Familia.

2K 217 33
                                    

Jayden.

- así que está es tu habitación - dijo Kayden examinado con cuidado.

"Kayden y Jayden" era la forma de nuestros padres de decirnos que teníamos que ser los hermanos más unidos del mundo. Sólo porque nuestros nombres rimaban.

Pues en realidad había funcionado; mis hermanos me amaban en general, pero Kay siempre fue más apegado a mi gracias a los escasos 2 años que nos separaban.

También era mi consentido hasta que llegó Sophie.

Ella, por cierto, estaba en mis brazos, hablando en murmullos sobre lo mucho que extrañaba su conejito, que mamá la había obligado a dejar en casa.

Mamá y papá siempre han trabajado, Pero en cada día de visita enviaban a mis hermanos a "alegrarme el día" como solían llamar ellos.

No es como si me molestara, Pero son bastante ruidosos. Razón número 1 por la que envié a Zack directo a una zona segura.

- pues si.

Intenté dejar a Sophie sobre mi cama para ir a separar a los gemelos que saltaban sobre la cama de Zack con los brazos cruzados.

Sophie, sin embargo, parecía estar decida a nunca más soltar sus bracitos de mi cuello.

Jason ya se había acomodado en la esquina de mi cama y veía un poco con gracia como los gemelos se encargaban de quitarme lo que me quedaba de paciencia.

- ¿puedo tomar esto? - preguntó Kayden, levantando el IPod de Zack.

- No, déjalo donde estaba.

- ¿podemos comer esto? - preguntaron los gemelos en perfecta sincronía, sacando los chetos de emergencia de uno de los cajones.

- que no, ponganlo de regreso.

- Jayden, creo que este reloj se rompió- dijo Jason mientras sacudia con fuerza nada menos que el reloj de Zack.

Zack iba a matarme, eso sin duda.

Para cuando le quité el reloj de las manos, los gemelos ya habían abierto la bolsa de chetos y Kayden se movía por toda la habitación contoneando las caderas al ritmo de la música del iPod de Zack.

- chicos, no dejen manchas en la cama - les pedí, resignandome a dejarlos comer libremente, ya le compraría otra más grande a Zack.

- muy tarde - dijo Jason, apuntando directo a los manchones naranja arenoso sobre la almohada de Zack.

Él, que se esforzaba tanto en tener su espacio tan limpio y arreglado.

Iba a matarme. Zack iba a matarme, me reviviría y entonces me mataría una vez más.

- Kay, suelta eso.

Kayden hizo caso omiso y siguió bailando por toda la habitación.

El brazo se me estaba comenzado a dormir.
Sophie era pequeña, Pero sus tres años ya estaban comenzando a pesar.

- Soph, ¿no quieres sentarte junto a Jason en mi cama?

- no, gracias.

Era tan adorable que me irritaba no poder decirle nada más.

Escuché la puerta abrirse, y pensando que era Landon, me acerqué a ella. Caí en pánico al ver unos tímidos ojos oscuros asomarse por la puerta.

Frunci el ceño al ver que no me había hecho caso.

- perdona, Jayden, es que olvide mi iPod y... wow.

Su mirada se paseó de inmediato entre su cama desatendida, sus chetos a medio comer y su iPod en manos de mi hermano.

Habitación B-612. (BoysLove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora