Número 2.

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Zack.

¿Cuantas veces me va a pasar lo mismo? No entiendo algo que sucede y debo empezar a narrar con la mente en blanco.

Pues bien.

En la mañana todo bien y tranquilo, Jayden se cambió a mi cama como a las 7 -como ha cogido de costumbre ahora último- y habíamos despertado gracias a mi alarma 45 minutos después.

En las clases todo normal, me había topado con Landon un par de veces en los pasillos y habíamos intercambiado Saludos.

En la noche igual, para ser jueves estaba tranquilo; estaba esperando que Jayden llegara de sus prácticas mientras hacia un boceto de una concha que mamá me había enviado por foto de su último viaje a la palya.

Si, estaba estrenando los lápices nuevos, y era tal y como lo imaginé, perfección pura.

También estaba estrenando la pulsera. Discutimos un rato con Jayden sobre ellas, porque si nos relacionan de esa manera vamos a crear rumores y también por que a quien carajo le importan los rumores, Zack, quiero usar la maldita pulsera, dámela.

Al final llegamos a la solución de usarlas de manera distinta.

La mía ahora colgaba de un extremo de mi celular y la de Jayden hacía que sus llaves de la habitación sean imposible de perder.

Así sólo las relacionarían si han visto estos dos objetos. Y juntos. ¿Y quien nos prestaría tanta atención?

Landon.

Ahora hasta pulseras a juego se han comprado, no puedo creer lo melosos que son" había dicho casi sintiéndose traicionado por no tener una pulsera el también.

Landon se había tomado muy bien la relación que ahora mantenemos Jayden y yo, incluso nos solía decir que el sabía desde el principio que terminariamos así.

Le creo.

Pero bueno, me estoy yendo por las ramas.

Cuando estaba dando los últimos retoques a mi dibujo, la puerta se abrió con tanta fuerza que por un momento pensé que era Landon, pero los ojos furiosos de motas grises respondieron mi pregunta cuando entró hecho una bala directo a dejarse caer en el colchón.

Soltó un grito de desesperación contra la almohada que me hizo preocupar a sobremanera y rápidamente me levanté de mi cama para ir a la suya.

Algo andaba muy mal, ya que ni se había inmutado en sacarse los zapatos, Y que a Jayden le gusta andar casi que desnudo.

No es que me queje.

- ¿Jayden? - aventuré.

- Hola - bramó - ¿necesitas algo?

- ¿que me mires?

- tal vez después.

Pasé una mano por su cabello al arrodillarme junto a el para quedar a su altura. Todavía tenía la cara pegada a la almohada, pero se dejó guiar por mis manos cuando lo moví para que me mirara.

Estaba claramente molesto.

- ¿Qué ocurre? Tienes cara de que quieres matar a alguien y sucede que el más cercano a ti soy yo así que debo calmarte antes de que eso pase.

No logré que riera, pero al menos esbozo una pequeña sonrisa casi imperceptible.

- Es... Es Trevor.

- ¿el idiota de Trevor que te drogó? - frunci el ceño un tanto preocupado. Quien te droga una vez te droga dos veces. - ¿estas bien?

- si... No. ¿de verdad quieres que te atosigue con mis problemas?

Habitación B-612. (BoysLove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora