos que tenía para que la ayuden a respirar mejor.

- Andrew, sabes que no tuve muy buena educación y que a los 11 años ya no pude ayudarte con tu tarea... lo que quiero decir es que te di todo lo que yo te pude dar, no fué mucho pero si con mucho amor, cada vez me queda menos tiempo de vida y lo estoy aprovechando mucho, te agradezco que hayas venido hasta aquí a verme.

- No tienes que agradecerme esto mamá, siempre estaré contigo.

- Igual yo pero creo que es hora de que me dejes ir... y Andrew no tienes que hacer esto ¿Lo sabes verdad? - Me dijo mientras tocía.

- ¿Hacer qué? - Le dije confundido.

- Hacerte cargo de tu hermana, en algún momento tienes que formar una familia.

- Mamá... ella es mi familia, ella estará delante de todo.

- Solo decía, no quiero que sea un peso en tu vida.

- Nunca lo fué ni nunca lo será.

Nos quedamos mirándonos a los ojos mientras hablábamos de nuestros recuerdos de cuando yo era pequeño, en ese momento mi única preocupación era llegar temprano a casa para comer o pelear con otros niños por juguetes.

Hasta lograba sacar una sonrisa de su rostro, todo fué bueno hasta que llego la hora... su hora.

Algo empezaba a asustarme, algo no funcionaba, mamá cada vez respiraba peor, fué cuando salí al pasillo a buscar ayuda.

- Alguien! por favor que alguien me ayude!

Vinieron muchos enfermeros a la habitación con sus maquinas y esas cosas que eran extrañas.

- ¿Qué está pasando? Que alguien me diga que está pasando con mi madre!

- Señor usted no puede estar aquí.- Me dijo un enfermero tratando de sacarme.

- No saldré de aquí, no sin mi madre, no!

Empujé a todos hasta llegar hasta a ella, la abraze muy fuerte, ella no podía moverse. Todo empezaba a verse borroso, no veía nada y lo último que vi fué a mamá diciéndome "te amo" y una lágrima cayendo de su rostro.

Do not forget meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora