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"Cada vez que te abrazo las cosas que nunca te dije parecen salir fácilmente... porque eres todo para mí."

-Kiss.





De nueva cuenta Park Jimin había entrado en celo.

Pero está vez sí que era bastante doloroso, de sus labios salía un único nombre, y su madre no sabía sí era lo correcto llamar al nombrado por su cachorro.

- ¡Yoongi! -Jimin se la pasaba gritando su nombre desde hace media hora.

Su madre lo había encerrado en su habitación, le había dicho que se tomará los benditos supresores, pero el pequeño alfa la alejaba de inmediato, su madre en verdad que estaba desesperada, su esposo se encontraba trabajando y no podía llamarlo.

- ¡Jimin, cariño tienes que tomar los supresores! -escucho un gruñido-. No me gruñas cachorro. Tomatelos te harán bien.

- ¡No quiero! ¡Lo único que necesito es a mí omega! ¡Quiero a MI omega! ¡Yoooonnngggiii!

¡Dios! En verdad parecía que Jimin no se cansaba de gritar.

Su madre de nueva cuenta suspiro resignada, no podía hacer mucho y es que su hijo se comportaba agresivo si ella se acercaba, así que no le quedaba de otra, tendría que pedirle una gran ayuda a Yoongi, solo esperaba este aceptará.

Tal vez Min Yoongi persuada a su cachorro de tomarse los benditos supresores para que así deje de tener esos dolores.

Agarro el teléfono y marco a la casa de los Min. 

- ¿Bueno? -afortunadamente era Min Yoongi quien contesto.

- Yoongi, que bueno que respondes, necesito tú ayuda -un gruñido se escucho a lo lejos, era su cachorro.

- ¿Qué fue eso?

- Verás, Jimin ha entrado en celo -la señora Park claramente escucho como la respiración de Yoongi se cortaba-. No me quiere hacer caso de que se tome sus supresores, y está muy exigente, quiere verte -suspiro-, sé que esto es muy repentino y no te estoy obligando a que vengas, pero... creo que sería mejor que tú lo atiendas, porque a mí ni siquiera me deja acercarme.

Silencio.

Y es que Yoongi tenía que pensarlo bien ¿y sí le hace algo? Bueno no era que pensará que lo violaría en ese mismo momento, pero tenía miedo, ¿ir o no? Esa era la cuestión, pero sí no ayudaba era posible que el alfa sufriría todo el tiempo que durace su celo. Dio un suspiro.

- Iré enseguida -y corto la llamada.

Jimin se retorcía en su cama por los dolores, su lobo aullaba desesperado y sus ojos estaban brillantes, sentía sus colmillos, la habitación estaba llena de sus feromonas.

Su madre se encontraba caminando de un lado a otro en la estancia, escuchando los quejidos de su cachorro, mientras que ella casi estaba a punto de morderse las uñas, creía que ya había pasado una eternidad desde la llamada, pero la verdad era que apenas habían pasado menos de cinco minutos.

El timbre sono. 

Jimin en ese momento sintió el aroma de su omega entrar en sus fosas nasales, se sintió relajado.

La madre de Jimin sin preguntar quien era, abrió la puerta encontrándose con el chico de tez pálida frente a ella, sin ninguna expresión en su rostro.

- ¡Yoongi, gracias, me alegra que hayas venido!

- Buenas tardes señora Park -sonrió levemente-. ¿Y Jiminie?

Un sonido de alguien golpeando una puerta se escucho, al parecer Park trataba de derribar la puerta, después de todo se encontraba encerrado para que no escapará.

La señora Park le entrego a Yoongi una caja con las pastillas y le dijo que podía subir para ver a Jimin. Subio por los escalones hasta dar con el pasillo, camino y escucho de nueva cuenta ese golpe además de unos rasguños a la puerta.

- ¿Jimin?

- ¡Omega! -recibió como respuesta, Jimin estaba utilizando su voz de mando-. Yoonie hyung ¡ven aquí!

- ¡A mí no me das ordenes mocoso! -no escucho más golpes, solo jadeos-. ¿Puedo entrar?

No recibió respuesta, así que abrió la puerta, Jimin se encontraba en su cama cubierto por las sabanas, y estaba retorciéndose, pero en cuanto Yoongi cerro la puerta este se quito las sabanas de encima y se abalanzo hacia Yoongi.

Ambos cayendo al suelo, Jimin estaba arriba de Yoongi. El pálido por un momento se altero, pero tenía que ser fuerte, miro a Jimin, sus ojos estaban de ese azul grisáceo brillante.

- Park, quítate de encima -un gruñido-, te he dicho que no me gruñas alfa.

Jimin empezó a olfatear al pálido para después pasar sus colmillos por la unión del cuello y hombro de Min Yoongi.

- ¡Hey! Ni creas que te dejaré -Jimin gruño-. ¡Basta alfa! Me estás haciendo enojar, así que sino quieres que me retire, se buen alfa y quítate de encima.

Con otro gruñido, Jimin acato las ordenes de Yoongi y se sentó en el suelo sin apartar ni un segundo su mirada de Yoongi.

- Muy bien -dijo Yoongi incorporándose-. Ahora, tomatelos -le enseño las pastillas, pero recibió un gruñido en respuesta-. Jimin...

El alfa rodó los ojos y agarro los supresores para después tomárselos.

- Muy bien, eres un buen alfa -Jimin sin ninguna expresión siguió mirando a Yoongi-. ¿Qué?

- ¿Y mi recompensa?

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Quiero un beso omega malo.

Y antes de que Yoongi respondiera, Jimin lo atrajo hacia él y le dio un beso, y está vez era un beso largo y cariñoso, sin tintes de darle otro sentido, era un beso con amor.

- Te amo omega malo -Jimin lo abrazo.

- Y yo a ti alfa tonto.

I LOVE YOU ||JimSu||. OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora