Capitulo 5

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— ¿Dónde está? — preguntó la reina furiosa mientras unos guardias sostenían a la doncella de la princesa

— Majestad, no lo sé. Anoche preparé a la princesa para que descansara, estaba un poco enferma pero no noté nada mas

La reina miró a la doncella con tanta rabia y sin poder creer en sus palabras

— ¡Ella no lo pudo planear sola! Si tú no le ayudaste alguien más esta con ella, pero los encontrare

— Reina Selene— el joven Diamante se encontraba observando por la ventana del salón—¡la boda se celebra porque se celebra!

—Diamante, eso lo tengo claro

— La encontraremos, de eso estoy seguro

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Olía a hierba fresca, era lo único que Serenity podía reconocer mientras cabalgaban por un campo en recién cosecha. Las personas trabajaban como si fuera un día normal, nadie imaginaba lo que en ese momento estaba pasando, cuando cayó en la realidad estaban en un pequeño caserío.

— Comeremos algo— anunció su acompañante, se bajó y luego ayudó a Serenity— Tenemos que dejar descansar el caballo y también debemos descansar.

Serenity llevaba puesta una capa que cubría todo su cuerpo, Endymion cariñosamente acomodaba su capota para que no se viera su rostro

—Creo que debes tener hambre

— Es cierto, ayer estuve enferma y no he comido muy bien—su enamorado le sonrío tiernamente y la besó

— Vamos jovencita—le ofreció su brazo— a desayunar

Entraron a una pequeña casa que funcionaba como restaurante

— ¿Qué les traigo? — se acercó una mujer de mediana edad y sonrisa cálida

— Lo que tenga de desayuno— le pidió él y ella se retiró

— Antes que saliéramos de palacio traje esto— sacó de su vestido una bolsa con algunas joyas—creo que podemos venderlas, obtendríamos una buena cantidad de dinero

— No, la idea fue mía así que los gastos corren por mi cuenta. Creo haber traído lo suficiente para que vivamos bien por un largo tiempo

— Debemos tener planeadas las cosas

— Ya te lo dije, cabalgaremos hasta encontrar la costa y partiremos muy lejos en barco— la mujer se acercó con la comida por lo que la princesa trató de cubrirse

— Señora, mi esposa y yo estamos muy cansados, además mi caballo necesita comer y también descansar ¿nos podría indicar dónde podemos dormir por un tiempo?

— Al final de la calle esta la posada, también pueden dejar su caballo ahí—les sonrío y se retiró

— ¿No sería mejor continuar?

— Estoy cansado y mi caballo también, solo serán unas horas y continuaremos, no podemos perder la ventaja que hemos ganado

— Sí, lo sé, mi madre ya estará buscándonos

Entraron a una posada que no era muy lujosa, ninguno de los dos estaba acostumbrado, pero ninguno se quejó. Cuando la encargada mostro la habitación notaron que era pequeña, oscura y solo había una cama, una silla y una pequeña cómoda donde se encontraba una jarra con agua. Serenity se quedó parada en la puerta, mientras Endymion se desabrochaba su chaqueta, ella estaba nerviosa no sabía que hacer solo lo miraba fijamente.

Tranquila—le dijo sin voltearse—yo descansare en el suelo, tú duerme en la cama

La muchacha no dijo nada y se acostó en silencio. Dos horas después nuevamente los dos príncipes emprendían su viaje hacia la costa.

— Endymion, no me siento bien deseo bajarme— ella estaba sentada atrás de el

— Ven— se bajó y la ayudó— puede que no hayamos descansado lo suficiente

— Me sentare— se sentó en el piso—son los nervios ¿Cuándo crees que llegaremos?

— Dos días, tres días es lejos, pero si seguimos parando tardaremos más

— ¿Qué crees que nos pueda pasar si nos encuentran?

— Tu madre me quemaría y a ti te mandaría directo a Black Moon

— No me arrepiento, nunca durante toda mi vida me dejaron escoger, siempre fui callada y acepté lo que mi madre me impuso, pero...esto fue demasiado y tu llegaste como caído del cielo

Confesó risueña y a Endymion se le infló el pecho solo de escucharla

— Vamos mi cielo si no quieres que nos atrapen

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— ¿Algún reporte? — preguntó déspota Selene a su vasallo

— Si majestad— le entregó a la reina un pergamino y mientras ella leía él relataba— Tenemos reporte de unos campesinos que vieron a una pareja de jóvenes viajar en un solo caballo, la muchacha iba totalmente cubierta con una capa que describen como fina y las ropas del hombre tampoco eran comunes y por lo que ellos deducen no es de por aquí

— ¡Endymion! — la reina puso con furia el papel sobre la mesa— ¡Estoy segura que es él! ¿Dieron alguna seña del joven?

— Sí majestad, como unos 20 a 25 años, de cabello negro. En ese momento iban muy lento como si estuvieran confiados

— Claro que es Endymion, siguió rondándola, la convenció y se la llevó. No avisaremos a Elysion lo que está pasando, lo encontrare y lo juzgare. General ¿en qué dirección iban?

— Hacia el norte mi señora

— ¡No van a Elysion! Tenemos dos opciones, general. La primera— se levantó y empezó a caminar por el salón— confiar en esas personas y en mi intuición y dedicarnos a seguirlos en esa dirección y nada más y la segunda desperdiciar esa pista y empezar de cero ¿Qué me propone?

— Mi reina, los campesinos dijeron que las ropas de la joven no eran de una mujer común, su capa era muy fina, diría yo que era la princesa

— Pues entonces búsquelos por esa dirección y necesito que los traigan lo más pronto posible ¡los quiero a los dos!

Tal vez mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora